Juliana Ramalho trabajaba en un banco en el año 2000. Ya entonces, el hecho de que la jubilación fuese obligatoria a los 60 años “me parecía mal”, afirma en un español teñido de portugués de Brasil. Y, como muchas otras personas que optan por el emprendimiento, decidió crear una solución, en lugar de quejarse en las redes sociales.

Ahora es la fundadora y CEO de Talento Sênior, una startup brasileña que busca contratos para personas de más de 50 años que hayan perdido su empleo. Y, a la vez, da respuesta a la necesidad de conocimiento y experiencia que hay en muchas startups.

En Brasil, 5 millones de profesionales de más de 50 años están en paro

50 millones en paro

El proyecto tiene más importancia de la que podría parecer, sobre todo, si tenemos en cuenta que, según datos de la encuesta de población activa [EPA], en el primer trimestre de este año, el porcentaje de personas desempleadas de más de 55 años en España era del 11,79% y del 13,44% en el caso concreto de las mujeres. En el caso de Brasil, 5 millones de profesionales de más de 50 años están en paro.

Una situación que Ramalho considera injusta porque “saben mucho de sus temáticas”. Explica que “pensé que no tenían una plataforma para conocer pymes a las que puedan aportar su talento”.

Hacemos que esas personas negocien un precio justo

Primeros pasos

Después de estudiar en la escuela de negocios de la universidad de Columbia durante dos años, en 2008 desarrolló el primer plan de negocio para su proyecto. Quería adaptar modelos estadounidenses pero la legislación brasileña no lo permitía.

Sin embargo, en 2015 esas leyes cambiaron y durante la pandemia decidió volver a crear Talento Sênior “con la misma filosofía. Somos un ecosistema que conecta a expertos con empresas que tienen necesidad de ellos para proyectos, consultoría, mentoring, etc. Y hacemos que esas personas negocien un precio justo”.

Un punto que es especialmente importante, porque “a veces trabajan dos días a la semana o una vez al mes”. Eso también facilita que las empresas puedan pagar a profesionales con perfiles mucho más elevados, sin tener que soportar el coste de una nómina completa.

En octubre de 2021 lanzaron la web y la actividad en redes sociales. “Los expertos empezaron a contactarnos”, relata. “Empezamos a conectarnos también con las empresas, porque hicimos mucho márketing para que nos vean como un servicio de talento”.

Hay un director financiero que trabaja en cuatro empresas que le hemos encontrado

Modelo de negocio

Una labor que se hace persona a persona y empresa a empresa: “Hay un director financiero que trabaja en cuatro empresas que le hemos encontrado”, explica.

Este mismo año, han cambiado el modelo de negocio para acercarse al concepto de “talento como servicio”, similar al del software como servicio que está muy extendido en el sector tecnológico. Así, en lugar de establecer un precio por cada operación, cobran a las empresas una cuota mensual. De esa forma, si las startups necesitan cambiar de perfil, pueden hacerlo sin tener que pagar más.

He encontrado muchos seniors que necesitaban ayuda antes

Más problemas de lo esperado

Ramalho explica que el proceso ha sido más complejo de lo esperado: “Cuando empezamos, pensaba que sería una cosa más sencilla, porque tenía muchos expertos y solo tenía que hacer el match con las empresas. Pero la verdad es que he encontrado muchos seniors que necesitaban ayuda antes de ponerse a trabajar“.

Según explica, muchas de esas personas han estado inactivas durante un tiempo y “no están al día con la tecnología”. Otro de los problemas con los que se ha encontrado, es que hay profesionales que ”necesitan apoyo por su salud mental, porque tenían la expectativa de hacer una carrera estable en una gran empresa y han visto que no es posible porque las grandes empresas están cambiando a las personas de mayor edad por otras más jóvenes”.

Otros dos aspectos importantes de su proyecto son la formación en competencias digitales y la ayuda con los trámites burocráticos. Y, además, asesoran a cada profesional para establecer las tarifas de sus horas de trabajo, “porque están acostumbrados a trabajar para una gran empresa, pero no a ser autónomos y negociar sus ingresos”.

Ramalho quiere llamar la atención sobre la discriminación y el edadismo de las empresas actuales: “Todo el mundo piensa que en ventas tiene que haber gente joven. Pero la persona que más empresas nos trae tiene 63 años. Lo mejor es tener gente de todas las edades, porque los ponemos a aprender unos de otros”.

No es de extrañar que Talento Sênior sea uno de los proyectos finalistas de los los Premios Fundación MAPFRE a la Innovación Social, que se fallarán el 24 de mayo.