Como si de un dejavú se tratara, los datos macroeconómicos de las últimas horas nos trasladan de nuevo una década atrás, cuando la economía global hacía estragos de forma agónica hasta sumergirnos en una crisis que cuenta con pocos precedentes históricos.

La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) lanzó esta madrugada el mayor paquete de estímulo monetario desde la Gran Recesión del año 2008. El recorte de los tipos de interés a entre el 0 y el 0,25 por ciento supone una inyección de 623.052 millones de euros ( 700.000 millones de dólares) que se realiza tan sólo 13 días después de que el mismo organismo recortara al 1 por ciento esos mismos valores. Pero, ¿para qué se adoptan estas medidas? Básicamente para que no se derrumbe el gasto en consumo e inversión.

El objetivo de la FED es el de apoyar el flujo de crédito a particulares y empresas afectadas por la propagación del Covid 19 y aunque Jerome Powell, presidente de la Reserva, descarta lleguen hasta los tipos de interés negativo, insta al Congreso a adoptar medidas fiscales adicionales. Eso sí, de poco sirve recortar los tipos de interés si no son las clases más vulnerables y las PYMES los beneficiados de esta operación.

Donald Trump, feliz con el recorte

Ante la adopción de esta medida el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha mostrado satisfecho: “Estoy muy feliz, lo tengo que decir, estoy muy feliz. Creo que la gente de los mercados tiene que estar encantada”, manifestó a los medios pocas horas después del anuncio. Además del recorte, a esta iniciativa se suma una acción conjunta y coordinada con los bancos centrales de Canadá, Inglaterra, Japón, Suiza y el Banco Central Europeo (BCE) , liderado por Christine Lagarde, para generar más liquidez  a través de líneas de intercambio del dólares.  No obstante, ¿cómo impacta esta decisión sobre nuestros hogares?

Como ocurriera el pasado 3 de marzo, la decisión del FED ha afectado a las bolsas de todo el mundo. En España, concretamente el Ibex, abría de nuevo en rojo, color que se mantiene durante la jornada de hoy. Londres, Paris, o Frankfurt abrían también contabilizando severas pérdidas.

Un panorama desolador por el cual el Banco Central Europeo, se muestra preocupado. Europa es ahora mismo epicentro de la enfermedad, y por ello estudia de todas las formas posibles qué hacer para sofocar la pandemia financiera.

El presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, asegura que la expansión del virus de Wuhan ha conducido a Europa a una “economía de tiempo de guerra” y advierte que la crisis no ha alcanzado aún su pico. “No debemos engañarnos, estos son los primeros pasos en una lucha temporal, pero larga”, ha asegurado Centeno.

Por ello, Bruselas insta a los estados miembros, que han limitado en su mayoría la libre circulación de personas, a no imponer controles sobre medicamentos, alimentos o bienes esenciales. Es decir, que el comercio no deje de fluir.

A este respecto, Nadia Calviño, vicepresidenta económica del Gobierno, insiste en que es necesaria “una repuesta monetaria y fiscal contundente a nivel nacional y supranacional”. Contundente o no, la Comisión Europea estudia durante esta semana acelerar la creación de un seguro de desempleo europeo, que será sin duda necesario.

La pandemia golpea duramente a muchos trabajadores que ya prevén hacer cola, una vez pase el estado de cuarentena, en el SEPE. Los analistas consideran que España podría llegar a entrar en recesión entre el segundo y tercer trimestre del año, es decir, que la tasa de desempleo podría rozar el 20 por ciento, una cifra cercana a la que se alcanzó en el año 2010, en plena crisis económica.