María del Monte fue uno de los rostros famosos del que más se habló el año pasado gracias a su reivindicación por el colectivo LGTBI y por desvelar su situación sentimental en el mes del Orgullo. No obstante, lo que ha pasado desapercibido para muchos fueron sus motivaciones políticas, las cuales confesó este domingo en su entrevista en ‘Lo de Évole’.

‘La Reina de las sevillanas’ le confesó a Jordi Évole cómo recibió la propuesta directa del PSOE para entrar como segunda en sus listas electorales, justo después de Alfredo Sánchez Monteseirín en Sevilla, quien logró llegar a la alcaldía. "Tú querías ir de número uno, ¿no?", bromeó el periodista. No obstante, ella declinó entrar sin dudarlo en política en cuanto se le presentó la oportunidad: “Yo creo que no, no, no”, aseguró.

“Lo tengo claro. No es para lo que yo he venido a este mundo”, afirmó contundente durante la entrevista.

María del Monte, sobre normalizar las relaciones LGTBI

Siendo el aspecto político una anécdota más, lo cierto es que la tónica principal de su conversación con Évole fue su salto mediático después de hacer su confesión en el Orgullo de Sevilla: “Lo que no quiero es que la gente a la que quiero sufra. Pero quiero que sepáis que soy una más de las que estamos aquí”, afirmó, confirmando públicamente así su relación con la periodista Inmaculada Casal.

“¿Por qué hay que etiquetar a nadie?”, se preguntó ante el periodista, ensalzando así que aún se debe “luchar” por la “normalidad” en términos de relaciones sentimentales y sexuales. “¿Cuándo se te presenta un hetero como hetero? Jamás. ¿Tú sabes de qué color es el sofá de mi casa? ¿Es malo? No, pero es mío”, prosiguiendo, aclarando a la par que su “círculo cercano” siempre ha conocido su sexualidad.

Tal fue la magnitud de su discurso en la celebración del Orgullo en la capital andaluza que Del Monte desveló una conversación que tuvo con un joven en aquel momento y por la que quedó conmovida: “Mi abuela es fan tuya. Tengo un novio, pero mi abuela jamás me había hablado de él y, a raíz de lo tuyo, me ha preguntado”, recuerda, para señalar así que, solo por este tipo de situaciones, “ya valió la pena” romper su silencio al respecto.

“Tengo familia y llevo 23 años protegiéndola -a su pareja-. He empezado hablando de libertad y voy a respetarla. […] Jamás en mi vida me he escondido de nadie, no lo voy a hacer ahora por amor. Nunca”, reivindicó en el momento de su confesión pública aludiendo a la discreción de su mujer y cómo ha vivido su relación su círculo íntimo estos años de atrás.

Su relación translúcida con Isabel Pantoja de cara al público

Y es que la vida sentimental de la folclórica ha acaparado numerosas revistas y publicaciones del corazón durante décadas, ya que se llegó a rumorear sobre una relación más allá de la amistad con Isabel Pantoja.

Sobre este aspecto, Del Monte le confesó este domingo al periodista de LaSexta que llegó a sentirse “perseguida”: “Cambió mi tranquilidad. Mi libertad. Cuando se castiga a alguien de lo que se le priva es de libertad. ¿Por qué tenía que tener yo ese castigo si no había hecho nada? Eso lo llevé regular”, desveló.

Fue así como la cantante también dio a conocer las consecuencias que esta situación tuvo para su vida profesional y personal, ya que dijo haber “renunciado a mucha pasta” por no querer dar detalles públicos. “No te vayas a creer que no es tentador contar o prestarte a ciertas cosas. Me han ofrecido dinero muchas veces, pero no de momento”, señaló.

No obstante, no descarta romper su silencio en algún punto futuro: “Hasta hoy, nadie puede decir que yo haya cobrado dando una exclusiva. He cantado, pero ahí es donde está la madre del cordero. No sabes tú la diferencia de precios. Me llegaron a ofrecer hasta 300.000 euros”, reconoció en ‘Lo de Évole’.

En cuanto a su éxito en la industria en comparación con el que ha tenido la trayectoria de ‘la Pantoja’, Del Monte explicó que todo fue por la decisión de la compañía, “que decidió volcarse en el marketing de otro producto que pensaba que le iba a dar más beneficio”. Una decisión que dijo entender, a pesar de no compartirla.