España lidera el diálogo de choque en clave internacional: por un lado, al no caer ante los designios de Donald Trump en la OTAN y salvaguardar las capacidades de Defensa de nuestro país con el 2,1% del PIB; por otro, al abogar por romper vínculos con Israel ante la escalada de violencia que se está cometiendo en Gaza.

La agenda exterior del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en esta semana se puede resumir en estas dos claves, la cual le han valido de críticas pero que, al tiempo, han posicionado a España con una voz firme y de debate ante los pesos pesados europeos y transatlánticos.

La Cumbre de la OTAN, que se celebró en La Haya este martes y miércoles, tuvo como foco principal de discusión el aumento en gasto en Defensa de los Estados miembro a un 5% del PIB. Sin embargo, y tal y como defendió Sánchez al término de la reunión de alto standing, España asumirá un 2,1% acogiéndose a la “flexibilidad” que otorga la Alianza Atlántica para cumplir con las capacidades y objetivos del acuerdo hasta 2035.

“España es un país serio que cumple con sus compromisos”, esgrimió Sánchez, defendiendo que el umbral de gasto marcado por Moncloa es “suficiente, realista y compatible” tanto con la realidad de nuestro país como con el marco de la OTAN.

Con Trump al frente, España se mantiene firme

Cierto es que la postura adoptada por España en este escenario transatlántico trajo consigo reacciones de sorpresa por parte de líderes internacionales. Quizás la réplica del estadounidense Trump puso sobre la mesa las discrepancias entre las partes, pero, pese a las críticas y advertencias, nuestro país se ha mantenido en la misma posición.

El inquilino de la Casa Blanca, en su respectiva comparecencia este miércoles desde La Haya, reconoció, por un lado, la “buena” evolución de la economía española; por otro, manifestó su estupefacción ante la decisión de Sánchez y bajo el marco de los aranceles y medidas comerciales: “Estamos negociando con España sobre un acuerdo comercial y vamos a hacer que paguen el doble”, reiteró.

A modo de respuesta, desde el Gobierno de España se clarificó horas más tarde que las negociaciones en clave comercial deben remitirse al ámbito de la Comisión Europea. En la misma línea, ya desde Bruselas con motivo de la reunión del Consejo Europeo, Sánchez reafirmó que España y Estados Unidos son países “amigos”. “Ser europeísta y atlantista” no es sinónimo de “seguidismo ciego que otros en nuestro país proponen”, reiteró.

En cuanto a la postura en Defensa que acometerá España en la OTAN, desde el plano europeo, Sánchez volvió a pronunciarse en los mismos términos: “Ese es mi deber, esa era mi obligación y lo hemos logrado. (…) No he sido yo, no hay una discrecionalidad detrás de lo que es un trabajo técnico, profesional, de nuestras Fuerzas Armadas y que, por supuesto, el Gobierno apoya y confía en ellas”, ahondó.

Sin embargo, este frente diplomático no ha quedado cerrado. Este viernes el mandatario estadounidense ha vuelto a pronunciarse sobre esta cuestión desde la Casa Blanca, reiterando que, desde la parte que le toca, da por “garantizado” que España cumplirá el 5% de gasto en Defensa de la OTAN: “Lo hará”, ha apostillado.

Sánchez aboga por frenar la escalada de Israel

En lo que concierne al escenario de pesadilla que se percibe desde Oriente Medio, la posición de España está firmemente situado del lado del pueblo palestino. A medida que el conflicto se ha tornado cada vez más violento con el paso de los meses, el Gobierno se ha mostrado internacionalmente proclive a reconocer el Estado de Palestina como camino hacia la paz con Israel, a la par que exige sanciones para el Gobierno de Benjamín Netanyahu.

Sobre este último punto, Sánchez llevó la bandera al Consejo Europeo en Bruselas, donde abogó por tomar desde la UE “medidas concretas” en vía diplomática para frenar las aspiraciones belicistas del Estado judío y por la “falta de respeto” a los Derechos Humanos en la Franja de Gaza y Cisjordania. Según el último informe elaborado por Bruselas, se da cuenta de que Israel “estaría violando el artículo” de los derechos humanos. Por ello, Sánchez abogó a su vez por suspender el acuerdo de asociación con Israel e imponer un embargo a las armas.

Como cabía de esperar, el Gobierno de Netanyahu contestó con acusaciones, señalando a España por situarse, a su juicio, “en el lado equivocado de la historia”. Motivo por el cual la respuesta de Moncloa no terminó en este punto. El Ministerio de Exteriores convocó al encargado de negocios israelí, Dan Poraz, ante su “inaceptable” comunicado contra España.

Pese a este último cruce, cierto es que la postura de España ante las atrocidades que se están cometiendo en Gaza no prevé variaciones, sino una apuesta hacia adelante desde el ámbito internacional por condenar las actuaciones de Israel y buscar una vía de entendimiento para un alto el fuego definitivo y una paz justa y duradera.

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