El Euribor, valor al que se referencia la mayoría de hipotecas, ya ha absorbido la pequeña tregua del mes de agosto. Un mes después, cerrará septiembre en el entorno del 4,15%, valor muy similar al máximo registrado en julio, cifra más alta de los últimos 15 años. Se recupera de esta manera la tendencia al alza que tan solo fue interrumpida el pasado mes, cuando se frenó la racha de 20 meses de subidas consecutivas. Así, las hipotecas variables que se enfrenten a una revisión próxima experimentarán subidas de tres cifras.

La política económica restrictiva aplicada por el Banco Central Europeo (BCE) está tirando del valor hacia arriba y castigando a las familias. Sería necesario retroceder a principio de 2022 para encontrar valores negativos en el Euríbor, que experimenta un ascenso meteórico desde que el organismo liderado por Christine Lagarde comenzó su rally alcista en julio del año pasado. Los tipos de interés se sitúan ya en el 4,5%, pico más alto en toda la historia del euro.

Pese a que el BCE ha trasladado que esta podría ser la última subida a medio plazo, el nivel se mantendrá elevado durante un tiempo prolongado. La próxima reunión del Consejo de Gobierno del Banco está fechada para el próximo 26 de octubre, momento en el que se tomará una nueva decisión que, previsiblemente, dará una tregua. El objetivo continúa siendo ubicar la media de inflación de la zona euro en el entorno del 2%, pero el ritmo de bajada está siendo muy lento, todavía se encuentra en el 4,3%, y el nuevo tensionamiento energético podría dinamitar la tregua prevista.

Este viernes, la presidenta del BCE, ha participado en una conferencia en París. Durante su discurso, centrado en la transición energética y en el posicionamiento competitivo de Europa en esta materia, no ha querido hacer alusión a la política monetaria, pero ha dejado alguna advertencia. "La estabilidad de los precios es clave para dar visibilidad a los inversores", ha señalado únicamente en relación con este tema. La líder del supervisor se reserva esta decisión para la próxima reunión y no ha querido dar detalles.

Con todo, el Euríbor se aproxima al 4,2% que no se marcaba desde 2008, en pleno pinchazo de la burbuja inmobiliaria. La decena de ascensos del precio del dinero acometidos por el BCE han sido los responsables de este nivel del Euríbor, que castiga a las familias y pequeñas empresas endeudadas con préstamos variables sujetos a este valor y a aquellas personas que quieran acceder a un nuevo préstamo.

El último ascenso aprobado por el supervisor único europeo, que aún no se ha trasladado al Euríbor, amenaza con empujar el valor hasta el 4,5% a finales de año, pico en el que debería frenarse, según los expertos. Pese a que septiembre se cerrará por debajo del 4,2%, el Euríbor ya ha superado este baremo en sus valores diarios. No obstante, debido a que la comparativa (diferencial) con respecto al Euríbor de septiembre de 2022 (2,23%) no es tan amplio como en meses anteriores, las hipotecas crecerán, pero no tanto.

Subida de las hipotecas

Con la progresión del Euríbor, las hipotecas variables constituidas con anterioridad sufren revisiones al alza y los tipos de las de nueva constitución imposibilitan su acceso. Estas últimas encuentra ya el interés medio variable en el 2,95% y el fijo en el 3,49% en julio, último mes con datos disponibles. Ninguna de las opciones de las opciones resulta favorable para las familias trabajadoras, menos en la actualidad; no obstante, la situación se presenta más dramática para los hogares que cuentan con una hipoteca variable y están a la espera de una revisión próxima, dado que no pueden eludir la subida.

Con el diferencial situado en los 1,91 puntos, este nivel de Euríbor implica que una persona que tenga contratada una hipoteca variable de 150.000 euros con un plazo de vencimiento residual de 30 años y deba revisar su tipo de interés en el mes de septiembre, registrará un aumento de su cuota hipotecaria de unos 150 euros al mes y 1.800 euros al año, aproximadamente. Para hipotecas de mayor cuantía (300.000), la subida podrá llegar a los 300 euros al mes.

Este cálculo implica el máximo nivel de incremento para una persona que haya contratado una hipoteca con ese nivel financiado, ya que al tratarse de una revisión al principio del préstamo (es decir, le quedan 30 años por amortizar), el cambio en el tipo de interés tiene mucho más impacto al haber mucho principal por amortizar.