El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha manifestado su total confianza en que Pedro Sánchez legislará para “aliviar la polarización” a pesar de tener enfrente a una oposición con “nula fe”. Desde las páginas de La Vanguardia, el también ex secretario general del Partido Socialista ha abogado por la defensa de una “democracia del respeto” ante una maquinaria de odio ruidosa.

Zapatero ha sido uno de los históricos socialistas que más se han implicado con el partido en los últimos años, máxime tras estos cinco días “de reflexión” del actual jefe del Ejecutivo. El ex secretario general del Partido Socialista, en un artículo publicado en La Vanguardia, tiene fe ciega en que Sánchez liderará la respuesta contra el odio desde el Gobierno, a través de una legislación ambiciosa que blinde la democracia en España.

Una democracia que el bloque progresista, especialmente desde el ala socialista, ve amenaza por los imputs reaccionarios de Partido Popular y Vox, en consonancia con un amplio catálogo de “pseudomedios de comunicación” que enfangan el debate público y provocan la polarización de la sociedad. “Estoy seguro de que el Gobierno va a tratar con nuevas iniciativas de aliviar la polarización, y hará bien en hacerlo, aunque tenga poca o nula fe en la oposición”, ha precisado el expresidente.

En estas líneas, Zapatero ha abogado por una defensa a ultranza de la “democracia del respeto frente al odio”, además de rechazar y denunciar esta clase de comportamientos cuando se produzcan. “El odio es incompatible con la convivencia, es el sentimiento más opuesto que imaginar quepa al ideal, y a la necesidad, de compartir un destino común”, ha abundado en el artículo publicado en La Vanguardia.

Así, el ex jefe del Ejecutivo respalda la postura de Sánchez tras su declaración institucional en el Palacio de la Moncloa, en la que el presidente del Gobierno anunció que seguiría en el cargo después de haberse tomado cinco días para reflexionar sobre su continuidad. Un parón que se enmarca en la “campaña de acoso y de bulos” contra el propio Sánchez y su entorno, algo que, tal y como ha admitido este martes ante los micrófonos de la Cadena SER, llevan padeciendo más de diez años.

A colación de la intervención de Sánchez desde el palacio presidencial, el ex jefe del Ejecutivo explica que lo más llamativo de sus palabras tiene que ver con la “apelación a la necesidad de una regeneración democrática”, frente a los riesgos que se observan en todas las democracias occidentales. Según Zapatero, España no es una rara avis y también es potencial víctima de este mal endémico que no es sino “consecuencia de un clima alimentado por el odio al adversario” y que pone en peligro el orden social.

Regeneración democrática

Ante los micrófonos de la Cadena SER, el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, ha profundizado en ese plan de regeneración democrática que planteó el lunes, aunque sin concretar medidas tangibles. No obstante, sí ha puesto el foco sobre el origen de estos medios y su financiación, en el marco de la anunciada estrategia contra la “desinformación”, encapsulada junto a las preceptivas reformas judiciales, en el plan de regeneración democrática. Leitmotiv, a la postre, de su continuidad en el cargo. No ha habido concreción en cuestión de medidas, pero sí ha apostado por trascender a la fase pedagógica de una iniciativa que liderará, pero que asegura no puede monopolizar porque la identifica con un mal endémico de las democracias occidentales contemporáneas. Por ello, ha señalado que estas “páginas web” que conforman la “maquinaria del fango” podrían recibir financiación extranjera. “Se dice que la desinformación nos viene de fuera, de Putin, pero resulta que tenemos dentro el Caballo de Troya”, ha sugerido.

En este sentido, Sánchez se ha cuestionado la “transparencia” de estos “pseudomedios”, sobre los que, según apunta, se desconoce su fuente principal de financiación. Su plan de regeneración democrática puede ser una tarea que trascienda incluso los tres años de legislatura, aunque asume el compromiso de, al menos, liderar la batalla de las ideas en este sentido. Pese a que aún carece de una forma identificable, sí ha puesto migas de pan sobre el camino que podría tomar, dejando caer la existencia de un texto que regula la publicidad institucional. “¿Se cumple por parte de todas las administraciones?”, se ha preguntado. En cualquier caso, su narrativa orbita sobre el “dinero que hay detrás de la máquina del fango”.

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