¿Qué es antes, el éxito o la felicidad? ¿Tienes éxito porque eres feliz o eres feliz porque tienes éxito? Y, realmente, ¿cuánto importa contar con ella desde el principio? Esas son las preguntas que trataba de responder una investigación publicada en el Journal of Happiness Studies y recogida por la revista de gestión del Massachussets Institute of Technology [MIT Sloan]. 

Para hallar las respuestas, el equipo investigador ha seguido a un millón de integrantes del ejército de Estados Unidos durante cinco años. Han medido sus niveles de felicidad relativa a través de 25 preguntas. 

Solo un 12 por ciento de participantes han recibido una condecoración

Éxito

“Recogimos los datos en medio de las guerras de Irak y Afganistán, así que la apuestas estaban altas”, explican Paul B. Lester, Martin Seligman y Ed Diener, autores de la investigación. Y destacan que muchos de los reconocimientos recibidos por los participantes “fueron por un desempeño extraordinario de su labor”, mientras que otros lo fueron por “un desempeños extraordinario en actos heroicos”. 

La justificación de esa medida del éxito procede del hecho de que solo un 12 por ciento del millón de profesionales militares participantes han recibido una de estas distinciones. 

Ser feliz supone cuatro veces más probabilidades de tener éxito

Más importante de lo que parece

“Aunque esperábamos que el bienestar y el optimismo influirían en el desempeño, nos sorprendió cuánto lo hacen”, explican. Según sus datos, los miembros de la tropa que mostraban una felicidad inicial más alta tenían cuatro veces más probabilidades de conseguir un reconocimiento a su labor. 

“Esta diferencia se mantenía cuando analizábamos por rango [oficialía frente a tropa alistada], género, raza, educación y otras características demográficas. De hecho, la felicidad -y, un poco por debajo, el optimismo- eran mejores predictores de distinciones que cualquier factor demográfico que examinamos”, destacan.

Sentirse bien influye en el desempeño de las personas y además predice cómo de bien lo harán

Mundo empresarial

Con esa información, han tratado de hallar claves que aplicar en el mundo empresarial. Aunque pueda parecer que son dos entornos diferentes, en su texto explican que “el departamento de Defensa de Estados Unidos es el mayor empleador individual del mundo, con un millón de empleados más que Walmart”. 

“En resumen, no es solo que la felicidad y el optimismo influyan en el desempeño de los empleados, es que influyen mucho y además predicen cómo de bien lo harán”, concluyen. 

Aunque explican que se trata de una percepción relativa, que cambia según los entornos y los contextos, en todos ellos ha impactado la reciente pandemia, que ha provocado “un cambio dramático”. “Tener un superior que te apoye se convirtió en el mayor predictor de la felicidad, casi el doble de importante que el siguiente factor de bienestar en el trabajo: el propósito”, añaden.  

Medirla, desarrollarla y retener a quienes son felices

Recomendaciones

A partir de sus conclusiones, establecen una serie de recomendaciones para empresas y líderes de negocio que quieran incrementar el bienestar de sus equipos. “Aunque el enfoque variará según las necesidades organizativas, el equipo directivo debería comprometerse con tres acciones”: medirla, desarrollarla y retener a quienes son felices.

En cuanto a la medición, debe ser llevada a cabo tanto entre el equipo actual, como con las personas candidatas a incorporarse a él. “Fichar a felices requiere un poco de perspectiva”, advierten. Este factor, a su juicio, no debe situarse por encima del “conocimiento, las habilidades o el talento necesario para un trabajo”.  

Por eso, la felicidad y el optimismo deben ser utilizados para tomar decisiones en caso de duda entre varias candidaturas, “porque los riesgos son bajos y los beneficios pueden ser importantes”. Y esa medición debe ser llevada a cabo con herramientas contrastadas y no “confiar en la intuición del equipo directivo“. 

En todo caso, “la mayoría de las organizaciones saldrán beneficiadas de contratar a alguien que ya es relativamente feliz y optimista”. 

Y no solo hay que medirla en las contrataciones, también debe aplicarse a los equipos: “El desempeño objetivo importa mucho. Pero, aunque una división con alto desempeño de una compañía puede generar beneficio a corto plazo, si ese desempeño ha sido provocado por un liderazgo y unas prácticas de gestión tóxicas, esos beneficios se podrían evaporar con rapidez”.

Fomentar el bienestar

Desarrollar la felicidad en el equipo “puede intimidar” o parecer que hay que dedicarle demasiado tiempo. “Sin embargo, la literatura académica muestra repetidamente que las iniciativas formativas orientadas al bienestar de los empleados no requieren de una inversión de tiempo significativa, son rentables y generar un alto retorno de la inversión”. 

Por eso, su recomendación es: “Primero, medir el bienestar. Después, comenzar con ejercicios fáciles para demostrar a la compañía valora el bienestar de los empleados. Más tarde, comenzar a invertir en programas más formales según vaya incrementando la felicidad con el tiempo”. 

Retener felicidad 

La última acción recomendada es retener a las personas de los equipos que son felices. “La pandemia nos ha recordado algunas realidades duras, como que las organizaciones se pueden contraer en tiempos turbulentos tan rápido como se expanden cuando la economía está en alza”, afirman en sus conclusiones.

Y añaden que “claramente, nuestro estudio militar demuestra que las organizaciones deberían querer empleados felices, porque tienen un desempeño significativamente mejor que quienes no lo son”. 

Pero ese no es el único motivo, también lo es que “la felicidad es, de hecho, contagiosa”. Es decir, que “no solo se transmite en una red social, también la gente feliz está mucho más conectada con otra gente feliz”. La mala noticia es que la infelicidad también lo es.