El expresidente del Gobierno de España Mariano Rajoy se ha estrenado como columnista deportivo a raíz del Mundial de Fútbol de Qatar 2022, mediante artículos en los que repasa, a su escueta y lacónica manera, los encuentros de la Selección Española de fútbol. Dichas columnas se han hecho virales en Twitter, precisamente por su carácter breve y porque recuerdan a la manera de expresarse oralmente del expresidente. Tanto es así que el propio Rajoy confesó, hace unos días, que escribía dichos artículos a través de la función de dictado de voz del teléfono móvil.

Ante la recién estrenada faceta de Rajoy, numerosos usuarios en redes sociales y periodistas están dando su perspectiva al respecto. El periodista y presentador Jordi Évole ha sido uno de ellos. Lo ha hecho a través de su columna semanal en el periódico ‘La Vanguardia’, sentenciando al expresidente del Gobierno por sus artículos, de los que ha dicho, entre otras cosas, que están “cargados de obviedades”.

“Un Mundial de fútbol es ese momento que sucede cada cuatro años en el que pueden ser noticia desde las predicciones de un pulpo llamado Paul hasta las obviedades escritas por un expresidente llamado Mariano”, ha arrancado Évole, rememorando al famoso pulpo que 'predecía' el futuro en el Mundial de Sudáfrica 2010, en el que España se bordó su primera y única estrella en el pecho.

“Ni el artículo de Segurola, ni el de Besa, ni tan siquiera el de Pallàs. El artículo que esperamos cuando acaba un partido de España es el de Rajoy”, ha señalado, reflejando la expectación que han generado las crónicas del expresidente, pero no por su profundidad o nivel analítico, sino por todo lo contrario. “Y la gracia que nos hace”, ha añadido.

“En un Mundial no tienes que ser el mejor siempre. Tampoco escribiendo. La mediocridad de un día te puede llevar al estrellato al siguiente”, ha sintetizado.

“Y perder te puede facilitar el trabajo para ganar. Nunca como el pasado jueves vimos un ejemplo tan claro de que tanto la victoria como la derrota están sobrevaloradas”, ha expresado Évole, en referencia al partido ante Japón, en el que la derrota provocó que el combinado español cayera a la segunda plaza del grupo. Haber pasado de fase como primeros nos hubiera situado en un camino teóricamente más complicado, por lo que perder el encuentro ante los nipones tampoco era el fin del mundo si se pasaba igualmente a octavos de final, y eso es justo lo que hizo La Roja.