“En todas las regiones, a las mujeres se les paga menos que a los hombres. Si hablamos de números a nivel global, se estima que ellas ganan un 20% menos que ellos”. Así denuncian las Naciones Unidas la desigualdad salarial, que sigue siendo una asignatura pendiente.
Unas diferencias cuyas implicaciones van más allá: “las situaciones de pobreza acrecientan las desigualdades y desventajas en el acceso a recursos y oportunidades”.
Por eso, hoy en el día internacional de la Igualdad salarial, nos unimos a la llamada de atención de las Naciones Unidas en relación con este problema y las implicaciones que supone.
La igualdad y el empoderamiento femenino siguen estancados
Asignatura pendiente
Esta brecha salarial es, en realidad, el reflejo de otra mucho más profunda: “La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas siguen estancados debido a la persistencia de desigualdades históricas y estructurales en las relaciones de poder” entre ambos géneros, señala la ONU.
Y no parece que estemos avanzando con la velocidad necesaria: “El progreso para reducir esa brecha ha sido lento. Si bien se ha respaldado ampliamente la igualdad de remuneración, su aplicación en la práctica ha sido difícil”.
Ellos perciben un dólar y ellas 77 centavos por realizar el mismo trabajo
Diferencias salariales
Las diferencias siguen siendo notables. Según datos de las Naciones Unidas, ante un trabajo de igual valor, ganan 77 centavos frente al dólar que reciben los hombres. Y esta brecha salarial es aún mayor para las que tienen hijos.
La diferencia es mayor para las minorías étnicas: “En los Estados Unidos, por cada dólar que ganan los hombres blancos, las mujeres negras ganan solamente 63,7 centavos, las indígenas, 59 centavos, y las latinas, 57 centavos”.
Además, tienen más probabilidades de estar desempleadas que los hombres en todo el mundo, “con amplias disparidades a nivel regional”.
Los problemas son aún mayores en determinadas situaciones, como la maternidad. Se estima que sólo el 28% de las empleadas en todo el mundo disfrutan de una baja remunerada por este motivo.
Las diferencias se extienden incluso más allá de la edad laboral. De cada 100 personas en edad de jubilación que no reciben una pensión, 65 son mujeres.
Objetivo de desarrollo sostenible
Por ese motivo, la ONU decidió incorporar la igualdad de género y el empoderamiento femenino a sus Objetivos de Desarrollo Sostenible [ODS].
La institución asegura que “la igualdad de género no solo es un derecho humano fundamental, sino que es uno de los fundamentos esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Se han conseguido algunos avances durante las últimas décadas, pero el mundo está lejos de alcanzar la igualdad de género para 2030”.
Sus datos apuntan a que “de media, ganan un 23 % menos que los hombres en el mercado laboral mundial y dedican el triple de horas al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado”.
A esa situación se suman otras como “la violencia y explotación sexuales” y la “discriminación en los cargos públicos”, que “siguen suponiendo enormes obstáculos”.
Futuro poco prometedor
La ONU calcula que “al ritmo actual, se tardarán 300 años en acabar con el matrimonio infantil, 286 años en subsanar las lagunas de protección jurídica y eliminar las leyes discriminatorias, 140 años en que las mujeres estén representadas en pie de igualdad en puestos de poder y liderazgo en el lugar de trabajo y 47 años en lograr la igualdad de representación en los parlamentos nacionales”.
“A medida que aumenta el número de mujeres sumidas en la pobreza, la lucha por la igualdad salarial y la equidad de remuneración adquiere un nuevo sentido de urgencia”, exhorta la institución.
Qué hacer
La ONU recomienda: “Si eres una niña, debes seguir estudiando, ayudar a tus compañeras a hacer lo mismo, y luchar por tu derecho a acceder a los servicios adecuados de salud sexual y reproductiva. Si eres una mujer, debes hacer frente a los prejuicios inconscientes y al sesgo de género implícito que crean una barrera involuntaria y a menudo invisible para la igualdad de oportunidades”.
Para los hombres y niños señala: “Debes acompañar a las mujeres y las niñas en la consecución de la igualdad de género y el fomento de unas relaciones sanas y respetuosas”.
Por último, “puedes contribuir a financiar campañas educativas para frenar prácticas culturales como la mutilación genital femenina y cambiar leyes perjudiciales que limitan los derechos de mujeres y niñas y les impiden desarrollar todo su potencial”.