Una vez más, y ya son demasiadas veces, Feijóo se volvió a equivocar. Preparó una gran “performance” en el Senado con un gran mitin de los presidentes del PP para buscar una foto contra Cataluña y contra el presidente del Gobierno, pero no consiguió acertar.

El teatrillo que el PP preparó en la Cámara Alta como una comedia, donde todos los presidentes populares competían para ver quién insultaba mejor y más alto al presidente del gobierno, se les terminó convirtiendo en tragedia, porque para nada han obtenido el resultado que pretendían y esperaban.

Feijóo lo diseñó con demasiada mala fe. Como el PP no tiene mayoría en el Congreso, donde pierde todas las votaciones, porque su único aliado es la ultraderecha de Abascal y Vox; entonces se acordó del Senado. Aquí sí tiene mayoría y ¿cómo no iba a aprovecharla para torpedear la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno?

Es curioso, durante la pasada legislatura y durante el tiempo que ambos fuimos senadores, nunca escuché al líder del PP plantear una sola propuesta que mejorase la vida o resolviera los problemas de los españoles y españolas. Esto no le importa, lo único que le importa es alcanzar el poder a cualquier precio.

Pero se ha dado de bruces, pensaron que iban a abrir las portadas de todos los periódicos con su “ocurrencia”, incluso que los informativos arrancarían con la imagen de todos los presidentes del PP en el Senado, pero fue que no, porque nunca se imaginaron que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, iría a la convocatoria y se llevaría la foto.

Losantos ha culpado a Bendodo del fracaso y del error de cálculo. Y no se ha quedado ahí. Ha afirmado: “Después de haber dirigido la peor campaña que ha hecho la derecha desde 1977, lo lógico sería haberle mandado a casa. ¡Bendodo, que bien lo hacías en Sevilla!”

No sabemos si la estrategia fue de Bendodo o del propio Feijóo, pero en cualquier caso, el PP se equivocó al confundir la Cámara Alta con su sede en la calle Génova, pero también erró con la actitud de sus presidentes autonómicos. Éstos en cuanto terminaron sus discursos, llenos de improperios y palabras gruesas, se marcharon. Dejaron sus escaños vacíos. Los senadores escucharon a los presidentes del PP, pero los presidentes del PP no tuvieron el mismo respeto por los portavoces parlamentarios del Senado y no los escucharon. Una vez más queda demostrado el nivel político del PP, ninguno.

El PP se equivocó cuando ha hecho duras críticas, sobre todo Ayuso, sin saber de lo que hablaba. Aunque esto también es lo normal. El Gobierno no ha comparecido en el Senado en la Comisión de Comunidades Autónomas del Senado sencillamente porque nadie, tampoco el PP, había solicitado su comparecencia, como les faculta el reglamento. No sabemos si por incompetencia o por indolencia de Feijóo y los suyos.

El PP se equivocó cuando se han opuesto radicalmente en el Congreso de los Diputados al uso del gallego, el euskera y el catalán, pero el presidente de Galicia, Alfonso Rueda, del PP, intervino en gallego en el Senado. ¿Hay dos varas de medir en el PP?

El PP se equivoca cuando cuestionan y critican el modelo de financiación autonómica, porque todos los que ahora alzan la voz, no tuvieron la valentía hacerlo cuando gobernaba Rajoy. Entonces pudieron cambiar dicho modelo de financiación porque disponían de mayoría absoluta. No lo hicieron. Como tampoco han reconocido el esfuerzo del Gobierno de Pedro Sánchez, que ha sido el que más recursos ha destinado a las Comunidades Autónomas.

Se equivoca el PP cuando contrapone un discurso de hooligans con la moderación del portavoz socialista de la Comisión de Comunidades Autónomas del Senado, Juan Espadas, que ha insistido en que el proyecto socialista es el de una España donde no se excluye a nadie, en la que cabemos todas y todos los españoles. El PSOE ha sido, es y será el garante de la unidad, la pluralidad y la constitucionalidad del modelo territorial en España. Y ha concluido que no es tiempo de cavar trincheras, sino de tender puentes y construir convivencia.

Pero también se equivocó Feijóo, porque le ha dado cancha a Ayuso, cuya intervención hace parecer moderados a la ultraderecha. La presidenta de Madrid está absolutamente radicalizada con sus bulos, fakes y mentiras que solo pretende dividir a los españoles, mientras los problemas de los madrileños y madrileñas crecen cada día más.  Su objetivo ha quedado nítido: jubilar cuanto antes a Feijóo, para quedarse ella como nueva líder del PP.

El PP esperaba triunfar, enviar toda su artillería mayor de excursión al Senado, pero han pasado sin pena de gloria. Van de error en error. Y el aún lider del PP tiene cada día más cerca su vuelta a Galicia.

Sr. Feijóo, sabemos de su desesperación, pero no puede embarrar siempre y tanto la política. Ha usado ETA y Cataluña, la pandemia, la guerra contra Ucrania, el volcán. Lo han hecho con la inmigración y ahora tratan de hacerlo con la situación de Gaza. ¿Todo le vale Sr. Feijóo para atacar al Gobierno? ¿Hasta dónde va a llegar?