El expresidente de Uruguay José Mujica ha abandonado este martes sus escaño en el Senado en una emotiva última sesión con la que han puesto fin a sus dilatadas trayectorias políticas. Un día antes de la moción de censura de la ultraderecha en España y que evidencia la distancia política de figuras políticas como Pepe Mujica y Santiago Abascal.

"Me voy porque me está echando la pandemia", ha comentado Mujica, que fue presidente entre 2010 y 2015. "Ser senador es hablar con la gente y andar por todos lados", ha subrayado. Ahora, ha añadido, "estoy amenazado por todos lados: por la vejez y por mi enfermedad", en referencia a una dolencia inmunológica que padece.

"En mi jardín hace décadas que no cultivo el odio, el odio termina estupidizando porque nos hace perder objetividad ante las cosas, el odio es ciego como el amor, pero el amor es creador y el odio nos destruye", ha resaltado el expresidente, según informan los medios locales.

Mujica ha incidido en que "la biología impone cambios pero también tiene que haber actitud de cambio de dar oportunidad a nuevas generaciones y ayudar a construir el porvenir" y ha repasado su vida, entre otras cosas sus años en la clandestinidad como rebelde tupamaro y los que pasó en prisión.

"He pasado de todo, pero no le tengo odio a nadie y le quiero transmitir a los jóvenes que triunfar en la vida no es ganar sino levantarse cada vez que uno cae", ha remachado. Su discurso ha concluido con toda la sala en pie aplaudiéndole.

En declaraciones a la prensa antes de la sesión, Mujica ha dejado claro que no abandona la política por gusto: "Me encanta la política pero más me encanta no morirme".