Las crisis sanitaria y energética sucedidas de forma consecutiva han traído aparejados cambios sustanciales en el tejido económico; sin embargo, que las consecuencias de estas perturbaciones las pague la clase trabajadora es una constante invariable. Desde 2019 el aumento en los costes de producción ha sido sustancial, pero las empresas, lejos de asumir pérdidas, han trasladado “una parte sustancial” de este incremento a los precios de venta. Así lo evidencia el informe publicado por el Banco de España, que llega a señalar algunos sectores que han aumentado los precios por encima del incremento de costes, como las energéticas, la hostelería o el transporte.

El año 2022 cerró con una inflación media del 8,4%, mientras que los salarios pactados por convenio tan solo avanzaron un 2,78%. El argumentario empresarial para evitar subir los sueldos se ha fundamentado estos últimos años en el aumento de los costes que las patronales garantizaban que no se trasladaba al precio final. Una mentira más del sector empresarial, según los datos del Banco de España. Queda evidenciado que, nuevamente, los trabajadores han perdido poder adquisitivo a costa de que las empresas trasladen el groso del incremento de sus costes unitarios al precio final. Sobra decir que, cuando los costes han bajado, los precios no han hecho lo propio.

Los beneficiados de la crisis inflacionaria

Esta práctica ha sido generalizada en todo el tejido empresarial, llegando algunos sectores a incrementar notablemente su beneficio al elevar los precios muy por encima de los costes. Es el caso del sector energético, compuesto por eléctricas, gasistas y otras empresas de suministros. Estas compañías, que se han dedicado a vaciar embalses en plena sequía para beneficio propio, vieron aumentados sus costes en un 57% entre 2021 y 2022. En ese mismo lapso temporal, incrementaron los precios que deben asumir los consumidores un 89%, siendo además su negocio servicios de primera necesidad, como la luz o el gas de un hogar.

Si bien este es el caso más escandaloso, las energéticas no son el único sector empresarial que ha elevado sus precios muy por encima de los costes. En el sector del refino, en el que se ubican las empresas al por mayor de combustibles, la diferencia del incremento es de casi 17 puntos. Así, el aumento de los precios (67%) ha superado notablemente el de los costes (50%). Muestra de ello es el aumento de los beneficios empresariales declarados por todas las empresas españolas de combustibles el pasado año, de igual manera que lo hicieran las eléctricas.  

El propio organismo “destaca el hecho de que el sector de la energía eléctrica y el gas y el del refino queden posicionados por encima de la diagonal, lo que indicaría que, en ambos casos y ambos períodos -tanto entre 2021 y 2022, como entre 2019 y 2022- los precios de venta crecieron más que sus costes unitarios”.

Otro sector que destaca por haber elevado sus precios por encima de los costes, aunque en menor medida, es el de la hostelería y restauración. Entre 2021 y 2022, estos establecimientos vieron elevados sus costes un 6%, pero decidieron elevar sus precios hasta un 9,3%. Una cerveza, un café o una noche de hotel es hoy mucha más cara que hace dos años y, aunque los costes desciendan, los precios no lo harán.

El comercio mayorista y el transporte y almacenamiento son dos sectores más que han arrojado una diferencia positiva para sus beneficios. En el caso del primero, mientras los costes aumentaron un 10%, sus precios lo hicieron un 13%. El transporte y almacenamiento, por su parte, es el único sector que vio reducirse sus costes, un 2%, entre 2021 y 2022; situación que no impidió que elevasen sus precios hasta un 4%, desprendiendo de esto una diferencia positiva de seis puntos.

En este último caso, el supervisor indica que “puede explicarse, al menos en parte, porque en muchas de las empresas que se dedican al transporte la conjunción de unos costes fijos altos con el hecho de que, en 2022, una vez eliminadas las restricciones a la movilidad, estas compañías hubieran experimentado un incremento extraordinario de su actividad”. A esto se le suma un aumento de la demanda que ha aumentado las cifras de negocio, argumento que el Banco de España señala que también podría haber afectado a la hostelería.

Ninguno de los 14 sectores estudiados por el supervisor ha sufrido un aumento de los costes por encima de los precios por encima del 2%. En definitiva, la justificación empresarial de aumento de precios basado en los costes, asegurando que esto no se estaba produciendo en su totalidad, cae por su propio peso. Mientras, el poder adquisitivo de los trabajadores cayó en el mismo periodo expuesto casi seis puntos porcentuales, atendiendo a la inflación media y la subida salarial media por convenio, lo que unido a unos salarios bajos de antemano evidencia sobre que espaldas se ha vuelto a cargar la crisis.