Además, el PP ya ha anunciado que tiene la intención de derogar la ley del derecho al aborto. Y por si fuera poco y por primera vez el expresidente Aznar ha mencionado “la protección de la vida” (el aborto) en su discurso en la Convención Nacional del PP. Lo ha mencionado elevándolo a la categoría de proyecto político, de asunto ideológico fundamental para la derecha. Es la primera vez que esto sucede. El aborto era antes un tema secundario para los partidos que se manifestaban a favor o en contra pero que nunca hicieron de este asunto un pilar de su proyecto.
Y todo esto tiene finalmente relación con un artículo aparecido en el diario Le Monde que leí mientras volaba hacia Perú. En este artículo se denunciaba la mundialización de una agenda antifeminista comandada por grupos vinculados al Tea Party que se dedican a financiar a otros grupos por todo el mundo para tratar de impulsar en todos los países políticas que restrinjan derechos de las mujeres allí donde más se ha avanzado, como en Europa, o para frenar avances donde se están dando o pueden darse, fundamentalmente África y Latinoamérica. El Tea Party tiene una muy concreta agenda antifeminista que pretende que la mujer vuelva al hogar y el hombre “recupere” su puesto de principal proveedor del salario familiar. Así, las políticas en contra de los derechos de las mujeres y de la igualdad no son una cosa accesoria, sino que son un puntal de las políticas reaccionarias vinculadas a la extrema derecha y al neoliberalismo. Todo junto: disminución del papel del estado, poner a las mujeres allí donde el estado se retira (cuidado de hijos, ancianos y dependientes) y restricción de derechos sexuales y reproductivos, especialmente del derecho al aborto.
Estos grupos, un conglomerado de empresas, iglesias y asociaciones vinculadas a iglesias están utilizando la crisis para pretender un regreso a un orden moral en el que las mujeres seremos las grandes perdedoras. Pretenden utilizar a las mujeres como variable económica de ajuste y debilitar nuestra posición frente a una opinión pública previamente aterrada y debilitada por la magnitud de la crisis y de los ajustes neoliberales que están tomando todos los gobiernos. En este ambiente se abre el camino para justificar políticamente la puesta en cuestión de nuestros derechos cívicos, sociales y económicos. La foto de Rajoy, la foto de La Razón, es una muestra; su intención de derogar la ley del derecho al aborto y ponernos otra vez a la cola de Europa, es otra muestra. Decía Vicenç Navarro que el Tea Party económico está aquí. También lo está el antifeminista y de nosotras depende que no lleguen a gobernar, votando.
Beatriz Gimeno es escritora y expresidenta de la FELGT (Federación Española de Lesbianas, Gays y Transexuales)