Señalar que la inflación golpea más a las rentas bajas que a las altas es una obviedad que no suele reflejarse, pero no está de más contar con datos que la certifiquen. Eso ha hecho el Banco de España, que ha expuesto las cifras del abismo que separa a los más pobres de los más ricos, también en esta materia. En el conjunto de 2021 y 2022, la distancia entre los hogares humildes y los adinerados fue de dos puntos porcentuales, según ha expuesto Pablo Hernández de Cos durante el Congreso Anual de la Asociación Económica Europea.

Esta brecha no es exclusiva de momentos de crisis, pues en 2021, cuando la inflación media se situó en el 3%, también quedó patente. Concretamente, los hogares con rentas más bajas asumieron un incremento del precio de la vida del 3,5%, mientras que las familias más ricas redujeron el índice hasta el 2,7%. Esto, explica el gobernador del organismo supervisor, se debe a que “los hogares con rentas bajas dedicaron una mayor parte de su gasto a la electricidad, el gas y otros combustibles" y, por el contrario, los más adinerados “destinaron una parte menor de su gasto a esos artículos genéricos".

En 2022, “estas pautas se acentuaron”. La inflación media con la que se cerró el año se situó en el 8,4%, respondiendo el 60% de la cual al incremento de “la energía y los alimentos". "Dado que los hogares con rentas bajas volvieron a gastar una mayor proporción de su consumo total en esos dos artículos en comparación con los hogares con rentas altas, se amplió aún más la brecha”, ha explicado de Cos. Como consecuencia, los hogares con rentas bajas experimentaron una tasa de inflación media del 8,9%, mientras que la experimentada por los hogares con rentas altas fue del 7,8%.

La suma de ambos años expuesta en el informe realizado por la entidad asciende al 2%, porcenaje ale que se podría añadir otro punto porcentual este año. El Índice de Precios de Consumo (IPC) del mes de agosto se sitúa en el 2,6%, lo que deja la media provisional del 2023 en un 3,7%. No obstante, siguiendo la metodología del Banco de España y siendo la electricidad, los combustibles y los alimentos los productos que siguen sufriendo el encarecimiento, los hogares con rentas más bajas sufrirán una inflación mayor que la media a final de año. Los ricos se verán menos afectados.

Los precios de venta, iguales para todos los consumidores, mantienen su senda ascendente, aunque esta sea menor. Sin embargo, los salarios más bajos siguen enquistados y sus perceptores, que ya perdieron en torno a un 4% de capacidad adquisitiva en 2022, se siguen viendo obligados a elegir entre bienes de primera necesidad. En los últimos diez años, los salarios tan solo han avanzado un 3,4% lo que, unido al encarecimiento de la vida, ha hecho perder a los trabajadores un 2,5% de su capacidad adquisitiva en los últimos cinco años. El ataque de la inflación es el mismo, pero las defensas de los hogares difieren en demasía.

Misma situación con las subidas de tipos

Más allá de la inflación, la subida de tipos de interés es otro aspecto que golpea de forma diferente a los hogares. La política feroz del Banco Central Europeo (BCE) ha elevado ya el precio del dinero al 4,25%, máximo histórico que iguala el de los años 2000 que ha disparado las hipotecas. La próxima reunión del organismo está fechada el 14 de septiembre, momento en el que previsiblemente se alcanzará el máximo de 4,5%.

En esta ocasión, son los más ricos los que han sufrido más los incrementos, pero por el mero hecho de que las familias humildes no pueden ni tan siquiera permitirse endeudarse. "Se estima que la traslación de la subida de los tipos de interés al coste medio de la deuda de los hogares españoles ha sido muy desigual: un incremento de 4 puntos porcentuales en los tipos de mercado eleva sus gastos netos por intereses entre un 1,1% (hogares con rentas bajas) y un 2,2% (hogares con rentas altas) de su renta", han revelado.

Además de no endeudarse, los hogares humildes no suelen optar de los tipos variables, al requerir de un pago fijo inamovible por no poder permitirse ir a merced de las fluctuaciones del mercado. En cifras, del total de población endeudada, un 30% lo está a tipo variables; sin embargo, del total de la población pobre endeudada, tan solo el 11% tiene este tipo de préstamos.