Este mes, Tamara Falcó y su prometido, Íñigo Onieva, han pasado unos días de descanso en la paradisiaca isla de Bali (Indonesia). Ante una escapada así, la pareja ha querido compartir sus momentos más especiales en redes sociales. Sin embargo, esta escapada prenupcial ha dejado una imagen que ha sido muy comentada en redes sociales y tiene a Falcó como protagonista.

En aras de estar más a gusto con la proyección estética que se quiere trasladar a redes sociales, es normal que la gente use filtros o, incluso, vaya más allá y retoque sus fotos con Photoshop. Y una foto subida por Íñigo Onieva ha servido para demostrar los retoques que Falcó ha ejecutado sobre esa misma imagen, subida también en su cuenta personal de Instragram. 

En las imágenes se puede ver cómo cambia el físico de la marquesa. Un hecho que no ayuda a la normalización de los cuerpos no normativos y hace un flaco favor a dicha lucha.

Ante la polémica generada, Falcó se ha lavado las manos y no ha asumido ninguna responsabilidad sobre lo sucedido. Unas explicaciones que ha difundido el periodista Aurelio Manzano en el programa de Mediaset, Fiesta: “Esta foto se manda directamente al equipo de marketing de Tamara Falcó, porque es el equipo de marketing el que generalmente retoca un poquito las fotos, pero no a niveles de quitar y poner, sino de luz y otros detalles, pero en ningún caso para lograr este objetivo”, ha declarado el comunicador.

Asimismo, ha añadido que "el equipo de marketing de Tamara Falcó, queriendo hacer las cosas de motu propio, decidió hacer ese retoque sin su autorización”. 

Ausencia en El Hormiguero

Antes de emprender este viaje con su prometido, Falcó fue noticia en El Hormiguero debido a su ausencia. Y la razón fue su mal estado físico: "Ha pasado la semana santa y no tenemos a Tamara. Tamara está malita, pero la semana que viene vuelve”, explicó Pablo Motos. 

A pesar de que es un motivo de lo más común, lo cierto es que esta ausencia se produjo justo en mitad de la polémica del debate de la gestación subrogada y con motivo de las palabras que pronunció Falcó al respecto, cuando salió a la luz la polémica portada de la revista ¡Hola!.

“Para hacer este tipo de tratamientos tienes que fecundar varios óvulos, y la Iglesia piensa que el alma está ahí desde el momento de la concepción. Muchas veces lo que se hace con esos óvulos congelados es descartarlos o darlos para la experimentación, y ahí sí que entra el dilema moral para mí, porque ya hay un alma”, defendió Falcó.