Rusia ha atacado con misiles barrios residenciales de la ciudad de Járkov, la segunda más poblada de Ucrania, donde, según el Ministerio del Interior de este país, decenas de personas murieron y centenares resultaron heridas.

"¡Un ataque inmisericorde y sin sentido contra un barrio residencial! ¡Cadáveres destrozados en las calles!", denunció en su canal de Telegram Anton Gerashchenko, del departamento de Interior, un mensaje que acompañó de duros vídeos en los que se podían ver cadáveres de civiles en las calles. Otros vídeos difundidos por usuarios de redes sociales, como Twitter, también dan testimonio de la lluvia de misiles sobre Jarkov y los cuerpos sin vida sobre el asfalto.

Kiev se resiste

Las fuerzas rusas avanzaron por el sur, desde la península de Crimea, y por el este, desde la región del Donbás, tomando el control de la central nuclear de Zaporozhie, la más grande de Europa, lo que fue confirmado por el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Igor Konashenkov en una comparencia ante los medios de comunicación. Tabmién tomaron el control de las ciudades de Energodar y Berdyansk, esta última uno de los principales puertos marítimos de Ucrania, en el mar de Azov.

La ofensiva rusa no ha podido rendir a Kiev, prácticamente sitiada por las tropas de Vladimir Putin, pero que se han encontrado con más resistencia de la esperada. "El enemigo sufrió pérdidas significativas de personal. Las tropas rusas están desmoralizadas y exhaustas", según el comandante del ejército ucraniano, Alexander Syrsky.

El presidente, Volodímir Zelenski, que ha impuesto la ley marcial en el país, hizo un llamamiento a "resistir" y a que cada ucraniano "se convierta en un combatiente". Incluso anunció la liberación de presos con experiencia militar para luchar contra el invasor. "No es una decisión fácil desde el punto de vista moral, pero es útil para nuestra defensa. Podrán expiar sus culpas en los lugares más peligrosos de la guerra", dijo el mandatario.

La OTAN aumentará el apoyo a Ucrania

La OTAN incrementará aún más el envío de armamento a Kiev, según confirmó este lunes su secretario general, Jens Stoltenberg. "Los aliados aumentarán su apoyo con misiles antiaéreos y armamento anticarro, así como ayuda humanitaria y financiera", dijo. El anuncio de la Alianza Atlántica molestó a Vladimir Putin, que advirtió que la entrega de armamento a Ucrania por parte de los países aliados es una decisión "extremadamente peligrosa" y "desestabilizadora" y puso en máxima alerta y "en posición de combate" su sistema de armas disuasorias, que incluye los misiles balísticos intercontinentales capaces de transportar ojivas nucleares. 

Más de medio millón los ucranianos han huido del país, según Acnur, a Polonia, Hungría, Moldavia, Eslovaquia y Rumanía. La Agencia de la ONU para los Refugiados calcula que los refugiados podrían llegar a 5 millones de prolongarse la guerra en Ucrania.