Uno de cada cinco españoles sufre pobreza energética y no puede calentar su casa. Esta es una de las conclusiones más preocupantes a las que ha llegado la Cátedra de Sostenibilidad Energética del IEB-Universitat de Barcelona en el estudio que ha elaborado sobre pobreza energética y que ha presentado Fundación Naturgy hace unos días. Bajo el título "Comprendiendo la pobreza energética. Un análisis de la persistencia", los expertos alertan en dicho informe de la cronificación de la pobreza energética, especialmente en España y Portugal. 

El análisis elaborado por los expertos de la cátedra del IEB-Universitat de Barcelona alerta que España, junto con Portugal, son los países de la Unión Europea con una mayor incidencia de pobreza energética entre su población, un porcentaje que asciende hasta el 20,8% del total. Esto supone que uno de cada cinco españoles, y portugueses, sufren de pobreza energética. Unas cifras que ponen de manifiesto la gravedad del desafío al que se enfrenta España junto a otros países mediterráneos y del Este de Europa para paliar este problema. 

A nivel comunitario, los datos recogidos en el estudio revelan que alrededor de 42 millones de europeos podrían ser denominados pobres energéticos por no poder acceder a unos servicios energéticos esenciales y a precios razonables en su hogar. Un problema que ha empeorado en los últimos años, especialmente en 2023, por el impacto de la crisis energética y de la fuerte subida de los precios del gas y de la electricidad, que siguen afectando principalmente a los hogares más vulnerables. Sin embargo, el porcentaje de hogares europeos afectados por la pobreza energética es muy inferior al registrado en España, concretamente un 6,9% frente al 20,8% de los hogares de la Península Ibérica, según el estudio. 

Factores que intensifican la pobreza energética

Ante esto, los expertos llaman a buscar nuevas soluciones que ayuden a paliar el problema energético en los hogares afectados. El estudio presentado por Fundación Naturgy constata que las medidas que se han puesto en marcha hasta ahora no sirven para atajar la pobreza energética crónica, aunque quizás sí la transitoria. Y es que los determinantes socioeconómicos de los hogares que sufren pobreza energética crónica son más evidentes que en el caso de la pobreza energética transitoria. 

Es decir, contar con un mayor nivel de riqueza o tener una vivienda en propiedad disminuyen significativamente la probabilidad de sufrir pobreza energética crónica. Factores que parecen obvios y ante los que los expertos recomiendan tomar medidas a largo plazo para paliar el problema. Medidas con el fin de reducir la desigualdad económica y fomentar así la igualdad de oportunidades para aliviar la pobreza energética persistente, entre otros problemas. La pobreza energética también está relacionada con el nivel educativo de los ciudadanos. En este caso, los expertos aseguran que estar trabajando o haber finalizado la educación superior reduce significativamente el riesgo de pobreza energética crónica en los hogares españoles. 

Desgraciadamente, la pobreza energética también tiene brecha de género y afecta más a aquellos hogares cuyo sustentador principal es una mujer. Y es que estos hogares reflejan un mayor riesgo de sufrir pobreza energética transitoria. Los bajos ingresos son, precisamente, uno de los principales determinantes de la pobreza energética. Por este motivo, la brecha salarial y de pensión entre hombres y mujeres afecta también a la pobreza energética.

En su análisis, los expertos también han constatado que los hogares unipersonales tienen una menor probabilidad de experimentar pobreza energética, ya sea transitoria o crónica, en cuanto al pago de las facturas energéticas. No obstante, los expertos mencionan como posible explicación que este colectivo haya restringido su consumo de energía, razón por la que, en la práctica, muestran un menor riesgo de pobreza energética ante otros indicadores que registran aspectos más financieros. 

Los expertos recomiendan tomar medidas a largo plazo

Con estos datos y factores sobre la mesa, los expertos que han elaborado el informe sobre pobreza energética alertan que el objetivo de la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética (ENPE) consistente en la reducción de la pobreza energética en España está "muy lejos de cumplirse" frente a la situación planteada hace siete años, en 2017. En cifras, el objetivo de reducción de pobreza energética estaba marcado para un 25% menos para el próximo año 2025, "muy lejos de verse cumplido" según los expertos. Así, recomiendan que la transición hacia economías descarbonizadas debe diseñarse e implementarse para no generar ni profundizar en las desigualdades ya existentes entre los ciudadanos. Una reclamación que parecen compartir desde el sector energético. 

Expertos como María Teresa Costa, catedrática emérita de Economía y directora emérita de la cátedra de Sostenibilidad Energética de la Universidad de Barcelona y autora del informe; así como Pablo del Río González, investigador científico del Instituto de Política Públicas del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han explicado los detalles del informe para debatir después en una mesa redonda cuál ha sido la dinámica de la pobreza energética a lo largo del tiempo y los factores que pueden convertirla en un problema crónico. 

En esta mesa redonda han participado expertos del sector como Maria-Eugenia Sanin, coordinadora del Applied Economics & Policy Group del Center for Economics at Paris-Saclay (CEPS); Monica Giulietti, profesora del Industrial Economics de la Nottingham University Business SchoolLuis Ayala, catedrático de Economía de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y miembro del Comité Técnico de la Fundación FOESSA, que han propuesto diferentes soluciones para paliar el problema de la pobreza energética en la sociedad.

También Rafael Villaseca, presidente de Fundación Naturgy, ha participado en dicho acto, recordando que el objetivo del estudio es "informar a los responsables de las políticas públicas sobre los instrumentos y estrategias más efectivas y directas para contribuir en la erradicación de la pobreza energética". "Caben pocas dudas de que hay que hablar de la cronificación y, si atendemos a los índices, no son optimistas. En 2023, las cuestiones relativas a la pobreza energética no han mejorado: las temperaturas inadecuadas en algunos hogares en invierno han empeorado a pesar de los esfuerzos, y aún forma parte de preocupaciones de instituciones públicas y privadas”, ha denunciado el presidente de Fundación Naturgy. 

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