La Vuelta a España atravesó en Bilbao una jornada que ya es historia: la organización decidió neutralizar la llegada de la 11.ª etapa tres kilómetros antes de la meta en la Gran Vía y declarar el final sin ganador. La medida se adoptó por motivos de seguridad tras la presión de una protesta en apoyo a Palestina y contra la participación del equipo Israel–Premier Tech que desbordó el perímetro de vallas en el último tramo urbano. La Ertzaintza informó de tres detenidos y cuatro agentes heridos, y la dirección de carrera confirmó que solo se otorgarían los puntos de montaña y del sprint intermedio, no los de la llegada.
En ese contexto, Óscar Freire, triple campeón del mundo y una de las voces autorizadas del ciclismo español, intervino para valorar lo sucedido en Bilbao. Su diagnóstico fue contundente y polémico: “son los típicos perroflautas que van a todas las manifestaciones y lo único que buscan es pelea”, afirmó, aludiendo a parte de quienes se concentraron en la zona de meta. Freire matizó que entiende y respalda la protesta pacífica, pero sostuvo que lo visto en la capital vizcaína rebasó esa frontera: “se estaban riendo, eran agresivos… no es normal que pase esto”. Sus declaraciones, difundidas por distintos medios que recogieron el audio o su transcripción, añadieron combustible al debate que ya ardía en las redacciones y en redes sociales.
Óscar Freire llama perroflautas a los manifestantes contra el genocidio de Palestina.
— AntonioMaestre (@AntonioMaestre) September 3, 2025
Nunca le preguntéis a Freire qué estuvo haciendo cuando desapareció dos días sin que su familia supiera nada y fue hasta noticia nacional. pic.twitter.com/hZYiXKlMaC
La fotografía del día fue el vallado cediendo por momentos en la Gran Vía y un pasillo de seguridad que quedó bajo mínimos. El director técnico de la Vuelta, Kiko García, defendió la decisión de parar el crono a 3 kilómetros y deslizó una propuesta que elevó la tensión política del episodio: “solo hay una solución… y todos sabemos cuál es”, en alusión a que el Israel–Premier Tech valorara su retirada voluntaria para no comprometer la seguridad de la carrera. La organización recordó que no puede expulsar a un equipo por reglamento, un límite que a su vez remite a la UCI, que reivindicó la “neutralidad política” del deporte en su comunicado.
El equipo israelí, sin embargo, zanjó la cuestión: no abandonará la Vuelta. En una nota difundida durante la madrugada, el Israel–Premier Tech aseguró que retirarse “sentaría un precedente peligroso” para el ciclismo, manifestó su respeto por la protesta pacífica y confirmó su presencia en la salida del día siguiente. La posición quedó refrendada en varios comunicados y crónicas internacionales.
Freire, que aseguró haber estado “en la zona del lío”, extendió su crítica a un perfil “que está en todas” y que, a su juicio, termina por empañar el espectáculo y poner en riesgo a terceros. En paralelo, insistió en marcar un límite: “me parece muy bien que se manifiesten pacíficamente”, pero no a costa de la integridad de los ciclistas y del personal de carrera. Esa distinción —protesta sí, riesgo no— fue compartida por numerosos corredores y comentaristas tras una tarde de incertidumbre en la que no faltaron escenas de nerviosismo en la línea de meta.
En términos informativos, conviene fijar algunos hechos. La etapa 11 (Bilbao–Bilbao, 157,4 km) se dio por concluida sin vencedor; los tiempos para la general se tomaron en el arco de 3 km; y los puntos de la llegada quedaron desiertos. La policía autonómica confirmó tres arrestos y la identificación de otros cinco participantes, con cuatro agentes lesionados. A última hora del jueves, los tres detenidos quedaron en libertad. Son datos que dimensionan lo extraordinario de la situación y que contrastan con una normalidad deportiva que la Vuelta confiaba en recuperar ya en Cantabria.
Freire también miró al horizonte inmediato: la etapa 12, entre Laredo y Los Corrales de Buelna (144,9 km), con la Collada de Brenes como juez tardío, y un pelotón con la vista puesta en no repetir la postal bilbaína. El parte oficial de la carrera confirmaba horarios y perfil de media montaña para este jueves 4 de septiembre, en una jornada que debía discurrir sin incidentes. En los previos, medios y portales especializados coincidían: Cantabria ofrece un terreno quebrado, con dos ascensiones principales (Alisas y Brenes) y un descenso veloz hacia meta.
Mientras tanto, el Israel–Premier Tech seguirá en carrera: lo ha confirmado por activa y por pasiva, y añadiría que retirarse “sería un precedente peligroso”. Es una postura que, guste o no, devuelve el balón a los organizadores y a las fuerzas de seguridad, que deberán asegurar que cada salida y cada llegada se desarrollen sin riesgos.