Derrames de petróleo, accidentes nucleares, fugas de gas y grandes incendios son solo algunos de los desastres provocados por el hombre más relevantes que han sucedido en las últimas décadas. Estos son los siete incidentes más graves.

Incendios de los pozos petroleros de Kuwait

En 1991 las fuerzas militares iraquíes quemaron 700 pozos de petróleo en Kuwait durante la Guerra del Golfo, como parte de una táctica de "tierra quemada" contra las tropas estadounidenses mientras se retiraban del país.

Los incendios comenzaron en enero de 1991 y ardieron durante diez meses. Como las fuerzas iraquíes habían colocado minas en las proximidades de los pozos hubo que limpiar el terreno antes de que los bomberos pudieran acceder a la zona. Kuwait acabó contratando equipos privados con un coste de 1.500 millones de dólares estadounidenses para el país. Se perdieron alrededor de seis millones de barriles (950 000 m³) de petróleo por día y los incendios -el último fue extinguido en octubre de 1991- provocaron una gran contaminación.

La sequía del mar de Aral

El mar de Aral, que era uno de los cuatro lagos más grandes del mundo, con una superficie de 68 000 km², tiene en la actualidad menos del 10 % de su tamaño original

Tras los trasvases de agua realizados por la Unión Soviética en los años 60 para regar cultivos en Uzbekistán y Kazajistán, el tamaño del lago se vio drásticamente reducido. Tras la caída de la URSS, el enfrentamiento entre los países que antes formaban parte de la desaparecida Unión Soviética impidió que se detuviese el proceso de sequía, agravado por el alto índice de contaminación de las aguas, provocado por vertidos y pruebas armamentísticas.

El accidente nuclear de Fukushima

En 2011, el terremoto de 9.0 grados que sufrió Japón se vio acompañado por un tsunami de 14 metros de altura que inundó la plantas inferiores de la central nuclear de Fukushima. Esto provocó la destrucción de los generadores de emergencia y, en consecuencia, tres fusiones de núcleo, tres explosiones de hidrógeno y la liberación de contaminación radiactiva

El gobierno japonés evacuó a unos 154.000 habitantes de las regiones cercanas a la planta debido a los altos niveles de radiación. Además, grandes cantidades de agua contaminada fueron liberadas en el Océano Pacífico durante y después del desastre. Se encontraron algunos isótopos radiactivos en alimentos y agua potable, por lo que las autoridades japonesas establecieron restricciones para evitar su consumo.

Nube de dioxina de Seveso

Un incendio en una planta química provocó una nube de gas de sustancias tóxicas, entre ellas la dioxina (TCDD), en Seveso, Italia, en 1976. La nube de productos tóxicos contaminó una zona de 15 km2 con 37.000 habitantes e hizo enfermar a almenos 2.000 personas. Para evitar que la toxina entrara en la cadena alimentaria, cerca de 80.000 animales tuvieron que ser sacrificados.

El petrolero Amoco Cádiz

En 1978 el petrolero Amoco Cádiz se partió en dos como consecuencia de los graves daños sufridos durante un temporal. Virtió 1.6 millones de barriles de petróleo frente a las costas de Francia. El accidente contaminó cerca de 400 kilómetros de costa y la marea negra provocó una de las mayores muertes biológicas de vida marina.

El desastre nuclear de Chernóbil

El accidente de Chernóbil ocurrió en abril de 1986 en la central nuclear ucraniana Vladímir Ilich Lenin y se considera el peor accidente nuclear de la historia. El gobierno de la Unión Soviética tuvo que evacuar de urgencia a 116.000 personas y el suceso provocó una alarma internacional al detectarse radiactividad en al menos 13 países de Europa central y oriental.

Se cree que entre 5.000 y 90.000 personas perdieron la vida en un largo plazo de tiempo, como consecuencia de los materiales radiactivos y tóxicos.

La fuga de cianuro de Bophal

En 1984 la planta de la compañía química estadounidense Union Carbide en Bhopal, en el centro de India, expulsó por accidente isocianato de metilo al aire, que se extendió a las poblaciones cercanas dando lugar a una de las mayores catástrofes industriales de la historia. La fuga de cianuro ha provocado más de 25.000 muertos hasta el día de hoy (unos 3.000 según el gobierno indio) y, además, generó numerosos problemas de salud a la población (alrededor de medio millón de enfermos) y malformaciones congénitas.