Rara es la ocasión en la que se puede ver a un político bailando, pero cuando ocurre, suele ser una imagen para el recuerdo. Ha sido el caso del presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y del alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, quienes han protagonizado un extraño baile en el ‘acto hispanohablante’ que ha celebrado el PP en Madrid.

Con este evento, los ‘populares’ pretendieron contraprogramar a la XXVIII Cumbre Iberoamericana en la que ha participado Pedro Sánchez en calidad de representante gubernamental español, y ganar votos de ciudadanos españoles procedentes de Latinoamérica. Para ello, además de las propias intervenciones de los líderes del partido, contaron con la participación de pastores evangelistas y del artista dominicano Henry Méndez.

Precisamente este último punto es el que hizo arrancar los bailes de los dirigentes, que dieron algún tímido paso al ritmo de ‘El Tiburón’, una de las canciones más aclamadas del intérprete.

 

Críticas a Sánchez y al Gobierno

Fieles a su línea, los ‘populares’ pronunciaron discursos muy críticos con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y con el Ejecutivo de coalición. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, criticó el proceso “a toda prisa” de nacionalizaciones de descendientes de exiliados españoles en América latina, y que el Gobierno crea que éstos "siguen anclados en el guerracivilismo como sus socios", lo cual supone "una gran equivocación", pues estas personas "llevan su patria en el corazón y no son de ningún bando".

"Hoy nuestra hermana Hispanoamérica nos necesita más que nunca y que su voz se escuche desde Madrid”, añadió la líder del PP madrileño, quien reprochó a Sánchez que no haya tenido "ninguna prisa" por nacionalizar a los hispanoamericanos que llevan "tantos largos años aquí", ni tampoco por homologar las titulaciones de los profesionales sanitarios de aquellos países residentes en España "cuando más se los necesitaba".

Por último, y también fiel a lo que se esperaba, Ayuso exhibió nuevamente la bandera de la libertad, subrayando que Madrid “es la casa de todos” y comprometiéndose a “seguir promocionando el Festival de la Hispanidad en octubre para recordar que "unidos" todos los hispanos son "más fuertes", con "un pasado común, una misma cultura y un futuro que ganar juntos”. "Aquí nadie sobra, nadie estorba, caben todos los acentos, muy especialmente los de Hispanoamérica", ha sentenciado la presidenta, quien ha recordado a los 865.000 americanos que viven en Madrid que son "de Madrid" y hacen Madrid, una región que ha puesto como "modelo de convivencia e integración", aseguró.

Otros dirigentes del PP tampoco dudaron en cargar duramente contra el presidente español por reunirse con “dictadores”, sin mencionar al rey Felipe VI, que también estaba presente en la Cumbre. “Mañana en la prensa habrá dos fotografías: a Pedro Sánchez lo veréis con un par de dictadores, al alcalde Almeida, a la presidenta Ayuso y a Alberto Núñez Feijóo los veréis con los amantes, los hijos de la libertad”, denunció González Pons, acusando al Gobierno de Sánchez de no querer albergar la cumbre de la Unión Europea y la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac), que se celebrara en julio en Bruselas.

En la misma línea se pronunció instantes después el propio Feijóo, nuevamente sin dedicar una sola palabra a la presencia de Felipe VI. “Si nos dejasen opinar, desde luego no nos habríamos conformado con el fracaso diplomático de que la única cumbre entre Europa y América que se va a producir no se haga en España sino que se haga en otra capital europea. Sin duda alguna, esta es una oportunidad perdida para la Hispanidad”.

A su vez, el líder de la oposición solicitó al Gobierno central que aproveche la Presidencia de turno de la Unión Europea, que España inaugurará próximamente durante seis meses, para buscar una “mayor integración de Hispanoamérica y Europa” y crear “un mercado de más de 700 millones de personas”. Una estrategia en la que, según el dirigente popular, España “tiene que ser el puente fundamental entre Europa y América Latina" y que "debe ser influyente en las decisiones de Europa en Hispanoamérica", sirviendo como puerta de entrada a las instituciones y mercados del resto de la UE.