La desigualdad entre la población más pobre y los sujetos más ricos del mundo no para de crecer. Entre crisis, guerras y expansión del neoliberalismo no sorprende ya a nadie que los milmillonarios llenen cada vez más sus bolsillos, mientras casi la mitad de la población vive bajo el umbral de la pobreza. Lo obsceno de los datos evidencian lo ridículo de los discursos individualistas y meritocráticos. "El 1% más rico posee más riqueza que el 95% de la población mundial en conjunto", devela el último informe de Oxfam Intermón.
La ONG ha publicado un nuevo estudio de distribución de riqueza mientras los mandamases del mundo se estrechan las manos en a Asamblea General de Naciones Unidas (ONU), acogida por Estados Unidos (en Nueva York). Los señalados, la “oligarquía global”, tendrá representación en esta cumbre, donde no se espera que se aborde la "influencia de los milmillonarios sobre la economía”. El informe de Oxfam si lo hace y señala que “más de un tercio de las 50 mayores empresas del mundo tienen a un milmillonario como director ejecutivo o accionista principal”, alcanzando una capitalización bursátil total de 13,3 billones de dólares.
"La sombra de la oligarquía mundial se cierne sobre la Asamblea General de las Naciones Unidas. Los ultrarricos y las megaempresas que ellos controlan están conformando las reglas del juego a su favor, a costa del resto de la población”, ha denunciado el director de Oxfam Intermon, Franc Cortada. Asimismo, ha dejado clara el escape a las reglas de la que se benefician estos privilegiados, una evidencia que nadie se atreve a cuestionar: “las Naciones Unidas están perdiendo capacidad de acción frente al poder creciente de los milmillonarios”.
Esto, a todas luces, es una “oligarquía global” que es tratada como un ente superior al que no corresponde abordar los principales retos mundiales. Ni reducción de la contaminación, ni combate de la pobreza, objetivos que para la ONG "están siendo amenazados por la concentración de poder en manos de los ultrarricos y las megaempresas". Es más, esta “híper concentración de poder y riqueza” es la responsable del incremento de la desigualdad a nivel nacional, pero también en el interior de los propios países.
Los países del sur son los más damnificados, agrupando tan solo un 31% de la riqueza global pese a contar con el 79% de la población de todo el planeta. En sentido contrario, el informe precisa que el 1% más rico posee el 43% de todos los activos financieros globales y que dos multinacionales son propietarias del 40% del mercado mundial de semillas, vitales para la alimentación. A su vez, las "tres grandes" gestoras de fondos estadounidenses, la venerada (en España) BlackRock, State Street y Vanguard, gestionan casi una quinta parte de todos los activos de inversión en todo el mundo.
Tres compañías estadounidenses que se reparte 20 billones de dólares en activos. La ONU no podía haber elegido escenario para darse cita. "Aunque el mantra es que la rivalidad entre grandes potencias es el mayor factor que socava el multilateralismo, la realidad es que la desigualdad extrema juega un papel clave”, denuncia Cortada. “Los ultrarricos y las empresas con mayor poder han utilizado su enorme influencia para frenar los esfuerzos para resolver los principales problemas del planeta, como la lucha contra la evasión y la elusión fiscal, asegurar que las vacunas contra la COVID-19 sean accesibles para todas las personas", añade.
Para abordar esta problemática, la ONG llama al multilateralismo de cara a impulsar un nuevo marco de fiscalidad mundial. Asimismo, considera vital la condonación de la deuda pública y la creación de nuevas leyes de propiedad intelectual de cara las siguientes pandemias. “Solo un multilateralismo basado en la equidad y justicia puede revertir la intensificación del poder de una oligarquía global. Algunos líderes mundiales están demostrando ser conscientes de ello y han incrementado sus esfuerzos contra la desigualdad”, zanja el director de Oxfam, que pide que sean “más y con mayor fuerza”.