Los diez peores desastres naturales de 2020 provocaron más de 100.000 millones de dólares en pérdidas, según el informe Weather, Climate & Catastrophe Insight: 2020 Annual Report [Análisis del tiempo, clima y catástrofes: Informe anual 2020] publicado por la empresa de servicios profesionales AON. El documento recoge el impacto económico de los desastres naturales. 

Los autores han recopilado datos sobre 416 catástrofes. La suma de pérdidas supera los 220.000 millones de euros, un 8 por ciento más que la media de lo que llevamos de siglo. Los seguros solo cubrieron el 36 por ciento de esas cantidades, unos 80.000 millones. “Los costes siguen creciendo debido al clima cambiante, el mayor número de personas que se trasladan a zonas peligrosas y al incremento de la riqueza global”, señala el texto. 

Holanda sepultada bajo la nieve el 11 de febrero. Imagen: ESA

Holanda sepultada bajo la nieve el 11 de febrero. Imagen: ESA

El año 2020 ha subrayado que el riesgo está más conectado y es más severo

Respuesta global

Greg Case, CEO de Aon, afirma que “la respuesta global a la volatilidad socioeconómica provocada por la pandemia de COVID-19 ha incrementado el foco en otros riesgos sistémicos -en especial, el cambio climático- y está provocando un reordenamiento fundamental de las prioridades de negocio”. 

Por tanto, la capacidad para “gestionar las implicaciones globales de catástrofes concurrentes” será fundamental para las “organizaciones líderes”, según Case. Y añade: “En un mundo con una alta volatilidad, el riesgo permanece siempre presente, está más conectado y, como consecuencia, es más severo; y 2020 ha subrayado esta realidad”.

A su juicio, es preciso fomentar la “colaboración entre los sectores público y privado, lo que será esencial para cerrar la brecha creciente en la protección y construir resiliencia contra las catástrofes naturales”.

Berlín sepultada por la nieve el pasado 31 de enero. Imagen: ESA

Berlín sepultada por la nieve el pasado 31 de enero. Imagen: ESA

El riesgo físico y humano se puede minimizar o mitigar si se reduce la vulnerabilidad

Mejor planificación

Entre las principales conclusiones del informe, destaca la necesidad de mejorar la “planificación y anticipación de diferentes escenarios”. Para conseguirlo, es preciso identificar zonas de riesgo, algo que es “realista en las naciones desarrolladas”, pero no tanto en las que registran “mayor desigualdad de riqueza”.  

“Los peligros naturales no se pueden eliminar, pero el riesgo físico y humano sí que se puede minimizar o mitigar si se reduce la vulnerabilidad de forma adecuada”, explica el documento. 

Entre sus propuestas para conseguirlo, destaca la creación de un modelo de trabajo en el que se involucren todos los agentes: “gobiernos e instituciones públicas, aseguradoras, planificación urbanística, mundo académico, gestión de emergencias, sector inmobiliario, banca de inversión y ONGs”. 

La COP26 es un hito crítico para evitar la catástrofe climática

Más esfuerzo

Algo en lo que está de acuerdo con el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, que señalaba recientemente que nos encontramos “a nueve meses de la celebración de la COP26, un hito crítico en nuestros esfuerzos para evitar la catástrofe climática”. 

Un esfuerzo al que ya se han sumado los países que suman el 70 por ciento de la economía mundial y el 65 por ciento del total de generación de dióxido de carbono. Todos ellos se han comprometido a llegar a cero emisiones netas. 

Los últimos seis años han sido los más cálidos registrados desde 1880

Cambio climático

Porque el origen de estas catástrofes está en el cambio climático: “El impacto del clima en cada región y cada continente está empeorando. (...) Necesitamos un descubrimiento en cuanto a adaptación y resiliencia”. 

Según señala la Organización Meteorológica Mundial [OMM], los últimos seis años han sido los más cálidos registrados desde 1880 y 2016, 2019 y 2020 se situaron a la cabeza de esa poco positiva clasificación. El pasado 2020 estuvo 1,2°C por encima de las temperaturas de la era preindustrial [1880].

“La velocidad a la que aumentan las temperaturas es alarmante”, en palabras de Pascal Peduzzi, director del GRID-Ginebra del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Y advierte: “A este ritmo, podríamos alcanzar +1,5°C en los próximos 15 años”.

Preocupación constante

La preocupación en Naciones Unidas es constante. En enero de este año, António Guterres aseguró que 2021 es un año crítico para el clima y pidió una acción multilateral. Además, pidió a los donantes y bancos de desarrollo que aumenten los recursos financieros que se destinan a la adaptación del 20 por ciento al 50 por ciento como mínimo para 2024; e insistió en que los países desarrollados cumplan su compromiso de movilizar 100.000 millones de dólares anuales para la acción climática en los países en desarrollo.

El calentamiento global y el cambio climático serán temas clave de discusión en la quinta sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, organizada por el PNUMA, que tiene lugar este mes. El máximo órgano mundial de toma de decisiones ambientales reúne a representantes de los 193 Estados miembros de la ONU, líderes empresariales, sociedad civil y ambientalistas de todo el mundo.