La maniobra del FC Barcelona para deslocalizar la sede de una de sus filiales continúa adelante. Emulando a Ferrovial, el club culé ha decidido llevarse Barça Media, filial de contenidos, a Países Bajos. La excusa, igual que la de la constructora, poder cotizar en la bolsa estadounidense. Para ello, la filial se fusionará Mountain & Co. I Acquisition Corp, una sociedad creada exclusivamente para realizar una adquisición y localizada en Islas Caimán. Conocido los puntos de acuerdo facilitados por ambos socios Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (SEC), ahora es el turno de que los accionistas de Mountain voten.

La SPAC (por sus siglas en inglés, Special Purpose Acquisition Company) reunirá a sus accionistas el próxima 14 de septiembre, con un más que esperable apoyo y con la intención de dilatar los tiempos. El voto de los accionistas no se producirá el día de la celebración, sino posteriormente, pero en ella se podría dejar caer el acuerdo y acabar con los sueños del Barça de cotizar en el Nasdaq.

El plazo con el que cuenta Mountain para zanjar la operación, cuyo valor asciende a los 900 millones de euros, concluye el 9 de noviembre, motivo por el que ha sido convocada esta junta de accionistas que alarga los tiempos. El plazo tope establecido por ambas partes se extiende hasta el verano que viene (14 de agosto de 2024), pero la pretensión es acercar posturas y cerrar el acuerdo lo antes posible.

A pesar de la intención de no demorar la operación hasta el verano que viene, los plazos establecidos son excesivamente cortos para los socios de los culés, motivo por el que solicitarán una ampliación de seis meses que alargue el plazo hasta principios de marzo de 2024. En la operación tendrán suma importancia cuatro fondos estadounidenses propietarios de más de la mitad del capital: Saba Capital Management (14%), Glazer Capital (13,9%), Highbridge Capital Management (11,5%) y Calamos Investment Trust (11,1%).

La operación continúa desarrollandose y no se conoce cuál será la fecha definitiva para su oficialización. Por el momento, Mountain & Co. I Acquisition Corp se centrará ahora en atraer inversiones, dar cumplimiento a los requisitos que posibiliten la operación y convencer a sus accionistas. Si finalmente se constata el acuerdo, su duración será de 20 años, prorrogables a otros 20 si existe intención por ambas partes. Lo firmado no podrá rescindirse salvo incumplimientos materiales intencionales y repetidos por cualquiera de las partes de ciertas obligaciones importantes.

Bueno rollo entre socios

Aunque lo complicado empieza a partir de ahora, la relación desprendida entre los posibles socios a futuro parece buena. “Barça Media ha demostrado rápidamente su capacidad para fabricar, comercializar y monetizar contenido original que llega y resuena entre los aficionados del FC Barcelona a través de diferentes canales”, ha declarado Corneluis Boersch, CEOE de Mountain.

“Siento que la empresa está haciendo esto de una manera muy deliberada que impulsará el interés sostenido de los fanáticos y respaldará el crecimiento del flujo de caja libre”, ha añadido, haciendo hincapié en el mundial de 2026 que se celebrará en Norteamérica, un “excelente momento” para la fusión. No obstante en el documento presentado a la SEC se señala como posible causa de ruptura del acuerdo posibles investigaciones como el Caso Negreira.

Pronunciamientos judiciales adversos o hallazgos de investigaciones, así como la publicidad negativa resultante de estos supuestos incidentes, puede dañar la marca y la reputación del FCB y tener un impacto negativo en nuestro negocio”, refleja el texto como posible riesgo. Más allá de las preocupaciones, el Barça espera que el salto a Wall Street suponga una inyección de capital para las debilitadas arcas del club.

El precio a pagar por los culés sería la renuncia a la propiedad de sus propios contenidos audiovisuales, por los que tendría que pagar. “El FCB, en su nombre y en el de sus filiales, concede a Barca Media una licencia exclusiva (incluso para el FCB y sus filiales), mundial y sublicenciable para utilizar y explotar de cualquier otro modo determinadas marcas comerciales, logotipos, marcas y otros signos distintivos de origen que se detallarán en los acuerdos definitivos, así como derechos de autor, derechos de publicidad (por ejemplo, nombre, imagen, semejanza) u otros derechos de propiedad intelectual”, recoge la hoja de términos de propiedad intelectual acordada por ambos socios.