La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha sorprendido este martes al asegurar públicamente que cuando el PP llegó al poder no dijo "alto y claro" la situación económica que encontró "porque la confianza en España estaba tan bajo mínimos que asustaba la posibilidad de que contar eso la precipitara al rescate". La vicepresidenta también ha asegurado que a pesar de los presagios de intervención europea, "España siguió siendo soberana, podía decidir sus políticas y reformas y abrimos un camino de reformas, difícil pero mucho menos de lo que el PSOE nos dejó abocados cuando nos dejó al borde del rescate".

¿No ha habido rescate?
Las declaraciones de la vicepresidente no pueden dejar de impactar primero por el hecho de que niegue que ha habido una intervención de Bruselas que ha diseñado el rescate financiero del país con condiciones macroeconómicas -léase básicamente recortes, creación del 'banco malo' SAREB, devaluación interna, etc, etc.- que son bien conocidas por la población. Independientemente de que quiera ser llamado 'duro' o 'blando' el rescate del sector financiero se ha producido y es inconcebible negarlo y más desde un peso pesado del Gobierno. Pero la otra parte de las declaraciones no generan menos estupor por lo reciente que está la actuación del PP a la hora de generar dudas sobre la economía española como un instrumento para acceder al poder.

Los ejemplos son cientos, solo citar algunos de los más recordados:

- El expresidente José María Aznar puso en duda directamente la capacidad de España para pagar su deuda pública. Ahora España debe más del doble que cuándo Aznar se paseaba por el mundo diciendo esas cosas.

- Cuando Bruselas presionó a Zapatero para poner en marcha las primeras medidas de ajuste, el PP votó en contra a pesar de las amenazas de intervención. La diputada de Coalición Canaria Ana Oramas develó que Montoro había confesado la estrategia: "Que caiga España que ya la levantaremos nosotros". Preferían un país intervenido pero con ellos en el poder, como está siendo de facto.

- Soraya Sáenz de Santamaría ocupa un lugar destacado. Nada más acceder el PP al poder, la vicepresidenta inició una campaña para hablar de "déficit oculto" dejado por el Gobierno socialista. El problema -para ella y para todo el país- es que el grueso de la desviación del déficit procedía de comunidades gobernadas por el PP como la Comunidad Valenciana o Madrid, y cuando se supo el Gobierno quitó trascendencia al maquillaje. Pero ya era tarde y Bruselas se puso seria ante el desbarajuste enviando técnicos a poner orden y con el resultado de que la imagen del país fue lamentable. Fue aquel verano de 2012, mientras se conocían las desviaciones del déficit de las comunidades del PP y con los mercados presionando para que España solicitara el rescate financiero, cuando la prima de riesgo se disparó a niveles históricos con el Gobierno de Mariano Rajoy a la cabeza.

- El actual presidente, Mariano Rajoy, también denigraba sistemáticamente al país en sus mítines. Esto decía por ejemplo en noviembre de 2011 a un mes de las elecciones en un acto electoral en Leganés -sí, el mismo sitio en el que un año antes junto a Aguirre puso en marcha la campaña de su partido contra el IVA-: "A mí no me gusta que nos miren como nos miran hoy en Europa y que nos den instrucciones ni órdenes. Quiero que nos miren como nos miraban cuando nosotros gobernábamos, con admiración y orgullo". También anunció entonces que no se resignaba "a que haya más de cinco millones de españoles que quieren trabajar y no pueden". Ahora hace triunfalismo con 5,6 millones de parados -según la última EPA- y miles de exiliados económicos.