Estamos en el año de la feria de naciones en Nueva York, lo que sería una expo universal. Un año en el que se presentaba el ascensor con seguro de caída entre otros inventos. En esa época se empezaban a diseñar los edificios con hierro y la conquista de la altura por los rascacielos empezaba a ser una realidad. En medio de esta época feliz en nuestra civilización, en un restaurante de un pueblo llamado Saratoga en Nueva York, un Chef llamado George Crum será protagonista de una invención que cambiaría el mundo de forma radical. El invento por accidente fue dejar caer una patata cortada muy fina en aceite muy caliente. El resultado era una patata frita muy crujiente y deliciosa. La sal jugaría la otra parte de este suculento plato que sería un icono de la cocina moderna.

Las patatas fritas están en todo el mundo

Si podemos hablar de un plato que realmente está en todo el mundo, sería este. Vayas donde vayas en este planeta puedes encontrar patatas fritas. Pizzas quizás en el 99% del planeta, pero patatas fritas podríamos decir que en el 100% del planeta puedes encontrarlo.

El aspecto más importante de las patatas fritas es su sonido

Más que el sabor, el aspecto más importante de las patatas fritas son su sonido. Que una patata frita cruja de forma limpia en nuestra boca hace que sepa mejor que una patata frita poco crujiente. Y no es su sabor, es su sonido lo que hace que nuestro cerebro recoja un sabor más apetecible. Este aspecto se ha demostrado científicamente por el equipo de Pringles que hizo ensayos donde la gente comía la misma patata frita pero por auriculares se les daba diferentes tonos de crujidos. Cuanto más limpio y claro el crujido, mejor sabor.