Tras meses de intensas negociaciones, parece que el acuerdo sobre el sistema de pensiones es inminente. Un José Luis Escrivá eufórico ha anunciado este viernes que el Gobierno ha conseguido cerrar un acuerdo con Bruselas al respecto. La propuesta del ministro ha sido avalada por los socios del Gobierno, Unidas Podemos, y los sindicatos y, como es habitual, se ha encontrado con la oposición frontal de la patronal. Gracias a esta nueva proposición, las pensiones mínimas contributivas experimentarán un alza que rozará el 60% de la renta mediana mientras que las no contributivas crecerán hasta converger en 2027 con el 75% del umbral de la pobreza y, al aceptarse la petición de los sindicatos, a partir de ese año superarán los 14.000.

Entre otras cosas, lo que contempla la nueva reforma, a imagen de lo que se ha hecho en los últimos años con el Salario Mínimo InterprofesionaI, es el establecimiento de medidas para que la cuantía de la pensión mínima contributiva se aproxime al 60% de la renta mediana, tomando como referencia la evolución de la pensión mínima con cónyuge a cargo, que alcanzaría entre 2024 y 2027 el 60% de la renta mediana correspondiente a un hogar de dos adultos. A partir de ese momento, los sindicatos han conseguido que la pensión mínima no pueda situarse por debajo de los 14.300 euros anuales, según a adelantado el periódico ElMundo, una concesión vital para CCOO y UGT acepatada por Escrivá.

Esto es determinante, ya que, si atendemos lo que se entiende como renta mediana el valor se situaría muy por debajo. El incremento que sufrirán dichas pensiones indexado a la renta mediana es el valor que, ordenando a todos los individuos de menor a mayor ingreso, deja una mitad de estos por debajo de dicho valor y a la otra mitad por encima.

Teniendo en cuenta el valor de la renta mediana que, para los hombres alcanza un valor de 16.118 euros y para las mujeres de 15.719 euros, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), las pensiones podrían llegar a los 9.670,80 euros en el primer caso y 9.431,40 euros en el segundo. Cifras que se traducirían en un ingreso mensual, atendiendo a las 14 pagas, de 690,77 euros en el caso de los hombres y 673,67 euros para las pensionistas. Así será hasta 2027, momento en el que deberán tener un valor mínimo equivalente a los 14.300 euros actuales. 

Un caso similar se plantea en lo referente a las pensiones no contributivas que, tal y como se recoge en el acuerdo, crecerían hasta converger en 2027 con el 75% del umbral de la pobreza calculado para un hogar unipersonal.

Unas pensiones más feministas

Debido a, la aún omnipresente, diferencia salarial entre hombres y mujeres, el Ejecutivo plantea la revalorización del complemento de brecha de género que tendrá un incremento del 10%, adicional a la revalorización anual, en el bienio 2024-2025.

El complemento de brecha de género se aprobó en febrero de 2021 en sustitución del antiguo complemento de maternidad que fue declarado discriminatorio y que, además, tenía un diseño regresivo.

Dicho plus, aporta una cantidad fija por hijo y está destinado a mujeres, excepto cuando sea la carrera laboral del hombre la que fue afectada por el nacimiento de hijo.

Así pues, la cuantía actual establecida por el citado complemento es de 30,40 euros mensuales por cada hijo. Cuantía que aumentaría a los 33,44 euros al mes por cada hijo. Cabe destacar que el complemento no se tiene en cuenta en la aplicación del límite máximo de las pensiones contributivas ni para determinar el complemento para pensiones inferiores a la mínima.

La subida de la pensión y las bases máximas

Por su parte, la subida de las bases máximas de cotización se hará de forma paulatina entre 2024 y 2050, sumándole a la cuantía anual del IPC una cifra fija de 1,2 puntos porcentuales. Las pensiones máximas se revalorizarán año a año con la cuantía anual del IPC más un incremento adicional de 0,0115 porcentuales acumulativos cada año hasta 2050. A partir de 2050 y hasta 2065 habrá incrementos adicionales. Esta medida permitirá, por tanto, mantener la sostenibilidad del sistema público de pensiones.

La cuota de solidaridad

Otro punto relevante que contempla la nueva reforma es la denominada cuota de solidaridad que se aplicará a la parte del salario que actualmente no cotiza por superar el tope máximo de cotización, que será del 1% en 2025 y que irá aumentando a un ritmo de 0,25 puntos por año hasta llegar al 6% en 2045. Por ejemplo, a una persona que gane 500 euros por encima del tope máximo de cotización, sólo se aplicaría por esos 500 euros y no por todo su salario, cotizando 5 euros adicionales en 2025.

El acuerdo ha sido finalmente alcanzado tras salvaguardar el principal escollo que separaba a los socios de Gobierno, el periodo de cálculo de la pensión. El Ministerio de Escrivá ha propuesto aunar el periodo tradicional y la nueva fórmula con el objetivo de dar a elegir al pensionista, el cálculo que más le convenga, beneficiando de esta manera tanto a las carreras lineales como a las más fragmentadas.