El procés independentista y los graves acontecimientos vividos en Cataluña en el otoño de 2017 con el referéndum ilegal del 1 de octubre marcan un antes y un después en Javier Cercas, como persona y como escritor. Estos hechos luctuosos le ayudaron a reinventarse como escritor y crear Terra Alta’, la novela policiaca con la que ha ganado el Premio Planeta 2019. “El procés es el carburante de la novela, no el tema”, insiste el autor.

A Cercas le gusta describir Terra Alta  como un western disfrazado de thriller. Y lo es. La novela está protagonizada por Melchor, un mosso d’Esquadra con un pasado terrible al que el destino le sitúa en Cambrils la noche de los atentados yihadistas de agosto de 2017. Él es el agente que abate a los cuatro terroristas y acaba refugiándose en Terra Alta, la comarca del interior de Tarragona donde, aparentemente, nunca pasa nada.

"Terra Alta es un western disfrazado de thriller"

Entrevistamos a Cercas a contrarreloj entre presentaciones y firmas de libros. Está pletórico por el éxito de su novela a la que considera una de sus mejores obras, muy diferente de las anteriores pero que conserva la esencia de Cercas.

En primer lugar, enhorabuena por el premio, del que ha llegado a decir que, en Extremadura, su tierra natal, le reciben como si le hubiera tocado el gordo. ¿Le ha tocado el Gordo de verdad?
El gordo literario, sí. Me siento muy feliz, es un premio muy bonito con una dimensión popular que yo ni siquiera sospechaba. Llega a muchísima gente y la gente se alegra por ti, y eso es la alegría completa. Realmente mis paisanos extremeños, aunque yo me fui de allí con cuatro años, me ven extremeño. Lo soy, y también catalán. Pero económicamente, no creas. La mitad se lo lleva Hacienda y, como decía un amigo, un mediano directivo de cualquier empresa cobra eso cada año.

Este tipo de novelas no se escribe en dos días, ¿no?
Claro. Esto te puede llevar años y además, sólo te puede pasar una vez.

¿Va a optar por la vía abierta por Marta Rivera de la Cruz primero y Mara Torres después de reclamar una tributación menor (del 40% al 30%)?
Eso es fantástico. Soy de los que pago a Hacienda, pero no quiero pagar más de lo que me toca. Parece que es una novedad y, de momento, estamos a la espera de ver qué dice el Tribunal Supremo. 

"Una novela es una partitura y es el lector el que la interpreta, a su manera"

¿Cómo se está acogiendo la novela? ¿Ha tenido ya la oportunidad de contactar con sus lectores?
La primera lectora que entró a una firma en Santiago, en la Casa del Libro lo hizo gritando ‘Este año el Premio Planeta es la bomba’. Pues eso es lo mejor que te puede pasar. Me encanta ya que son los lectores quienes hacen los libros. Hay un personaje en ‘Terra Alta’, el francés, el bibliotecario de la cárcel de Quatrecamins, que es quien inicia a Melchor en la literatura, que dice ‘La mitad del libro la pone el autor y la otra mitad el lector’. Y esto es verdad. Una novela es una partitura y es el lector el que la interpreta, a su manera. Y en eso consiste la magia de la literatura. Sin lectores no existe la literatura. La literatura es cuando los lectores se meten en las páginas del libro y cobra vida. Y cobra una vida nueva y distinta en cada casa.

Cubierta Terra Alta

Melchor es un ávido lector de buenas historias. En varios momentos de la novela hay una reivindicación de la literatura, no solo a través del protagonista y el Francés al que acabamos de mencionar. También la mujer de Melchor y bibliotecaria de profesión, Olga, demuestra esa pasión por la lectura. ¿Era necesario para ti reivindicar el valor y el poder de la lectura y los libros?
En el libro es indispensable. Lo que le cambia la vida a Melchor es la literatura. ¿Por qué Melchor se enamora de esa mujer y encuentra en ella su patria, aunque sea de una manera fugaz? Porque por vez primera en su vida puede hablar de los libros, que es lo que más le importa en la vida. Cuando la conoce, ella le cuenta una historia de ‘Los Miserables’ y él se ríe por primera vez desde la muerte de su madre.

Melchor es un lector ideal: no lo hace por obligación ni porque sea un acto cultural, sino por necesidad. Él no distingue entra la literatura y la vida. Para él la literatura es vivir más y de una manera más rica y compleja. La literatura ilumina su vida. También ‘El Quijote’ está lleno de literatura. Su presencia en ‘Terra Alta’ no es algo nuevo ni tampoco hay intención de reivindicar la literatura. Simplemente, está ahí. Me he tenido que aprender ‘Los Miserables’ para escribir esta novela. Melchor se la sabe de memoria y es para él un espejo de su propia vida y el hacha, como él dice, con la que se defiende de las ofensas de la vida. La literatura está encarnada en su propia vida y eso es lo que yo creo que es la literatura.

"Me he tenido que aprender 'Los Miserables' para escribir esta novela porque mi personaje se lo sabía de memoria"

Ojalá recuperásemos el sentido que se tenía de la literatura en otros tiempos. Parece que hoy está confinada al gueto y los que leemos fuésemos un clan. Pero no es así. El Quijote fue uno de los libros más populares de su época y lo conocían hasta los analfabetos porque se leía en voz alta. Cervantes, Shakespeare, Lope de Vega… todos ellos fueron popularísimos. ‘Los Miserables’ fue un libro que trastocó la sociedad francesa. La gran literatura no tiene por qué ser sólo de lectores elitistas o intelectuales. No es así. Puede ser de otra manera como lo ha sido a lo largo de la historia.

Melchor es así. No lee los suplementos literarios ni las revistas. Lee novelas porque le va la vida en ello.

"La furia de Melchor es mi furia, el odio que se respira ahí es mi odio"

La noche en que recibiste el premio comentaste que la literatura a le había salvado. ¿Qué tiene en común con Melchor, el personaje principal de ‘Terra Alta’?
Todo. Lo he creado yo, imagínate. Superficialmente no parece, la biografía de Melchor, afortunadamente para mí, es muchísimo más dura, más complicada que la mía. La mía en comparación con la suya es tranquila. Pero él ha salido de mi carne y de mi sangre. Todas las buenas novelas son autobiográficas. Eso no quiere decir que el autor cuente su vida en ella, o no necesariamente.

En este caso hay una ficción, con un personaje y una serie de circunstancias muy alejadas de mi propia vida. Pero eso no quiere decir que no sea autobiográfico porque yo ahí he metido lo más intenso, lo más profundo, lo más secreto que llevo dentro, cosas que ni yo mismo debería decir en un artículo o en una entrevista. La furia de Melchor es mi furia, el odio que se respira ahí es mi odio. La literatura es capaz de sacar lo más profundo que llevamos dentro de nosotros, lo más oscuro, lo más secreto y convertirlo en belleza. Esa es una de las maravillas de la literatura. Por eso es útil, siempre y cuando no se proponga serlo ya que, en el momento en que lo haga, se convierte en propaganda o pedagogía.

"La literatura es capaz de sacar lo más más oscuro que tenemos dentro y convertirlo en belleza"

Habla de que Melchor tiene todo aquello que no se atrevería a reconocer públicamente. ¿Hablar en tercera persona, una novedad en sus obras, le ha ayudado a construir ese personaje manteniendo la distancia con todo aquello que no se atrevería a reconocer como propio?
Es vital. Mis novelas anteriores, desde ‘Soldados de Salamina’ hasta ‘El monarca de las sombras’, la última, están escritas en primera persona y en ellas había cosas muy próximas a mi propia biografía. Se hablaba de mi familia, incluso había un tipo que se llamaba Javier Cercas y era tremendamente personal y próximo. Uno de los cambios radicales es la tercera persona. Todo está visto desde fuera con gran frialdad, con gran distancia. Probablemente eso es lo que me ha permitido decir cosas que de otro modo no podría expresar.

Tuve la impresión de que, con ‘El monarca de las sombras’ se acababa algo, ya no podía seguir más por el territorio que había empezado a explorar en ‘Soldados de Salamina’. A no ser que me repitiera. Eso sería el fracaso y el fin de un escritor. Yo tenía necesidad de escribir ese libro, lo hice y se acabó. Afortunadamente, y gracias a unas circunstancias infelices he encontrado un territorio nuevo. Y es que la felicidad no es productiva para los escritores, la felicidad es muda, los escritores nos nutrimos de la oscuridad, del conflicto, de la desgracia y de lo malo, no de lo bueno, somos recicladores de basura. Por decirlo en una frase que suena un poco a autoayuda, me he reinventado. Ahora soy un escritor distinto.

"La felicidad es muda, los escritores nos nutrimos de la oscuridad, del conflicto, de la desgracia y de lo malo"

¿Qué hay nuevo en esta novela?
En esta novela trata de una serie de temas que no había tratado nunca antes como es el valor de la ley, la justicia, la legitimidad de la venganza, el odio… Pero también temas que vienen desde ‘Soldados de Salamina’, la exploración del heroísmo, por ejemplo. Es un tema constante en mis libros y aquí está también. Resulta que Melchor es el héroe de Cambrils, pero al mismo tiempo es un héroe con muchas oscuridades. Tiene, además, una cosa muy especial, que es la capacidad de tomar decisiones difíciles en situaciones complicadas. Por eso me llamó la atención el hecho de Cambrils para construir a mi personaje. Necesitaba eso, alguien de quien no sabemos nada y podía inventarme su biografía.

Hay gente excepcional que tiene esa capacidad de tomar decisiones difíciles muy rápidamente, con mucha sangre fría. No soy como ellos, pero me intriga mucho. ¿Qué les lleva a hacer cosas así? ¿Cómo son? Melchor, que es un personaje contradictorio, lleno de oscuridades, un justiciero capaz de auténticas barbaridades, al mismo tiempo es un tipo al que adoro. Cuando pienso en él pienso en un verso de Borges que dice ‘Bienaventurados los de limpio corazón…’ Le adoro y es un tipo especial.

"Melchor es un personaje contradictorio, lleno de oscuridades al que adoro"

Ha conseguido construir con Melchor un personaje muy potente que podría protagonizar una saga, al estilo de otros grandes investigadores. ¿Se ha planteado la vuelta de Melchor en algún momento?
Solo te voy a decir una cosa. Al acabar una novela siempre trato de olvidarme de los personajes. Hasta ahora nunca me había ocurrido y es que los personajes de ‘Terra Alta’ no se me van de la cabeza, en particular Melchor, pero no sólo él. Y que tenga la sensación de que ese mundo no se ha acabado todavía. Eso no me había pasado jamás.

¿Ha tenido algún tipo de contacto con el verdadero mosso que abatió a los terroristas yihadistas en Cambrils?
En primer lugar, nadie sabe quién es ese chaval porque le han protegido, como te puedes imaginar. Segunda cosa, cuando yo escribí el libro no quería saber nada de él. He inventado mi propio personaje. A lo mejor lo conozco y no sé que es él, pero tampoco es algo que me inquiete. He tenido mucho contacto con la gente de la policía, con los Mossos d’Esquadra porque sin ellos no habría podido escribir este libro. He tenido mucha relación con la gente de la comisaría de Terra Alta que me acogieron maravillosamente y contestaron a infinidad de preguntas, también con gente de la Central. De hecho, hay dos personas, un sargento y un caporal que han leído el libro porque yo se lo pedí. Me hicieron sus observaciones. Cuando llegué allí me dijeron, nosotros no leemos novelas policiacas ni vemos series porque no nos las creemos. Les dije, esta os la vais a creer porque quiero que sea como funcionan las cosas en realidad. Y lo conseguí.

¿Son los mossos tan diversos y plurales como los pinta?
Sí, como en todas partes, en cualquier gremio o trabajo. Son gente normal y corriente, con sus pasiones, sus preocupaciones, su vida…

“El procés es el carburante de la novela, no el tema”

En relación al tema que planea sobre la novela, los acontecimientos en Cataluña que nos han marcado a todos, [“sobre todo a los catalanes”, matiza Cercas], los Mossos han estado en el punto de mira. Dibuja en la novela una realidad posiblemente muy diferente a la que perciben de ellos muchas personas...
La crisis catalana tiene un papel ínfimo. Los atentados ni siquiera forman parte de la crisis catalana, aunque ocurrieron justo antes del momento álgido. Y luego hay un párrafo sobre el referéndum, significativo, pero no es el tema. Sin embargo, he dicho muchas veces, este libro no hubiera sido posible sin la crisis catalana, lo que ocurrió desde 2012 y concretamente en el otoño de 2017 cuando, como dijo Josep Fontana, el patriarca de los historiadores catalanes recientemente fallecido, independentista o filoseparatista en sus últimos años, dijo que en Cataluña se vivió un clima pre-bélico y yo estoy de acuerdo con él. Eso me cambió por completo como persona.

Como te decía antes, yo necesitaba cambiar como escritor y a mí la Historia con mayúsculas vino en mi ayuda. Lo que viví en aquellos dos meses inolvidables por desgracia, nunca había pensado que iba a vivir o experimentar cosas como esas, sentir, eso estaba en las novelas, en la literatura, en el cine, pero nunca en la realidad, nunca imaginé que lo iba a vivir y eso me cambió por completo. Soy un escritor distinto porque soy una persona distinta.

Es el carburante de la novela, no es el tema. Por eso decía antes, los escritores somos recicladores de la basura. La felicidad es muda, no nos hace trabajar. Es improductiva desde el punto de vista literario.