Su gran aportación al mundo del copiado era que su método era exactamente el contrario al del resto de humildes copiadores, que se devanaban los sesos en busca de complicados sistemas, que rara vez pasaban desapercibidos para los astutos profesores de antaño. Él, lejos de esconderse, actuaba con semejante desparpajo que los profesores, no pudiendo procesar tanta dosis de cara dura, pasaban por alto lo que sus ojos les mostraban. Con estos mismos ojos que han visto llegar al poder a Mariano, le vi hacer cosas como sacar los apuntes del cajón del pupitre ponerlos junto a los papeles del examen, y fusilarlos palabra por palabra, ante la incrédula mirada del profesor. Quién me iba a decir a mí que la actividad que tan reprobable me parecía entonces, se iba a convertir en el leitmotiv de nuestra acción política.

Pese al poco tiempo que llevamos gobernando, sería muy largo detallar aquí lo mucho que ya hemos hecho ante sus narices, sin que su cerebro haya sido capaz de emitir la mínima señal de alarma. Así que sólo les expondré unos pocos casos, que estoy seguro que una vez leídos les van a dejar con la boca abierta y la misma cara de idiota que veíamos en los profesores del colegio.

Las primeras se las colamos con la misma formación del Gobierno. No les descubriré todas, para no quitarles el entretenimiento de que las busquen ustedes mismos, pero sí les dejo aquí un par de sus principales perlas. Vamos a ver, ¿a ustedes les parece normal que nombremos Ministro de Defensa a uno de los más altos directivos de una de las más importantes empresas de armamento de nuestro país? ¿No ven ustedes ningún tipo de incompatibilidad? Pues ahí lo tenemos ¡con un par de mísiles!, misiles como los que fabricaba su empresa y como los que le va a vender a nuestro ejército lo necesite o no.

Si lo del ministro Morenés los ha hecho pestañear, lo de Guindos es para que se les desencaje la mandíbula inferior. Habrán oído ustedes por ahí que Lehman Brothers es el principal culpable de la crisis económica mundial que nos abate, ¿y a quién nombramos nosotros ministro de Economía?, pues a su consejero asesor para Europa y director del banco en España y Portugal. El equivalente a que en los años treinta en Estados Unidos hubieran nombrado a Al Capone director general del FBI.

Y como hemos visto que haciendo estas cosas ustedes siguen mirándonos fijamente con cara de no pillarlo, pues claro, nos hemos ido envalentonando. Por eso hemos fulminado sin el mínimo disimulo a toda la cúpula policial que investigaba el caso Gürtel, a los inspectores fiscales que lo descubrieron y echado de la carrera judicial al juez que lo instruyó. Y esto sólo es el principio amigos, si siguen ustedes con esa cara de bobos sin decir esta boca es mía, me da miedo pensar hasta donde podemos llegar.