Lo que empezó con una discusión familiar está convirtiéndose en casi una guerra entre Isabel Pantoja y su hijo. Ahora, la cantante se niega a abandonar la finca Cantora. Según informaciones de varios medios, no es conscientes de la magnitud del conflicto, sabiendo solamente algunas partes de él, aún así se mantiene reacia a aparecer ante las cámaras.

Pantoja sigue apoyandose en su familia, concretamente en su hermano Agustín, un gran apoyo para ella, aunque este también debe estar pendiente de doña Ana, la madre de ambos que padece una grave enfermedad. 

El foco mediático está día a día atento a todo lo que pueda suceder alrededor de la familia, pero hasta que Isabel Pantoja no dé la cara nada está escrito. La cantante deberá acudir a los juzgados para que demuestre si desclasificó archivos para beneficiarse de la herencia de Paquirri y para que desvela dónde se encuentra todo aquello que, presuntamente ha robado.

El momento más esperado es cuando Pantoja se enfrente cara a cara con su hijo, Kiko Rivera. Aunque la cantante está muy dolida con él, también ha mostrado su malestar por aquellos que creía que eran sus amigos y ahora, siguiendo los rumores, le acusan de cometer delitos.

Se dirigían a ella como Maribel, mientras que en el confinamiento se confesaban unos a otros las penas y se mostraban apoyo mutuo: "Pensó que se había equivocado con ellos, que había que darles una segunda oportunidad, que todos tenían derecho a equivocarse y ahora se le ha caído la venda de golpe. Una cosa es lo de su hijo, que es su hijo, y otra esto", aseguran sus fuentes más cercanas.