Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), por lo menos hasta el 23 de noviembre, afronta este viernes el inicio oficial del proceso electoral que culminará con la designación del nuevo mandatario de la patronal. Sin embargo, los conflictos y el electoralismo dentro de la familia empresarial data de mucho antes, aunque fue el pasado 21 de septiembre, momento en el que la Junta Directiva de la CEOE acordó el calendario para la celebración de la Asamblea Electoral, cuando dio comienzo la carrera por fortalecer al actual equipo directivo, para algunos, y por erigir una alternativa fuerte para otros.

Simultáneamente al anuncio electoral, el actual presidente confirmaba que postularía a la reelección, buscando su segundo mandato consecutivo después de haber sido derrotado en 2014 por Joan Rosell y haber alcanzado el poder cuatro años más tarde. De cara a estas elecciones, por el momento, no existe candidatura opositora oficial, pero ya han sonado algunos nombres. “Su minuto gloria” es lo que aseguró Garamendi que querría un posible candidato que le enfrentase a él y a la “unidad”. Más allá de la motivación, múltiples nombres han sonado para competir contra el actual presidente, aunque el que parece hacerlo de forma más consistente en estos momentos es el de Gerardo Pérez, presidente de Faconauto. Por el momento, no existe candidatura en firme, pero el plazo se mantendrá abierto hasta el 8 de noviembre.

No obstante, no puede entenderse el ambiente tenso que existe en el seno de la representación empresarial sin retrotraerse a los acuerdos suscritos por la CEOE, encabezada por Garamendi, en los últimos tiempos. Y es que, el devenir de las negociaciones desarrolladas con el Gobierno y los sindicatos en lo referido a la actual reforma laboral, la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) o a la utilización de los ERTE no fue acogida de igual manera en todas las familias empresariales. Ejemplo de estas discrepancias es la posición que asumieron CEIM (patronal madrileña), Foment (patronal catalana), Asaja (patronal del campo) y Anfac (patronal de la automoción) con respecto a la reforma laboral, absteniéndose y alejándose del ‘sí’ defendido por la CEOE.

Reparto de familias

Este nivel de fricción explica el poco tiempo transcurrido desde el anuncio electoral de la Junta Directiva hasta que las primeras patronales salieron a manifestar su posición. En respaldo a la actual directiva acudió en primer lugar la patronal de Castilla y León, a la que siguieron otras muchas patronales regionales: País Vasco, Aragón, La Rioja, Aragón, Valencia, Asturias y Andalucía. CEIM, patronal madrileña presidida por Miguel Garrido, al que le fue ofrecido competir en una candidatura propia contra Garamendi, también confirmo este pasado lunes su apoyo al actual presidente.

A nivel sectorial el apoyo al empresario vasco también ha sido multitudinario. Algunas de las organizaciones empresariales que ya se han postulado favorables a la reelección son Asedas, patronal de supermercados que engloba Mercadona, Día, Alimerka o Ahorra Más, FECE (comerciantes de electrodomésticos), CNC (construcción), FIAB (alimentación y bebidas) Seopan (constructoras y concesionarias), Confemetal (metalurgia), Unespa (aseguradoras), Feneval (alquiler de vehículos) o Ganvam (vendedores de automóviles).

En otro espectro, una de las principales organizaciones de autónomos, ATA, presidida por Lorenzo Amor, también ha trasladado su apoyo a la candidatura de Garamendi. Lo mismo ha hecho la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios (CEAJE) y Cepyme, la confederación española que representa a la pequeña y la mediana empresas. Cabe señalar que Garamendi fue presidente de estas dos últimas confederaciones antes de alcanzar la presidencia de CEOE.  

Mas aunque parezca que el empresario vasco cuenta con una mayoría holgada, sectores relevantes en la casa podrían poner en problemas su reelección. El adversario más duro que le ha salido al presidente hasta el momento es Foment, la patronal catalana presidida por Josep Sánchez Llibre y de la que también procedía el anterior presidente de la CEOE ante el que cayó derrotado Garamendi en 2014. De igual manera que su homóloga de Madrid, el peso en votos de Foment es importante, ya que, acumula 45 de un total de 660.

Desde este sector se está intentando construir una candidatura fuerte que pueda plantarle cara a Garamendi. Gerardo Cuerva fue el primer nombre que se puso sobre la mesa para asumir este papel, aunque el mismo lo rechazó y la organización a la que representa (Cepyme) trasladó su apoyo al actual presidente. A este le siguió Miguel Garrido, presidente de la patronal de Madrid (CEIM), que, emulando a Cuerva, ha declinado la oferta y su organización ha trasladado apoyo a Garamendi. El tercero en discordia, que parece haber recogido el guante, a falta de confirmación, es Gerardo Pérez, presidente de Faconauto.

¿Quién es Gerardo Pérez?

Gerardo Pérez, la única apuesta que en estos momentos parece plausible para postularse, es el presidente de Faconauto, la patronal de las asociaciones de concesionarios oficiales de marcas automovilísticas. Pérez ostenta la presidencia desde 2017, habiendo superado una reelección tres años más tardes. De origen jienense, es propietario de Japemasa, empresa distribuidora de Renault, Ford, Kia, Mazda y Mitsubishi en las dos provincias más norteñas de Andalucía. Además, fue presidente de la Agrupación Nacional de Concesionarios de Renault, de la Federación del Metal de Jaén y vocal de la cámara de comercio de la misma provincia.

El propio empresario ha sido el que ha reconocido que diferentes patronales, tanto regionales como sectoriales, le han trasladado peticiones para que presente una candidatura formal. “Organizaciones muy relevantes de la CEOE”, asegura. No obstante, aunque parece contar con un apoyo suficiente como para presentarse, no tanto, a priori, para ganar; Pérez ha transmitido que aún está meditando la propuesta y analizando cuál es la viabilidad de esta.