Esto de dar consejos mientras las Bolsas registran caídas del 8% en un solo día y en el caso de España acumulan en casi tres semanas un 20% de pérdidas en el índice Ibex 35, puede ser hasta irritante. La crisis del coronavirus es una crisis de la economía real por cuanto paraliza la actividad de manera muy comprensible para todos. Hablamos ya claramente de recesión económica, o sea, de decrecimiento, pérdida de empleo y menores ingresos fiscales. No es igual que las financieras –casi siempre producto de un loco endeudamiento - que viven larvadas muchos años y explotan en un par de días.

Las exportaciones chinas han descendido un 17%, mientras países como España o Italia ven afectados en estas primeras semanas un sector turístico que representa alrededor del 9% de la riqueza. Los vuelos se cancelan, las reservas de hoteles, las reservas de Airbnb… y esto supone menos dinero para el hotelero, la aerolínea y el señor que alquila su casa y que contaba con él para pagar la hipoteca, la reforma o, simplemente, para gastar más. Madrid ha cerrado los colegios y las universidades por 15 días. Los restaurantes, los comedores escolares, el transporte…. Cosas micro que tendrán reflejo en el bolsillo de todos  en forma de menor consumo y, por tanto, de menor crecimiento en la adquisición de bienes y servicios. Una situación que lleva a Europa a esperar un aumento de la inflación por debajo del 1% (lejos del objetivo del 2%), acompañada de una brusca caída del petróleo por la rebaja a los precios aplicada este pasado lunes por Arabia Saudí.

Los expertos creen que la caída de las Bolsas no ha terminado. Un comportamiento que se retroalimenta porque muchas órdenes son automáticas cuando se pierden determinados niveles. Unas Bolsas que afectan a todos ya que además de la inversión directa en acciones, están los fondos de inversión y los de pensiones en los que muchos españoles confían para ahorrar y mejorar su jubilación. Ismael de la Cruz, analista de Investing  considera que a corto plazo las Bolsas mundiales seguirán sufriendo. En su opinión, lo “normal” sería que Wall Street cayese como mínimo un total de 15-20% desde sus máximos (el S&P 500 llevaría un -11% y podría añadir una caída extra de -4% en el mejor de los casos y de -9% en el peor).

No hay que olvidar que los mercados estadounidenses, a diferencia de lo ocurrido en España, llevan prácticamente 11 años de subidas ininterrumpidas con el pequeño paréntesis de 2018. Antes de la llegada del coronavirus estas Bolsas se encontraban marcando máximos históricos día a día. Una sobrevaloración en la que muchos expertos coincidían por lo que era lógico esperar una corrección.

Pero, aunque estemos instalados ahora mismo en la plena incertidumbre, esto ya se ha vivido muchas otras veces y los mercados han salido airosos. Irse huyendo sería, tal vez, el mayor error que se podría cometer, aún a sabiendas de que vendrán meses muy malos para las economías mundiales. En los mercados se dan citas empresas con actividades muy distintas y es posible encontrar cosas buenas y baratas en plena tormenta.

Por ejemplo, dede 1980, las 31 correcciones vividas en el índice estadounidense S&P 500 se han recuperado tan solo un año después. Y como argumenta el experto de Investing,  “el tiempo lo es todo. Miren, tras las grandes caídas de la Historia, el 56% de las veces las acciones lo recuperaron un año después. El 72% de las veces tres años después. Y el 80% de las veces cinco años después. Sí, no es fácil para los inversores ni tener la paciencia para ello ni mucho menos comprar poco a poco en la caída, pero así es como se trabaja".