Se ha terminado la COP26 y, como sucede siempre en este tipo de situaciones, hay división de opiniones. Por un lado, la organización asegura que se trata de un éxito y, por otro, tanto la mayoría de las delegaciones, como las ONGs muestran su decepción ante unas conclusiones que califican de descafeinadas.

Como punto positivo, se refuerza el compromiso de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados centígrados y se señala a los combustibles fósiles como los causantes principales del cambio climático.

La India pidió que se cambiara el término “phasing out” a “phasing down

Las decepciones

Entre las grandes decepciones, la intervención de la delegación de la India, que pidió que se cambiara el término “phasing out” [algo que podríamos traducir por “eliminación gradual”] a “phasing down” [que suena más como “reducción gradual”].

El ministro indio de Medioambiente y Clima, Bhupender Yadav, justificó su demanda en base a “las circunstancias nacionales de las economías emergentes” y aseguró hablar con “la voz de los países en desarrollo” y culpó a los países desarrollados de haber sido los que más gases de efecto invernadero han emitido históricamente.

Otra de las quejas de los países con menos recursos fue que el acuerdo alcanzado no tiene en cuenta los daños y perjuicios de la destrucción provocada por fenómenos climáticos extremos, a los que estas naciones son más vulnerables, porque los sufren con mayor intensidad y frecuencia.

Sharma, por su parte, afirmó que “ahora podemos decir con credibilidad que mantenemos los 1,5 grados vivos. Pero su pulso es débil y solo sobreviviremos si mantenemos nuestras promesas y traducimos los compromisos rápidamente en acción”.

El comportamiento de la Unión Europea en la COP26 es la definición de la hipocresía y el greenwash

Las ONGs, descontentas

También han mostrado su frustración ONGs como Greenpeace. Su director para la Unión Europea, Jorgo Riss asegura que “el comportamiento de la Unión Europea en la COP26 es la definición de la hipocresía y el greenwash [utilizar propaganda de apoyo al medioambiente para lavar la propia imagen]. Mientras que en Glasgow, la Unión Europea apremiaba al mundo para ponerse en acción con respecto al clima de forma oportunista, en Bruselas los ejecutivos de la UE estaban trabajando duro para mantener el gas fósil en nuestras vidas durante las próximas décadas y apoyaban la financiación de la ganadería industrial y de otras industrias destructivas”.

Según Riss, “durante las últimas dos semanas de conversaciones sobre el clima, al Comisión Europea ha apoyado financiación de urgencia para nuevas terminales de gas y gaseoductos y ha etiquetado al gas, la energía nuclear y la ganadería industrial como sostenibles y factibles de recibir financiación verde”

Por último, asegura que “al mismo tiempo, los ejecutivos de la UE están intentando de aguar una futura ley que prohíba productos vinculados a la deforestación en los mercados europeos”.

España

En España, el ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico [MITECO] afirmaba el sábado en nota de prensa que para la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, se trata de “un buen acuerdo que sienta las bases para la nueva etapa hasta 2030”.

Ribera ha explicado que es “un paso adelante significativo que confirma el compromiso valiente de lograr una reducción de emisiones compatible con los escenarios del IPCC y mantener vivo el objetivo de 1,5ºC, y da los pasos para empezar a desterrar definitivamente el carbón y pone fin a los subsidios a los combustibles fósiles. Un acuerdo en el que por fin se asume la importancia de un trabajo cada vez más complejo e imprescindible, como es invertir en adaptación en todos los países y disponer de mecanismos ágiles y rápidos para responder a las grandes catástrofes climáticas en las que la adaptación no es posible”.

Existe una brecha en los compromisos nacionales de reducción de emisiones

Diferencias

El MITECO reconoce que “existe una brecha en los compromisos nacionales de reducción de emisiones”, pero valora la puesta en marcha de un programa de trabajo para hacer viable el objetivo del 1,5ºC, que establece revisiones anuales; y la organización, por parte del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, de un evento de líderes en 2022 para debatir sobre ambición climática.

También destaca el impulso a la agenda de adaptación, que “recibe el espaldarazo que necesitaba en un contexto en el que los desastres naturales debidos al cambio climático van en aumento”.

La vicepresidenta Ribera ha sido elegida facilitadora de la negociación en este ámbito “que a partir de ahora deja su papel secundario respecto a la mitigación y busca indicadores y metodologías que permitan medir su progreso, estableciendo un programa de trabajo técnico para ayudar, evaluar y medir más acción en adaptación. Se da respuesta así a la demanda de los países en desarrollo con una mayor concreción del objetivo de adaptación que se estableció en París”, según el ministerio.

Se empieza a hablar de una nueva arquitectura financiera

Más financiación

Otro de los puntos más valorados es el reconocimiento de “la necesidad de que haya más fondos para la adaptación, para lograr un equilibrio con la financiación de la mitigación. En este sentido, la decisión de Glasgow hace un llamamiento a los países desarrollados a duplicar su financiación para adaptación en 2025 respecto a 2019”.

Entre los aspectos que ha puesto de manifiesto la COP26, está el foco en la financiación, uno de los temas clave del encuentro. “Más allá de los presupuestos públicos, se empieza a hablar de una nueva arquitectura financiera y del papel de los distintos instrumentos e instituciones para responder a la necesidad de movilizar más financiación”, señala el MITECO.

En ella, jugarán un papel relevante los bancos e instituciones financieros, así como el resto del sector privado, de quienes se espera que incrementen su financiación para el cumplimiento de los planes climáticos.

España, junto a la UE, se compromete a reducir un 55% sus emisiones en 2030 y alcanzar la neutralidad climática en 2050

Compromisos de nuestro país

El ministerio destaca que “España está alineada con el compromiso de la Unión Europea de reducir un 55% sus emisiones en 2030 y alcanzar la neutralidad climática en 2050. Y estamos dando pasos decisivos para alinear nuestras inversiones, tanto públicas como privadas, con el objetivo de la neutralidad climática. En este sentido, 30.000 millones del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia se destinarán en los próximos tres años a la transición ecológica”.

De hecho, en la Cumbre de Líderes con la se inició esta conferencia en Glasgow, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el compromiso de España de aumentar la financiación climática para llegar en 2025 con un incremento de un 50% con respecto al compromiso actual. El objetivo es alcanzar los 1.350 millones de euros anuales a partir de 2025. Además, nuestro país aportará 30 millones de euros al Fondo de Adaptación de la ONU en 2022 y destinará el 20% de sus derechos especiales de giro a países vulnerables, con un mínimo de 350 millones de euros.

Lo que es innegable, como señalaba el presidente de la COP26, Alok Sharma, en su intervención en el pleno de clausura, es queh han sido “dos años de trabajo increíblemente duro”, que han servido para crear el Pacto del clima de Glasgow.