Dos tendencias que alimentan la literatura española de hoy, el boom de los poetas millennials y el interés por la vida rural, unidas en el Festival Pan Duro. La cita celebra este 24 y 25 de agosto su segunda edición en Brieva, un pueblo segoviano que no llega al centenar de habitantes, como un intercambio entre lo urbano y lo agreste en el que vecinos y visitantes, entre ellos un grupo de poetas venidos desde Madrid a bordo de una caravana (el premio Nacional de Poesía Juan Carlos Mestre, el grupo Club del Río, Hasier Larretxea, Gonzalo Escarpa o Los Peligro) participarán en actividades como pasacalles poéticos, espectáculos de músicas tradicionales, tertulias sobre la tradición oral de la localidad segoviana o performances. Hablamos con Javier Benedicto, director del certamen.

¿Cómo surge esta idea de llevar una caravana de poetas de Madrid a Brieva? El año pasado en el pueblo de Brieva se celebró la primera edición de Pan Duro, a un nivel más local. Este año, queriendo crecer, contactaron con el colectivo Masquepalabras, organizador de los eventos Poesía o Barbarie, entre otros, para escalar el proyecto. Pensamos que era buena idea fletar una caravana de autobuses (a la que también puede subir todo aquel que quiera vivir la experiencia) para llevar a los poetas de Madrid al pueblo y escenificar ese encuentro entre la tradición oral del mundo rural y la poesía contemporánea que se hace en las ciudades. Compartir entre poetas y personas del medio urbano y rural para establecer un diálogo. Lo de poner el foco en el medio rural es una corriente interesante en la literatura actual. Es el caso, en poesía, de poetas como María Sánchez, Fruela Fernández o Hasier Larretxea (este último participa en el festival). En el caso del ensayo, es importantísima la obra La España vacía, de Sergio del Molino. Y en el caso de la narrativa, podría citarse la novedad de Los Caín, la novela negra de Enrique Llamas también ambientada en lugares alejados de la ciudad. Dentro de PAN DURO se celebrará un show de Poesía o Barbarie (Premio Innovación en cultura 2018), con Juan Carlos Mestre, premio nacional de poesía, la banda folk Club del Río y la polipoesía de Los Peligro, que son Sergio C. Fanjul y Liliana Peligro. Además habrá un pasacalles poético, unas tertulias literarias, una feria del libro, y un montón de actividades más en las que participarán artistas como Ouka Leele, Escandar Algeet, Sergio Artero, María Nieto, Hasier Larretxea, Antonio Rómar o Nuria Gómez de la Cal. También tenemos cuatro poetas residentes que llevan unos días empapándose de la vida del pueblo en busca de inspiración.

¿Por qué se han elegido Brieva y Madrid para la ocasión? La iniciativa surge en el pueblo de Brieva que tiene una fuerte tradición vinculada a la narración oral y a la cultura. Los vecinos se reúnen semanalmente en la plaza del pueblo para hablar; con frecuencia se realizan sesiones de cuentacuentos y hasta hace poco, debido a su tamaño, se gobernaban mediante el Concejo Abierto. Es decir: gobernaba el alcalde con ayuda de una asamblea formada por todos los vecinos, que celebraba debates y votaciones en torno a los asuntos públicos. Además, los activos vecinos de Brieva han hecho representaciones teatrales en las que participan la mayoría de los habitantes, como es el caso de su afamada versión de Jesucristo Superstar. Nosotros partimos de Madrid pero en el encuentro participan poetas de pueblos y ciudades de toda la geografía peninsular: Galicia, Asturias, País Vasco, Castilla y León, Andalucía, etc.

¿Creéis que, en los últimos tiempos, la poesía está reconquistando al público, en especial al joven? En efecto, además existe el llamado fenómeno de la poesía juvenil que vende miles de copias y que las grandes editoriales están sabiendo rentabilizar (muchas de ellas antes no publicaban poesía). Es un fenómeno polémico: gentes de la poesía critica a algunos de estos poetas su falta de vuelo poético, su sentimentalidad, o su presunto desconocimiento de la tradición . Para otros es una buena manera para que los jóvenes fans se aficionen a la poesía. Otros dicen que nos hayamos ante una burbuja pronta a pincharse, en la que también sucede que personas pertenecientes al mundo de la farándula, la comunicación, la política o los talent shows se lancen a publicar libros alentados por las editoriales. Lo cierto es que esta poesía representa un fenómeno editorial inédito y que ha contribuido al actual interés por ella en España.

¿Cómo es, estilísticamente, esa nueva generación de poetas? La poesía del boom trata básicamente de lo sentimental. La poesía actual en general es muy diversa, tanto estilística como temáticamente, y eso es bueno. Es difícil ver en ella las corrientes definidas que antes se percibían, y que muchas veces se enfrentaban entre sí. El panorama es ahora muy rico, muy ecléctico, probablemente debido a la facilidad de acceso a la información que tienen los poetas y se pueden disfrutar de diferentes poéticas: las que tiran de referentes culturales pop, las más críticas y politizadas, las que se apoyan en discursos científico-tecnológicos, las más intelectualizadas, la visiones más irónicas, el realismo sucio, etc. Hay pequeñas editoriales que, además de las longevas Visor, Renacimiento o Hiperión, están generando un buen tejido: La Bella Varsovia, Ya lo dijo Casimiro Parker/Harpo, Bartleby, La Isla de Siltolá, Valparaíso, entre muchas otras, también programas radiofónicos o revistas como la fresca y longeva Oculta Lit.

¿Tiene que ver este fenómeno con las redes sociales? ¿Es una forma de hacer poesía más mercantilista que en épocas pasadas? Buena parte del boom de la poesía juvenil tiene que ver con las redes sociales. Y es frecuente que las editoriales vayan a las redes sociales a buscar a escritores de tuits con muchos followers para proponerles sacar libros con portadas coloridas que vender bien a este nuevo público que se ha generado. En muchos casos puede suceder, claro, una forma de mercantilización de la poesía. Podría decirse que por primera vez hay un mainstream comercial en poesía, del mismo modo que existe en el cine o la música.