Karlos Arguiñano se encuentra presentando su último libro: La buena cocina, 900 recetas que siempre salen bien en un momento en el que la cocina se ha vuelto casi una imprescindible en la vida de muchos, ya que ha servido como pasatiempos durante el confinamiento.

También ha sido en el sector de la hostelería donde muchas familias reclaman medidas que no afecten de manera tan notable a su negocia, y ha sido en este línea en la que el cocinero vasco se ha orientado en una entrevista recogida en el Huffington Post.

“Es muy triste, pero parece ser que es un sacrificio necesario, sino sería un horror. Sin economía es muy difícil sobrevivir pero sin salud es imposible”, desliza Arguiñano, quien añade que se acuerda, además, de todos sus colegas y de otros muchos" porque alrededor de la hostelería hay repartidores, proveedores, taxistas...".

El cocinero ha querido acompañar de una reflexión sobre el cierre de los bares en algunos pueblos y la apertura de estos en Madrid: “Es complicado este asunto, que en un pueblecito de 500 habitantes estén los bares cerrados y que en Madrid estén abiertos... Alguien anda despistado”, desliza en una frase que, si bien no lleva destinatario claro, parece ir dirigida a la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, o a su equipo.

En el ámbito más personal, reconoce que se le está haciendo muy complicado no poder ver a sus nietos: "Tengo 11 y llevo  8 meses sin abrazarlos" insiste un profesional que, antes de eso, es también padre de 7 hijos.