El escritor Javier Cercas acaba de sacar No callar, un libro en el que recopila crónicas, ensayos y artículos que ha ido publicando desde el año 2000. Coincidiendo con la publicación, Cercas ha mantenido una entrevista con Aimar Bretos en Hora 25 y en ella, el autor ha dejado una serie de reflexiones a la altura de su dimensión. A lo largo de la conversación, el escritor no ha dudado en meter el bisturí en lo más profundo de la izquierda, a la que confiesta que vota. Y lo ha hecho desde la posición del intelectual, que invita al pensamiento y el debate, aspectos que se han ido perdiendo en favor de la crispación.

En primer lugar, Cercas ha querido dejar claro el hecho de que él no es periodista: "Periodista es un tío que tiene que contar la caída de las Torres Gemelas mientras está ocurriendo", ha expresado, para continuar subrayando: "Yo ni he estudiado periodismo, ni he estado en una redacción, nada". A esto ha añadido: "Yo soy un tío que escribe dos veces al mes. Eso ni es periodismo, ni es ná. Eso, si quieres, es un ensayuelo". "Por eso, es más fácil que sobrevivan al tiempo, porque no están, insisto, sometidos a lo que ocurre en la actualidad inmediata", ha indicado Cercas. 

A lo largo de las 700 páginas que tiene su obra No callar, se puede ver cómo Cercas ha ido diseccionando diferentes temas de la actualidad. Uno de ellos es el que tiene que ver con Cataluña. En estos últimos 23 años, en el territorio mediterráneo han ido pasando muchas cosas que han marcado la vida del escritor: "He querido que el lector, además de leer lo que yo he pensado sobre lo que ha pasado en los últimos años, lo leyese como una historia. Es decir, cómo un catalán normal y corriente, que eso es lo que yo soy, ha vivido esto a lo largo de estos años. Es decir, cómo al principio lo que sientes es perplejidad, luego dudas, enfado y cabreo. Y quizá, mejor comprensión a medida que va ocurriendo", ha explicado. 

Sobre la actual situación de los catalanes, Cercas reconoce sentirse "anestesiado" y ha dejado claro que la situación no se ha solventado "ni mucho menos". Además, se se ha mostrado muy contrario a lo que sucedió el 1-O ya que "fue un choque directo de una parte del Estado contra el Estado democrático, porque la Generalitat es una parte del Estado". Para él, "sigue habiendo un problema, porque sigue habiendo un 50% de catalanes aproximadamente, que siguen votando partidos secesionistas".

En este punto, Cercas ha hecho una sesuda reflexión sobre el nacionalismo catalán, señalando que desde que comenzó a ser votado, el número de adeptos no ha variado. Del mismo modo, ha señalado un culpable: "No hay un plan para Cataluña. Ningún gobierno español, repito, ningún gobierno español ha tenido un plan para Cataluña", ha expresado. Y, al mismo tiempo, ha apuntado una vía de solución: "Federalismo". Para él, "necesitamos hacer un ejercicio que es fantástico, que es cambiar el esquema mental nacionalista por el esquema mental federalista". Tras manifestar que el federalismo es lo realmente progresista, Cercas ha argumentado que "una de las perversiones de este país es que la izquierda española, a la que yo voto, siempre ha sido siempre cómplice de una causa esencialmente reaccionaria e insolidaria. Y en 2017 inequívocamente antidemocrática".

Llegados a este punto y preguntado por Bretos del porqué del comportamiento de los líderes de la izquierda con el nacionalismo, Cercas ha incluido al franquismo en su tesis: "Es la mayor manifestación, la más brutal, del nacionalismo español. El franquismo lo que quiso fue aplastar, suprimir, convertir a España en Francia, donde triunfó el nacionalismo y se suprimieron las diferencias. Como todo el que no era franquista se convirtió en de izquierdas y progresista, incluido Jordi Pujol, el banquero Jordi Pujol... ¿Qué te parece?". También ha mostrado su sopresa por el hecho de "que el PNV, que es un partido completamente conservador, se alíe con la izquierda española".

Asimismo, Cercas ha confesado que lo que más le molesta de la izquierda es "su puritanismo": "Si algo había sido la izquierda era antipuritana. La derecha era la puritana y nosotros nos reíamos de eso. Y nos parecía grotesco, porque lo es. Y ahora hemos importado una especie de puritanismo típico de América", ha zanjado.