El juez Joaquim Bosch ha sorprendido en Twitter con la profunda reflexión que ha hecho sobre la invasión rusa de Ucrania, que ya supera el quinto día de conflicto bélico. Así, ha empezado diciendo que hay una “regla de oro”, la de rechazar siempre la guerra, pero que esa regla “tiene una excepción”. Ha sido esta excepción la que ha tratado de explicar a través de un hilo en la red social y con la que ha recibido un gran número reacciones y de ‘me gusta’.

“Los derechos humanos son una de las aportaciones fundamentales de la humanidad para acabar con la barbarie. La guerra siempre supone una negación de esos derechos. A lo largo de la historia las guerras siempre han provocado las catástrofes más dolorosas”, ha añadido. Así, ha señalado que este tipo de conflictos afectan siempre a los más débiles y que “la primera víctima de las guerras siempre es la verdad”.

Según Bosch, estos conflictos son “el marco perfecto para la manipulación, el fanatismo, la incitación al odio y la justificación del exterminio ajeno”. Por esta razón, ha explicado que “la primera reacción cívica” debe ser la de decir “no a la guerra”. Pero ha sido en este punto en el que ha señalado cuál es la excepción a la regla de oro con la que comenzaba el hilo: “En el derecho interno no se puede agredir a nadie, pero sí que está justificado repeler una agresión. Esa es la única excepción a la regla de oro, también en derecho internacional. La legítima defensa armada ante un ataque es completamente válida”.

Es en este sentido en el que ha puesto un ejemplo “muy claro”, que es la guerra iniciada por Hitler: “La Carta de las Naciones Unidas regula ese derecho a la legítima defensa”. Y ha avisado: “Hay que analizar con atención esas situaciones: históricamente todos los países han iniciado las guerras con la excusa de defenderse. No son admisibles las guerras preventivas, las que buscan supuestas armas de destrucción masiva o las que imputan malas intenciones ajenas”.


Contra Putin y su invasión a Ucrania

Tras esta reflexión, Joaquim Bosch ha cargado contra Vladimir Putin por la invasión a Ucrania, señalando que “no hay justificación para el ataque de Putin contra Ucrania”: “No puede ser un motivo la exhibición de ultranacionalismo imperialista. Tampoco lo justifica la protección o la seguridad de Rusia frente a la OTAN, porque ese interés legítimo se puede defender sin invadir un país”.

Para rematar, ha sentenciado: “No son admisibles los ejercicios de hipocresía: no hay masacres buenas y masacres malas. El rechazo de la guerra es un imperativo categórico que está muy por encima de simpatías o antipatías hacia países concretos”.