El FMI (Fondo Monetario internacional) ha esgrimido que los impuestos extraordinarios a los bancos, las energéticas y las grandes fortunas deben ser "limitados y temporales". En este sentido, la institución considera que, de mantener estos gravámenes tal y como están, podrían "desincentivar una inversión que ya está débil". Esta advertencia choca con los intereses del Gobierno de España, que ya ha anunciado su intención de convertir estos tributos en permanentes. 

Estos impuesto fueron aprobados por el Ejecutivo a través de la Ley 38/2022. Los gravámenes pretendían dar una solución a la crisis inflacionaria que surgió con la invasión rusa de Ucrania.  La idea era cargar a las energéticas que se habían beneficiado de los precios disparados sobre la energía, así como la banca de los márgenes de beneficio consecuentes por la subida de los tipos en los préstamos. Así lo concluyó un estudio del Banco de España

Así, el dinero recaudado por estos impuestos, que en 2023 obtuvo unos ingresos de 3.500 millones de euros y en 2022 consiguió unos. 2.800 millones de euros, se ha empleado en financiar las medidas anticrisis derivada de estos. Pero estos no constituyen "una estrategia de consolidación fiscal" que pueda ser beneficiosa para el crecimiento, tal y como ha indicado el Fondo en su informe anual sobre la economía española, el Artículo IV. Así, considera que no sería una alternativa suficiente frente a medidas que eleven los ingresos de forma estructural, tal y como ha indicado El País.

FMI: los impuestos a la banca y las energéticas tienen "limitaciones importantes"

Los gravámenes sobre la banca son de un 4,8% sobre el margen neto de intereses y comisiones de las entidades bancarias con ingresos superiores a 800 millones de euros. En cambio, los impuestos que afectan a las empresas energéticas gravan el 1,2% de la facturación de estas. Pese a la cantidad de dinero que España ha recaudado a través de estos, el FMI advierte que tienen "limitaciones importantes" y considera que, con el diseño actual de estos, su duración debería ser limitada.

Uno de los motivos radica en que los impuestos no afectan necesariamente a los beneficios de las entidades de estos sectores y que carecen de una definición clara de lo que es el exceso de este, tal y como asegura el Fondo.  Es por ello que el FMI considera que, en caso de seguir perpetuando estos impuestos, deberían definirse de una forma más clara cuales son los beneficios extraordinarios de estas entidades.

Así, la idea sería ajustar las bases impositivas a esta definición para minimizar los "efectos distorsionadores" que pueden tener estos impuestos. También para conseguir otros objetivos, como desgravar los colchones de capital anticíclicos. Es decir, el dinero que tienen los bancos para afrontar los riesgos del ciclo macrofinanciero. 

El FMI también señala que hay otros factores por los cuales estos impuestos no son tan efectivos. En el caso de la banca, por ejemplo, prevé que en los próximos años los ingresos van a disminuir con la disminución de los tipos y que estos se trasladen a los depositantes, lo que reducirá los márgenes de beneficio. En el de las energéticas, considera que se debe vigilar la interacción entre los múltiples impuestos a la energía y que si este restringe a aquellos beneficios que no se deben a la competencia en sí, la recaudación descenderá. 

Impuesto a las grandes fortunas: las diferencias entre territorios podría generar distorsiones

De igual forma, el Fondo ha señalado que el impuesto a las grandes fortunas permite recaudar dinero y lograr la redistribución. Eso sí, el organismo también ha señalado que también puede generar distorsiones en el caso de que haya una diferencia muy grande entre regiones, con lo que podría llevar a decisiones sobre la residencia por los propios tributos.