Lo que parece el cierre definitivo de la reforma de las pensiones, constatado el acuerdo mayoritario que reúne la segunda pata presentada este viernes por José Luis Escrivá, ministro de Seguridad Social, trae aparejado lo que los sindicatos han acertado a denominar como “un cambio en la orientación de las políticas de pensiones, respecto a las reformas que se hicieron hace una década, de una enorme trascendencia”. A pesar de que aún queda algún aspecto por resolver con los sindicatos, la patronal ya ha trasladado su negativa inamovible, el apoyo parlamentario y de la Comisión Europea hace pensar que, salvo matización mínima, este será el texto definitivo. Y si contempla un aspecto novedoso y relevante es la cuota de solidaridad.

¿Qué es la cuota de las pensiones?

La cuota de solidaridad es, sin ninguna duda, la mayor novedad incluida en este segundo paquete de medidas que afectarán a la Seguridad Social y la única que tiene un objetivo tanto de sostenibilidad como redistributivo. Esta nueva variable la tendrán que afrontar los salarios que superen la base máxima de cotización y, de igual manera que cualquier otra contingencia de cotización, recaerá en gran parte sobre la empresa contratante. Su cuantía supondrá una mayor recaudación y, además, será integra, ya que,no guarda ninguna relación con el aumento de las pensiones, razón por el que el aumento de las bases máximas no supondrá una recaudación tan grande como parece. Esta cuota solo afectará a la cantidad que supere la base máxima, según confirman las mismas fuentes de la negociación consultadas por ElPlural.com.

¿Cómo funciona?

Su naturaleza es también claramente redistributiva, ya que, al subir las cotizaciones de aquellos que perciben mayores salarios en favor de la recaudación de la Seguridad Social, que, a su vez, mejorará las condiciones de las pensiones contributivas más bajas y de las no contributivas. La intención es que esta cuota de solidaridad entre en vigor en el año 2025 con valor de 1%, Desde ese momento, su valor sumará un 0,25% anual hasta alcanzar el 6% en 2045.

Ejemplificando su aplicación atendiendo al caso de un alto directivo que perciba una saldo mensual de 20.000 euros brutos, más allá de la cotización común, la cuota afectará a los 15.000 euros que superan la base que ya cotiza, la máxima (4.495,38 euros). Su nómina reflejará al inicio de la medida una cotización solidaria de 150 euros (1% de 15.000). En 2035 esta cuantía alcanzará los 525 euros (3,5%) y en 2045 los 900 euros (6%). La mayor parte del incremento correrá a cargo de la empresa.

Mayor avance social de la democracia

La multitud de medidas contempladas evidencian el carácter social de la reforma, muy alejado de las sendas seguidas con anterioridad. Así lo ha destacado Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, que ha asegurado que, "frente a todas las medidas que se han desplegado a lo largo de la democracia en España en materia de pensiones, no solamente no recortamos, sino que hacemos lo que tenemos que hacer, que es ensanchar los ingresos públicos

"El cambio es absoluto", ha sentenciado Díaz, quien ha subrayado que, con el acuerdo de pensiones anunciado este viernes, "garantizamos el sistema público en nuestro país" y "corregimos el problema real" que este tiene que, según ha sostenido, "no era un problema de gasto público, sino de ingresos públicos". "Con las medidas que hemos desplegado, tanto con la cuota de solidaridad cuanto con el destope de las pensiones máximas, vamos a irrogar una cantidad de ingresos al sistema muy importante", ha concluido.

Otras medidas sociales

Las lagunas de cotización también son abordadas en esta norma. Actualmente, la Seguridad Social contempla que las primeras 48 mensualidades (cuatro años) sin cotización se integren dentro de la base mínima vigente (1.260 en 2023) y a las posteriores a estas se les aplica la misma fórmula, pero teniendo en cuenta un 50% de la base mínima.  Esto afecta sobre todo a las mujeres, por lo que la nueva reforma contempla para las mujeres trabajadoras por cuenta ajena, la cobertura el 100% de la base mínima entre el mes de vacío 49 y el 60, (hasta el quinto año) y el 80% de la base mínima entre el mes 61 y el 84 (del quinto al séptimo año).

Además, el complemento de brecha de género de las pensiones tendrá un incremento del 10%, adicional a la revalorización anual, en el bienio 2024-2025. En la misma línea, puesto que las mujeres también son las más damnificadas, se han introducido medidas para incremental las pensiones mínimas y no contributivas. 

La pensión de jubilación mínima, que se situó en 2023 con la revalorización en los 10.963,40 euros anuales, experimentará un ascenso siguiendo la lógica del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Así, se establecen medidas para que la cuantía de la pensión mínima contributiva se aproxime al 60% de la renta mediana (valor que se sitúa justamente en la mitad, dividiendo en dos grupos, a todos los individuos de mayor a menor), tomando como referencia la evolución de la pensión mínima con cónyuge a cargo, que alcanzaría entre 2024 y 2027 el 60% de la renta mediana correspondiente a un hogar de dos adultos.

Las pensiones no contributivas, aquellas más precarias, se revalorizarán siguiendo proceso similar y crecerán hasta converger en 2027 con el 75% del umbral de la pobreza calculado para un hogar unipersonal.