Ouigo e Iryo han presentado sus cuentas financieras correspondientes al ejercicio 2023 en la vuelta del verano, tras hacerlo Renfe en el mes de julio. Los nuevos operadores de los trenes españoles se suman a las pérdidas en su negocio en el primer año completo de actividad en el que los tres operadores han compartido espacio en las vías españolas.
Por un lado, Ouigo cerró el último ejercicio completo con pérdidas cercanas a los 43 millones de euros, concretamente en los 42,7 millones. Un resultado negativo que es un 17% peor que el año anterior, en 2022, cuando comenzó a operar en España como el primer operador que llegaba para competir con Renfe tras el proceso de liberalización de la alta velocidad ferroviaria.
Ouigo cerró su primer ejercicio, el de 2022, con pérdidas por valor de 36,6 millones de euros. Una cantidad que ha visto empeorada en el último ejercicio completo para cerrar el año 2023 con pérdidas de alrededor de 43 millones de euros. Todo ello a pesar de que el nuevo actor del mercado ferroviario consiguió disparar su cifra de pasajeros en un 53%, desde los alrededor de 3 millones de usuarios que usaron el tren francés en 2022 hasta los 4,6 millones de viajeros registrados al cierre de 2023. El aumento de pasajeros ha llevado a la compañía a mejorar su cifra de ingresos de 2023, un 31% más hasta los 139 millones de euros.
Más allá de las cifras registradas en las cuentas financieras del último ejercicio, el operador low fare de la empresa pública francesa SNCF ha reconocido que, en estos momentos, el sector ferroviario nacional está inmerso en una “guerra de precios” y que la situación competitiva en este mercado es “muy exigente a nivel comercial”. En las cuentas remitidas al Registro Mercantil, la compañía asegura que la llegada de un tercer actor, Iryo, a finales de 2022, ha aumentado la competencia a nivel comercial entre las tres compañías. En cuanto a trabajadores, Ouigo consiguió aumentar su plantilla en el último año, hasta los 295 empleados. Una cifra que supone la contratación de 50 empleados nuevos, frente a los 245 de 2022, como consecuencia del aumento de la circulación de sus trenes, la apertura de nuevas rutas y la preparación para las nuevas aperturas de este 2024.
Pérdidas en 2023
Por su parte, también Iryo ha registrado pérdidas en 2023, su primer año completo como nuevo actor del panorama ferroviario español. La compañía, nacida por la unión de Air Nostrum, Globalvia y Treintalia como el primer operador privado del sector en España, perdió 79 millones de euros en el último ejercicio completo, 36 millones más que Ouigo en el acumulado anual. El nuevo operador ha aumentado las pérdidas frente al ejercicio anterior, pasando de un resultado negativo de 25 millones de euros en 2022 a los 79 millones de 2023. No obstante, la comparativa no es del todo justa ya que Iryo llegó a España en los últimos meses del ejercicio de 2022.
Pese a las pérdidas a final de año, Iryo ha disparado los ingresos en su primer año completo. La compañía ha presentado en sus cuentas unos ingresos totales de 212 millones de euros, muy lejos de los 4,8 millones de euros obtenidos en el acumulado de 2022. Y es que la compañía ha recibido en sus nuevos Frecciarossa -el modelo de sus trenes- a 6 millones de viajeros durante 2023. Una cifra que queda por encima de los 4,6 millones registrados en los trenes de Ouigo. La compañía también ha disparado los niveles de contratación de su plantilla, pasando de los 169 primeros empleados que entraron en la compañía a finales de 2022 -con su estreno en las vías españolas-, a los 522 acumulados al cierre del ejercicio 2023.
Iryo justifica las pérdidas de este primer año completo de operaciones como parte de su proceso de desembarco y puesta en marcha en un nuevo mercado, donde comparte vías con los otros operadores: Renfe y Ouigo. Estas primeras cuentas deben ser entendidas como parte de su plan de desembarco en España, con la inversión inicial necesaria para mantenerse a largo plazo en el mercado ferroviario nacional, tanto para Iryo como también para Ouigo.
Renfe lidera el número de viajeros
El resultado negativo de ambas empresas en el último ejercicio completo va en línea también con lo registrado por Renfe, el operador público del sector ferroviario. En este caso, la compañía cerró el año con pérdidas por valor de 65 millones de euros en su negocio de viajeros, con un resultado negativo que supera en 14 millones de euros el resultado del año anterior.
La diferencia en el número de viajeros es abismal frente a las otras dos compañías, multiplicando incluso por cinco la cifra anual. Así Renfe ha cerrado el año con 30,8 millones de viajeros en sus trenes de alta velocidad, AVE y Avlo, así como en los servicios de larga distancia prestados a lo largo y ancho de España. Una cifra conjunta -que incluye más plazas disponibles que el resto de la competencia- que supone el transporte de un 2,5% más de viajeros en sus trenes que el año anterior, cuando cerró con 30 millones.
El aumento de la cifra de viajeros en todos los trenes, sean del operador que sean, demuestra que el proceso de liberalización de la alta velocidad ferroviaria está teniendo sus frutos en la práctica, llevando a un gran porcentaje de viajeros de las carreteras a las vías del tren. Un cambio que no solo tiene impacto en la sostenibilidad y el medio ambiente, sino que también reduce los riesgos de seguridad implicados en el transporte por carretera.