La actriz Ana Milán ha contado su versión sobre las críticas que recibió su hijo cuando los usuarios viralizaron que el menor de 17 años seguía en las redes sociales a la cuenta del partido de Santiago Abascal, Vox. “Nadie se preocupó por saber la verdad, nadie me preguntó; fue por consejo mío, yo le dije ‘sigue a todos los partidos políticos y entérate de qué van’, pero que no tenía ni puñetera idea de nada”, ha dicho Milán durante una entrevista en Buenismo Bien de Cadena SER.

Milán también ha denunciado el odio que sufrió en el momento de la polémica. “Yo recuerdo a un tipo que puso ‘He visto que Ana Milán era trending topic y he entrado con la esperanza de que fuera porque estuviera muerta’. Le escribí y le dije ‘¿De verdad? Párate a pensarlo un momento. ¿Tú de verdad deseas que yo esté muerta? Si es imposible”, ha agregado.

Y por ello, ha lanzado un bote salvavidas para todos aquellos que siguen expandiendo el odio en esta red social más conocida por este aspecto que el resto de plataformas. “Los que tenéis Twitter lo que tenéis que hacer es marcharos porque es una manera de, los que tenemos una ligera influencia, decir a los otros: yo no voy a participar en este campo de minas donde se saltan a los seres humanos. Quítate, quítate, quítate, quítate en directo”, ha dicho tajante la actriz.

Los que tenéis Twitter lo que tenéis que hacer es marcharos

Y ha reclamado que “no podemos fracasar tanto como sociedad y seguir peleándonos con Vox. “Seguir participando en una fiesta del odio y del acoso, y ese juicio sin saber qué ha pasado. ¿Qué haces? Como ser humano, ¿qué haces deseándole la muerte a otro? Sobre todo, ¿qué te pasa cuando alguien no piensa igual que tú?”, ha continuado la famosa profesora de Física y Química.

La red social del odio

Milán también ha continuado durante su entrevista en el podcast que se puso en contacto con el usuario que le había deseado la muerte. Y puntualizó que “esta última parte la voy a hacer en privado para no humillarte”. “Y le dije: lo peor de todo es que tú no tienes cojones a decírmelo a mí a la cara. A esa no me contestó porque no los tiene”, agregó. A lo que ha sumado que: “¿Y si lo hubiera sido? [en referencia a su hijo y Vox] ¿Qué hago? ¿Mato al niño porque me ha salido gilipollas? Vienes tú a decirme que ojalá estemos muertos. ¿Pero qué estamos admitiendo?”, ha continuado.

¿Qué hago? ¿Mato al niño porque me ha salido gilipollas?

El odio es una combinación de animadversión, desprecio y asco”, define el director del Instituto de Neurociencias de la UAB, Ignacio Morgado, en el documental Cuando la red no es social. Se suma otro significado relacionado con la red social como instrumento que permite “la intención de destruir aquello que odias y que este sentimiento puede potenciarse”, a ojos del sociólogo Francesc Núñez. Para el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, indica que “es un término peligroso, un sentimiento de rechazo que puede llevar al exterminio”.

Las definiciones de los autores reflejan una discriminación presente en la actualidad, una salida para expresar lo que el individuo rechaza de manera intolerable y que se canaliza a través de estas plataformas. El objetivo es atacar a un mensaje que rompe con los esquemas de los individuos debido a ese sentimiento de pertenencia a los ideales, grupos o pensamientos, según recogen los expertos.

Discursos de odio

Como es conocido. Las palabras se las lleva el viento. En muchos casos, muchos de los haters no son capaces de plantar cara a los destinatarios de sus tuits. Así lo reflejó un experimento social que desarrolló El Hormiguero cuando las influencers María Pombo y el colaborador Juan del Val se enfrentaron a sus haters no por medio de las redes sociales, sino protagonizaron un cara a cara para conocer a los perfiles que les insultaron en estas plataformas.

En el caso de la influencer madrileña, los organizadores le presentaron a un hater que la había dicho: “Estoy viendo vídeos de la María Pombo y es que no puede ser más tonta”, leía la usuaria en frente de Pombo. “Me lo dices ahora y me río, pero en ciertas ocasiones me he ido a la cama llorando”, decía la joven. Otro usuario comentaba: “María Pombo, ¿eres tonta? ¿Te gusta ser tonta?”. A lo que la propia influencer se reía de este comentario.

“Tú lo que quieres es ser influencer también”, respondía Pombo. “Hombre te pagan por subir publicaciones a Instagram, yo también quiero”, respondía el usuario. Otro comentario se suma. “Que la María Pombo esté casada con alguien que piensa que ser gay es raro, eso sí que es raro”. La respuesta de la influencer fue: “Por este tuit a lo mejor cinco amigos tuyos que te siguen creen que realmente he dicho esto o que mi marido ha dicho esto realmente”.

En el caso del escritor Juan del Val, la situación se vuelve más surrealista tras la rápida conversión de una hater a fan suya en cuestión de segundos. Minutos antes de hablar con Del Val, una de las usuarias le confiesa que realmente no tiene una concepción negativa del mismo tras haber pasado esos minutos de conversación, y posteriormente, le pide si pueden hacerse una foto juntos, a lo que el escritor responde que no.

También la influencer Laura Escanes respondía a los perfiles de Twitter tras los ataques a su relación cuando todavía salía con el presentador Risto Mejide y las acusaciones por las condiciones de su trabajo. “Ser influencer es un trabajo. Hay un momento en el que deciden invertir parte de su dinero para hacer publicidad en redes sociales”, dijo. Porque como dijo la intérprete de Olimpia, “nunca le vas a gustar a todo el mundo, no eres un sábado”, pero “hay que tener límites a la sensibilidad”. “El ego solo es confeti, luego hay que barrerlo”, es otra de las frases que se incluye en su repertorio.