El hijo mayor de la infanta Elena, Froilán de Marichalar, destaca por protagonizar polémicas y participación en eventos de alto standing, podría decirse que al más puro estilo de su abuelo, el emérito Juan Carlos I. Con motivo del 12 de octubre, que en España todas las miradas estuvieron puestas en la recepción del Palacio Real, donde debutaba la princesa Leonor con un uniforme militar, Froilán, acudió a una exclusiva fiesta organizada por la Embajada de España en Abu Dabi, ciudad en la que reside desde hace varios meses.

Según ha informado la revista Semana, Froilán acudió a esta fiesta que tuvo lugar en la tarde del jueves en un hotel de lujo de Abu Dabi, el Emirates Palace, donde precisamente residió el rey Juan Carlos de forma temporal cuando aterrizo en la ciudad emiratí en el verano de 2020. Entre los asistentes de esta fiesta estaba el embajador de España, influyentes empresarios, como el jeque Mohamed bin Zayed Al Nahayan, personalidades importantes y patrocinadores.

Parecía un acto de Hollywood. Todo el mundo le pedía selfies”, cuentan a Semana sobre el nieto del rey emérito, añadiendo que en el evento no le faltó de nada: “Froilán y el resto de invitados comieron el mejor jamón, queso e, incluso, paella”.

El mismo medio relata que el hijo de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, que trabaja en una importante petrolera recomendado por su abuelo, mostró ante todos los asistentes a la celebración su mejor cara: “Estuvo muy amable con todos. Hacía chascarrillos y se veía que estaba a gusto. No se vio al Froilán esquivo”. Después de la exquisita cena, los invitados disfrutaron bailando grandes éxitos musicales del panorama español.

La celebración de su cumpleaños, también por todo lo alto

Que las fiestas de Froilán resaltan por su exclusividad y lujo es un hecho. Como prueba ya tenemos la celebración de su 25 cumpleaños, para la que alquiló una villa en la que la fiesta duró hasta la madrugada.

Lo hizo en Marbella, en una villa alquilada con piscina incluida para organizar una fiesta ‘non-stop’ que duró hasta el día siguiente. La idea del nieto de rey emérito era celebrarlo en una propiedad privada donde disfrutar de la intimidad con su círculo más cercano para compartir con sus invitados un día tan especial. Las villas con piscina en esta zona no llegan a los 200 euros por noche, para las más “humildes”. Sin embargo, también están las mansiones que se pueden alquilar por casi 10.000 euros la noche.

Pero más allá de una fiesta privada con piscina y de la mayor privacidad disfrutando con amigos, lo cierto es que la celebración del cumpleaños de Froilán no solo se quedó en una noche. Ya acabada la jornada, el mayor de los Marichalar y Borbón se llevó a sus invitados a la discoteca Dreamers. Según la descripción de su propia página web, el establecimiento es “la mítica y legendaria discoteca de la Costa del Sol desde su apertura en la década de 2000, que ha sido un destino de visita obligada para cualquiera que busque experimentar la mejor vida nocturna de España”.

Además, la fiesta se mantuvo hasta bien entrada la madrugada. Aunque algunos de los invitados a la fiesta destacan que le vieron “mucho más relajado y tranquilo”, “mucho más centrado” y “más maduro”.

Vida de Froilán en Emiratos Árabes Unidos

Froilán se trasladó a Emiratos Árabes Unidos, siguiendo los pasos de Juan Carlos I, para iniciar sus relaciones laborales. No obstante, aunque en un primer momento fijó su residencia en Abu Dabi, donde también vive su abuelo, ha tenido que alejarse de él e irse a Dubái.

La mudanza fue también por trabajo, ya que en Dubái es donde está la sede de la organización en la que trabaja, que le recomendó que se mudara. Froilán estaría trabajando en la organización de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. El hijo de la infanta Elena tiene una plaza de junior en el comité organizador de la Cumbre del Clima COP28, que tendrá lugar desde el 30 de noviembre hasta el 12 de diciembre.

El cambio de ciudad habría apenado notablemente al emérito, ya que ya no podrá verlo con tanta frecuencia. Solían comer juntos siempre que el horario de trabajo se lo permitiera, algo que la mudanza a Dubái se lo impedirá.