La inflación española continúa marcando uno de los datos más bajo de la eurozona, pero no consigue reducir sus valores por debajo del 2%. En agosto, el Índice de Precios de Consumo (IPC) ha vuelto a repuntar levemente y se sitúa en el 2,6%, tres décimas por encima del dato de julio. A pesar del leve ascenso, España mantiene la tercera inflación de menor valor entre los 20 países que comparten el euro como divisa, tan solo por detrás de Bélgica (1,7%) y Luxemburgo (2%).

El dato adelantado este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que deberá ser confirmado el próximo 12 de septiembre, mantiene a la economía en el entorno del 2% de inflación, objetivo establecido por el Banco Central Europeo (BCE). El IPC de agosto es ocho puntos inferior al marcado hace un año, cuando se alcanzó el 10,5%, segundo valor más alto de la crisis inflacionaria. La influencia del encarecimiento de los carburantes ha propiciado el segundo encarecimiento consecutivo de la inflación, que se estabiliza por debajo del 3%, pero se aleja del 1,9% reflejado en junio.

“España se consolida como uno de los países de la zona euro con una menor inflación, tras bajarla cerca de 8 puntos en el último año”, trasladan fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. Desde la cartera encabezada por la vicepresidenta Nadia Calviño, en funciones, destacan la influencia positiva del nivel de precios en “la competitividad de las empresas españolas, la ganancia de cuota de mercado y el aumento del poder adquisitivo de los salarios”.

Entre julio y agosto, el precio de la vida muestra un incremento de medio punto (0,5%), valor positivo por séptimo mes consecutivo, a excepción del 0% de mayo. El Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), aquel que usa Europa para sus estadísticas comparativas, se ha elevado también en tres décimas con respecto a julio, colocándose en el 2,4%. A nivel intermensual, la variación del IPCA ha replicado la del índice general.

Esta evolución, según detalla el instituto de estadístico, responde, principalmente, a la subida de los precios de los carburantes y, en menor medida, de los combustibles líquidos, variables que sufrieron reducciones el mismo mes del pasado año. “Cabe señalar, aunque en sentido contrario, el comportamiento de los precios de la electricidad, que este mes aumentan, pero menos que en agosto de 2022”, añade el INE.

Por su parte, la inflación subyacente -aquella que no incluye los alimentos no elaborados ni la energía- ha retornado a la senda descendente en el octavo mes del año y reduce su porcentaje en una décima, deteniéndose en el 6,1%. Después del incremento de tres décimas del pasado mes, la subyacente vuelve a reducirse, aunque lo hace lentamente y continúa casi triplicando el dato del IPC general.

Desde el Gobierno se muestran optimistas con la marcha económica y aseguran que “las medidas de política económica hacen que España tenga uno de los mayores niveles de crecimiento económico con menores niveles de inflación de la Unión Europea”. El crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) español cerró el segundo trimestre del año con un crecimiento del 0,4% y las previsiones sitúan su evolución anual por encima del 2%. Las estimaciones sitúan la inflación media al cierre del año en el entorno del 3%, muy lejos del 8,4% con el que se cerró 2022.

Bares y eléctricas, principales beneficiados

El encarecimiento de la vida es una noticia que suele ser bien acogida en ningún hogar; sin embargo, como sucede en todas las crisis, siempre existe una pequeña parte de la población que se beneficia del empobrecimiento de la mayoría del país. Según un informe publicado por el Banco de España, el conjunto del tejiodo empresarial  ha trasladado “una parte sustancial” de este incremento de sus costes unitarios a los precios de venta al consumidor, llegando algunos a sacar beneficios adicionales. 

El organismo supervisor señala a los sectores energético, compuesto por eléctricas, gasistas y otras empresas de suministros, y de refino, conformado por las empresas al por mayor de combustibles, como los mayores beneficiarios del incremento de la inflación. El sector energético ha elevado sus precios un 32% por encima del avance de sus costes, diferencia que se sitúa en el 17% en el caso del refino. 

Otro sector que destaca por haber elevado sus precios por encima de los costes, aunque en menor medida, es el de la hostelería y restauración. Entre 2021 y 2022, estos establecimientos vieron elevados sus costes un 6%, pero decidieron elevar sus precios hasta un 9,3%. A este se suman el comercio mayorista y el transporte y almacenamiento, dos sectores más que han arrojado una diferencia positiva para sus beneficios.