Después de cuatro años bajo la dirección de Antonio Garamendi, actual presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), ha llegado el momento de que los miembros de la patronal española decidan cual será la Junta Directiva que les representará durante los próximo cuatro cursos. Lo que parecían iban a ser unas elecciones cómodas para el empresario vasco se ha transformado en una guerra entre familias cuyo desenlace tendremos que esperar a conocer, por lo menos hasta el mediodía de este miércoles 23 de noviembre.

Desde que el pasado 21 de septiembre la Junta Directiva anunciase la convocatoria de su Asamblea Electoral, momento en el que Garamendi, parte de la Junta, aprovechó también para anunciar que se presentaría a la reelección; los apoyos procedentes de diversas patronales, tanto sectoriales como regionales, han ido cayendo progresivamente del lado del actual presidente. Sin embargo, rumores de tambores de guerra podían percibirse también en la lejanía y los contrarios a la gestión de Garamendi, que permanecían en un perfil bajo, comenzaron a afilar sus colmillos.

La sede de la oposición se ubica en Barcelona, bajo el nombre de Foment del Traball Nacional, patronal catalana de la que procedía el predecesor de Garamendi, contra la que perdió las elecciones de 2014. Su presidente, Josep Sánchez Llibre, no demoró el inicio de su carrera para encontrar un candidato que plantase cara al actual presidente. La primera apuesta fue potente: Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme, que rápidamente rechazó el encargo y mostró su apoyo incondicional a la actual directiva. La segunda se busco en Madrid (CEIM), pero el presidente de su patronal, Miguel Garrido, siguió el mismo camino.

Nadie parecía querer sujetar la bandera frente a la actual directiva, cuyas filas y apoyos no paraban de crecer según caían los días. Sin embargo, el nombre de Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, se puso sobre la mesa. Un candidato con un nombre e influencia de menor calado, pero que parecía estar seguro de querer acometer la tarea que se le había encomendado y contaba con el apoyo poderoso de los empresarios catalanes. Sin embargo, la convicción de Pérez se fue desinflando poco a poco y terminó por retirarse a inicios de noviembre, finalizando el plazo para presentar avales el día 8 del mismo mes.

Esta decisión no gustó a la patronal catalana, que tenía claro que quería enfrentar a Garamendi. La organización, que cuenta con gran peso en número de votos (45 de un total de 660) se vio obligado a buscar un candidato con la mayor celeridad posible y la encontró, candidata en este caso. La designada fue, ni más ni menos, que la vicepresidenta de Foment, Virginia Guinda, en una apuesta clara por competir contra el actual presidente.

¿Quién es Virginia Guinda?

Victoria Guinda es, más allá de vicepresidenta de Foment, la consejera delegada de Iberboard desde 2018 y la cofundadora de la compañía Energía Local en 2008, empresa que presidió durante diez años. Desde 2006 desempeña el cargo de directora técnica de la Asociación Española de Cogeneración (Acogen), ejerciendo la representación de este sector en el Consejo Consultivo de Electricidad de la Comisión Nacional de Energía. Además, dentro de Foment, también es la vocal de la Junta Directiva desde 2014 y preside el Foro de Energía. Para añadirle más picante, Guinda forma parte de la Junta Directiva de la CEOE.

Desde su anuncio de presentación oficial, el 4 de noviembre, se han ido conociendo alguna de las líneas que seguiría la líder de la patronal catalana de alcanzar la dirección por la que compite. Flexibilizar y abaratar la contratación, medir la productividad de los trabajadores y establecer diferentes valores, en función del sector, para el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) son las principales medidas que ha expuesto. En definitiva, retroceder en los aspectos de la Reforma Laboral que combaten la precariedad y la temporalidad.

“La reforma laboral se tiene que abordar de nuevo, se nos ha quedado anticuada. Pero sobre todo es necesario recuperar una posible contratación que dé más flexibilidad al empresario y que además asegure una contratación a un coste competitivo”, señalaba en una entrevista.  Guinda pide ir más allá y propone establecer múltiples SMI que contemplen los “distintos sectores y realidades”. No obstante, su medida más sorprenderte quizá sea su intención de solicitarle al Gobierno el establecimiento de un día del empresario.

En materia de pensiones, la aspirante a gobernar a los empresarios ha llama al Ejecutivo a ahondar más y no cargar más a las empresas, sino eliminar otro tipo de gastos. “Creo que el Gobierno ha evitado una revisión en profundidad de lo que es el gasto público para evitar o eliminar gasto superfluo”, señala, sin apuntar a cuáles se refiere.

“Creo que el Gobierno no ha tenido en cuenta la competitividad de las empresas. Las empresas tenemos que ser competitivas y competimos en un mercado europeo, no solo local, el nivel de cotizaciones ya es muy elevado. Los costes salariales o laborales son relativamente altos respecto a otros países, por eso no se trata solo de revisar salarios y cotizaciones, sino el marco tributario”, apunta la vicepresidenta de la patronal catalana.

Apoyos de Garamendi

En respaldo a la actual directiva acudió en primer lugar la patronal de Castilla y León, a la que siguieron otras muchas patronales regionales: País Vasco, Aragón, La Rioja, Aragón, Valencia, Asturias y Andalucía, entre otras. CEIM, patronal madrileña presidida por Miguel Garrido, al que le fue ofrecido competir en una candidatura propia contra Garamendi, como se ha recogido anteriormente, también mostró su apoyo. 

A nivel sectorial el apoyo al empresario vasco también ha sido multitudinario. Algunas de las organizaciones empresariales que se han postulado favorables a la reelección son Asedas, patronal de supermercados que engloba Mercadona, Día, Alimerka o Ahorra Más, FECE (comerciantes de electrodomésticos), CNC (construcción), FIAB (alimentación y bebidas) Seopan (constructoras y concesionarias), Confemetal (metalurgia), Unespa (aseguradoras), Feneval (alquiler de vehículos) o Ganvam (vendedores de automóviles).

En otro espectro, una de las principales organizaciones de autónomos, ATA, presidida por Lorenzo Amor, también ha trasladado su apoyo a la candidatura de Garamendi. Lo mismo ha hecho la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios (CEAJE) y Cepyme, la confederación española que representa a la pequeña y la mediana empresas. Se debe señalar que Garamendi fue presidente de estas dos últimas confederaciones antes de alcanzar la presidencia de CEOE.  

Cabe destacar que, la situación de tensión dentro de la patronal española comenzó tras el devenir de las negociaciones desarrolladas con el Gobierno y los sindicatos en lo referido a la actual reforma laboral, la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) o a la utilización de los ERTE; encuentros que no fueron acogidos de igual manera en todas las familias empresariales. Ejemplo de estas discrepancias es la posición que asumieron CEIM (patronal madrileña), Foment (patronal catalana), Asaja (patronal del campo) y Anfac (patronal de la automoción) con respecto a la reforma laboral, absteniéndose y alejándose del ‘sí’ defendido por la CEOE.