Las amenazas han terminado por cumplirse y ni la lluvia ni las palabras del líder de los empresarios han podido impedirlo. Los sindicatos han tomados las calles de Madrid y lo han hecho multitudinariamente. El sonido de tambores de guerra marcaba la marcha, cual comparsa, de las tres columnas, que desfilaban canturreando himnos compuestos por Joan Manuel Serrat en otro tiempo. “Esto no parará”, advierten, “no parará hasta que haya salarios dignos”. Ensordecedor era el ambiente, agravado a su paso por un Palacio Real en el que hoy lucían todas las ventanas abiertas, como si alguien quisiese escuchar las proclamas.

“La gente joven está muy preparada, pero está muy maltratada; la pobreza tiene cara de mujer y la gente mayor de 45 años engrosa las listas del paro porque son muy jóvenes para jubilarse, pero las empresas dicen que son muy mayores para poder trabajar”, lamenta José Manuel Zapico, secretario general de CCOO Asturias, en declaraciones concedidas a ElPlural.com. “Si además sumamos que han subido los alimentos un 14%, que la factura de la electricidad es una estafa absoluta, que los veinte céntimos de descuento del combustible se lo han comido las petroleras o que ahora los bancos van a subir las hipotecas, pues la situación es insostenible”, lamenta Zapico.

El presente dibujado por el secretario general asturiano es negro, pero en ningún momento se aprecia resignación en sus palabras. “Si la patronal sigue teniendo beneficios obscenos, pensiones de oro, reparten beneficios y dividendos de manera brutal, pero los salarios no suben hacia arriba y la gente tiene que elegir entre calentarse el hogar y llenar la nevera; el conflicto social está servido hasta llegar a la movilización más contundente y ascendente”, sentencia.

Y no, no se resignan los sindicatos, por eso diferentes frentes partían este jueves del céntrico Madrid con un destino común, la Plaza Mayor, desbordada por 50.000 personas vestidas de rojo, según datos que facilitan UGT y CCOO, aunque resultaba imposible contarlos en una plaza en la que no entraba un alfiler. Sobre las 12:00 horas hacían aparición los dos secretarios generales, Unai Sordo de CCOO y Pepe Álvarez de UGT, que transitaron por las diferentes columnas hasta llegar al destino. Enfadados, pero con satisfacción en sus rostros al ver el apoyo multitudinario de la movilización, eran vitoreados.

“Queremos que la patronal española sea completamente consciente de que nuestro lema ‘salarios o conflicto’ no es una broma”, aseguraba Álvarez a su llegada. Y no lo parece, por lo menos aparentemente, tras ver la capacidad de movilización de ambas organizaciones y la presencia de delegaciones muy lejanas, procedentes de Ceuta o Canarias. “O hay una mejora de los salarios o la conflictividad en nuestro país va a aumentar de manera exponencial en el próximo año”, añadía Sordo. Las referencias a la CEOE han sido constantes, por su posicionamiento con respecto a la negociación y por las palabras que su presidente, Antonio Garamendi, ha pronunciado en los últimos días.

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Y es que, los sindicatos rechazan las tesis empresariales, que aseguran que las compañías no han trasladado sus costes a los precios de consumo y que es imposible realizar una subida salarial generalizada en todos los sectores. “Allí donde ha habido conflicto se han conseguido subidas de salarios que permiten a los trabajadores mantener su poder adquisitivo”, afea Álvarez, que tiene claro a que se debe esto. “La patronal española está bloqueando los convenios porque quiere que, en las pymes, donde los trabajadores están más dispersos y hay menor fuerza sindical, se nieguen las subidas de los salarios. Nada tiene que ver con los beneficios de las empresas, que están siendo muy altos”, sentencia.

La CEOE se levantó de la mesa en mayo, mantiene una actitud absolutamente intransigente y durísima. Es injusto que los trabajadores, con esta inflación, tengan unas subidas salariales medias del 2,6%”, ha recordado Mariano Hoya, secretario general de Industria de UGT, a este periódico en exclusiva. En su materia, en Industria, donde el peso de los sindicatos es mayor, se están consiguiendo “acuerdos sensatos”, asegura, que hablan de subidas salariales de en torno al 5% para este año y que cuentan con cláusulas de revisión salarial que, “aunque no igualan la inflación, aseguran el mantenimiento del nivel de vida”.

En este sentido, los secretarios generales le han recordado a la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) que hay otra forma de asumir la situación, alejada del inmovilismo y la negación. “En lugar de la devaluación salarial, de la precarización de la contratación, de la facilitación del despido, hemos emprendido otra vía desde 2020. Se están rompiendo muchos de los mantras neoliberales con los que nos venían intoxicando la cabeza en materia laboral desde hace una década. La apuesta que está haciendo la CEOE es por la desigualdad, por la pobreza salarial y por la recesión, que los sindicatos no vamos a tolerar”, ha relatado Sordo.  

A penas acabada la congregación sindical, se producía la arenga final desde un escenario. En él, los secretarios generales, acompañados por las secretarias generales madrileñas, Paloma López (CCOO) y Marina Prieto (UGT), han transmitido sus proclamas con todas sus fuerzas a los asistentes. Ahora, la Plaza Mayor luce más vacía que nunca. Los trabajadores se retiran en dirección a sus puntos de origen para, previsiblemente, volver a sus trabajos mañana. La esperanza de conseguir subidas salariales que garanticen la dignidad de las familias y su poder adquisitivo, no se pierde. La vía elegida seguirá siendo el diálogo. Pero si esto no fuese suficiente, lo que han dejado claro los sindicatos es que existe otra vía