El gasto en pensiones se mantiene al alza en el tercer mes del año, como era previsible, por la indexación de la revalorización de las prestaciones al Índice de Precios de Consumo (IPC), y bate un nuevo récord. Así, la nómina de marzo asciende hasta los 11.945,6 millones de euros, lo que supone un aumento de más de 20 millones con respecto al mes anterior y un avance del 10,8% con respecto al mismo mes de 2022. El peso de las pensiones se sitúa en un 11,7% sobre el Producto Interior Bruto (PIB), de igual manera que en los dos meses precedentes.

Más allá del aspecto positivo que esta subida supone para los perceptores, desde Seguridad Social la preocupación continúa siendo la sostenibilidad del sistema a la par que garantizar las subidas indexadas a la inflación para evitar la pérdida de poder adquisitivo de los pensionistas. Este debate atraviese su momento más candente tras la aprobación de la segunda parte de la reforma de las pensiones, consensuada con los sindicatos y la Comisión Europea.

Este nuevo marco contempla subidas de las bases máximas de cotización, una nueva cuota de solidaridad y el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) para garantizar la sostenibilidad, de igual manera que la mencionada indexación, la mejor cobertura de lagunas y el aumento de las prestaciones mínimas para garantizar el mantenimiento del poder adquisitivo de los pensionistas.

Pensión media récord

Más allá de la nueva norma aprobada ya en Consejo de Ministros, lo determinante que muestran los datos publicados este martes por Seguridad Social es la nómina recibida por los pensionistas tras la subida. Así, estos podrán seguir disfrutando, como hacen desde enero, de un incremento en su prestación de más de 100 euros de media. La pensión de jubilación media se ha situado en los 1.372 euros, un 9,7% más que en marzo de 2022 y dos euros por encima del registrado en febrero y cuatro más que enero. Por regímenes, la media procedente del Régimen General es de 1.530,90 euros al mes, mientras que la más baja la registra el Régimen de Autónomos (913,6 euros).

En suma, se han abonado 10.019.006 pensiones contributivas a más de nueve millones de pensionistas en el tercer mes del año. Una gran parte de la nómina de pensiones contributivas de marzo ha ido a pensiones de jubilación, en concreto, el 72,8%, es decir, 8.696 millones de euros. A pensiones de viudedad (2,35 millones de prestaciones), cuyas cuantías mínimas se verán incrementadas tras el acuerdo alcanzado entre Gobierno y EH Bildu, se han destinado 1.996,8 millones de euros.

Por otra parte, la nómina de las prestaciones por incapacidad permanente (945.332 prestaciones) asciende a 1.058,9 millones, la de orfandad a 162,6 millones de euros con 340.760 perceptores y las prestaciones en favor de familiares (44.772), a 31,3 millones. Un buen dato propiciado por la indexación de las pensiones es la cuantía media de las nuevas altas de jubilación en el sistema, que ascendió en el mes de febrero de 2023 (último dato disponible) a 1.524 euros mensuales. No obstante, este dato es más de 100 euros inferior al registrado en enero

Atendiendo al 1 de febrero, más de 452.764 pensiones se han beneficiado del complemento por brecha de género. Más de 400.000 prestaciones que disfrutan de esta prestación pertenecen a mujeres, lo que supone un 91,9%. El importe medio mensual de este complemento en la pensión es de 66 euros. Del total de las pensiones complementadas, el 22,4% corresponde a pensionistas con un hijo (101.536), que anteriormente no tenían acceso al complemento de maternidad. Además, el 47,2% de los beneficiarios cuentan con dos hijos (213.758); el 19,6%, con tres (88.697) y con cuatro hijos, el 10,8% (48.773).

Puntos clave de la reforma

Las dos patas principales de la reforma son la sostenibilidad del sistema de cara a futuro, pensando sobre todo en la generación del baby boom, y el avance hacia un sistema más equitativo que ponga el foco sobre aquellas personas más damnificadas por el modelo actual. El primero de los ámbitos se abordará a través de la subida de las bases máximas de cotización, simultánea a una subida menor de las pensiones máximas; del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que contempla una sobrecotización mensual del 0,6%, que crecerá una décima anual hasta los 1,2 puntos porcentuales en 2029;  y de una nueva cuota de solidaridad, que gravará los salarios más altos un 1% en 2025, tasa que aumentará un 0,25% anual hasta alcanzar el 6% en 2045.

En lo referido al aspecto redistributivo, aparece periodo de cómputo de la pensión, que finalmente dará a elegir a los ciudadanos entre el intervalo actual (25 años) o la fórmula Escrivá (29 años descartando los dos peores); la mejor cobertura de las lagunas de cotización, con el foco depositado en las carreras laborales de las mujeres; la mejora de las pensiones mínimas y no contributivas; y, también en este aspecto, la nueva cuota de solidaridad. Con todo, el Ejecutivo pretende garantizar la supervivencia del sistema frente a la pirámide demográfica, garantizando, a la par, el mantenimiento del poder adquisitivo de los pensionistas.