Aunque nunca hubiera deseado que fuese por este motivo, Esther Yáñez, reportera de Malas Lenguas, se ha convertido en una de las protagonistas de la cobertura sobre las concentraciones ultras en Torre Pacheco. El pasado martes, la periodista era increpada, perseguida y acosada por estos manifestantes de ultraderecha que se daban cita una vez más en la localidad murciana. Hasta allí también se habían desplazado pseudoperiodistas como Vito Quiles, que horas antes había salido escaldado en el corrillo de medios con Ione Belarra. Veinticuatro horas después, desde el programa de Cintora destapaban el diferente trato de la Policía al proteger al agitador y a Yáñez.

En una de sus conexiones con el programa de La 2 este miércoles, Yáñez quiso resaltar "dos cosas muy importantes que pasaron ayer". La reportera se quejaba de "la diferencia de trato de la Policía respecto a Vito Quiles y a nosotros", que señalaba que fue "evidente". 

"A Vito Quiles le dejaron prácticamente hacer una rueda de prensa y decir lo que quisiera y luego le escoltaron hasta el coche. A nosotros no hubo el mismo trato, no nos protegieron de la misma manera y creo que se produjeron delitos contra nosotros que pueden ser hasta denunciables. Mientras estábamos reportando y hablando en directo, yo estaba con mi teléfono, algunos de esos ultras agitadores grabaron la pantalla y lo han puesto en redes sociales. Son conversaciones privadas. Todo esto mientras difundían bulos", se quejaba Yáñez. 

La reportera señalaba que cuando el equipo de Malas Lenguas terminó la conexión y tuvo que abandonar el lugar, estaban "muy preocupados porque nos hicieran el seguimiento hasta el coche y la Policía prácticamente se despreocupó": "Sí que nos acompañaron, pero prácticamente se lo tuvimos que rogar". Además, contaba que Ndongo, "otro de estos periodistas ultras, nos siguió hasta el coche y nos grabó en directo, con la matrícula incluida, con todo el peligro que eso puede suponer para nuestra integridad física". Ante esta situación, las autoridades tampoco intervinieron: "Estamos hablando de cosas muy serias, ellos atentan contra nuestro trabajo pero también contra nuestra integridad física".

Así relata Esther Yáñez el acoso ultra vivido en Torre Pacheco

Los espectadores fueron testigos de cómo una masa de personas rodeaban, insultaba, perseguían e incluso lanzaban agua al equipo de Malas Lenguas en Torre Pacheco. El programa no cortó la conexión en ningún momento, de manera que la audiencia pudiera ver la realidad de lo que ocurre con estos grupos ultras. 

La reportera lo narraba así 24 horas después: "Fue impresionante, fue un camino hacia la incertidumbre y de antemano digo gracias al programa por no haberse llevado la conexión porque creo que es importante que esto se vea, porque sino luego ellos pueden propagar los bulos tranquilamente". 

"Nada más comenzar a hablar en esa conexión, empezaron a increparnos y, en ese momento, entre toda esa turba de gente que me rodeó, yo no sabía quiénes eran amigos y quiénes enemigos. Yo solo escuchaba los gritos, las amenazas y veía como nos rodeaban e increpaban cada vez más y no teníamos el espacio vital necesario ni para caminar. Yo iba narrando como podía la situación sin escucharte a ti y fuimos dando a la vuelta a la plaza del Ayuntamiento mientras yo iba contando lo que pasaba", explicaba

"Buscaba a la Policía, pero no aparecía. Había muchos brazos, muchos compañeros que me llevaban pero la realidad es que yo no sabía quien era enemigo y quien amigo porque la turba estaba amenazándonos constantemente, insultándonos, tirándonos agua y cerveza, etc. De repente apareció la Policía, pero unos minutos que se hicieron eternos. Ellos no se movieron, tuvimos casi que encontrarlos nosotros y una vez que les encontramos nos rodearon y protegieron", concluía.

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