La negociación para la derogación de la reforma laboral -o como prefieren llamarlo, modernización del mercado de trabajo- continúa a pleno rendimiento entre Gobierno y agentes sociales. Con el 31 de diciembre a la vuelta de la esquina, el plazo máximo comprometido en el propio Gobierno y con Bruselas, parece que las partes lo han dejado todo para última hora y ahora hay que correr. Pero, ¿cómo de cerca está el acuerdo?

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha reiterado en los últimos días su compromiso para tener listo el acuerdo antes de finales de año, es decir, en menos de dos semanas. Con Navidad y fines de semana entre medias, las partes mantienen la prudencia pero ya empiezan a aparecer los primeros rumores sobre la llegada del acuerdo. No obstante, hay posturas muy diferentes entre ellas. 

Por un lado, los sindicatos han asegurado en las últimas horas que el acuerdo se podría alcanzar esta semana -podría ser este mismo viernes- ante los avances en la negociación, centrada esta semana en la temporalidad del mercado laboral. Así lo adelantaba el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, este mismo jueves en una entrevista a TVE. “Espero que mañana las negociaciones queden bastante concluidas y avanzadas”, anunciaba esperanzado el líder sindical, con referencias temporales a hoy.

“Ahora continuar hablando es debatir sobre lo mismo y no encontrarle más salida a la que ya sabemos hoy que puede haber”, explicaba, mostrándose “moderadamente optimista”. Además, Álvarez quiere hacerlo con el apoyo de la patronal, es decir, un acuerdo tripartito: “Estamos dispuestos a flexibilizar, nosotros estamos dispuestos a dejarnos plumas en el camino para que la patronal este porque nos parece que es muy importante para el país que el acuerdo sea tripartito”.

CCOO no es tan positivo 

No opina lo mismo la otra parte sindical, CCOO, cuyo líder, Unai Sordo, ha asegurado que “a la negociación le quedan unos cuantos capítulos” hace apenas unos días. Es decir, no estaría listo este viernes. “La negociación está en un momento clave”, avanzaba Sordo el martes. Ese mismo día matizaba que el acuerdo “no está garantizado”, ni de forma tripartita ni siquiera entre Gobierno y sindicatos.

“Los sindicatos no han pedido que se elimine la contratación temporal en España, pero sí que se causalice mejor, que responda a causas objetivables, y eso debería ir acompañado de restricciones a la utilización del despido y a cambio buscar fórmulas de adaptación en las empresas, que es a brocha gorda lo que hemos hecho en los ERTE", explicaba el secretario general de CCOO.

Garamendi quiere seguir negociando en 2022

Si las posiciones sindicales no coinciden, tampoco lo hacen las previsiones de la CEOE. En una entrevista esta misma mañana a Cadena SER, Antonio Garamendi, líder de la patronal, ha reconocido estar “trabajando intensamente” pero no anticipa un plazo cercano para el acuerdo y llama a continuar la negociación, más allá del 31 de diciembre, si fuera necesario.

“Los plazos no los hemos puesto nosotros. No quiero retrasar la negociación, pero si quedara algún fleco puede provocar el no sin sentido. No lo decimos para dilatar nada, somos serios y podemos decir que no cuando toca. Lo decimos si, por casualidad, queda algo por tocar”, asegura Garamendi, a pesar de las promesas de Díaz para tener el acuerdo listo, al menos, el último día del año.

El máximo representante de los empresarios españoles ha optado en los últimos días por guardar silencio sobre las negociaciones, pero lanza una crítica: “Siempre al último minuto”. “Si llevamos más de un mes hablando podríamos haber ido resolviendo temas”, explica el presidente de CEOE.

Gobierno y agentes sociales se reúnen esta semana, día tras día, para avanzar en las negociaciones, centradas ahora mismo en la temporalidad tras la última propuesta presentada por el Gobierno el viernes en la mesa de diálogo social. No obstante, el desacuerdo ya no parece estar solo en el contenido, sino también a la hora de cumplir los plazos y presentar el acuerdo.