La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) recomienda la retirada de las ayudas excepcionales, aprobadas con motivo de las crisis devenidas de la coyuntura internacional, para dar cumplimiento a los objetivos de deuda y déficit marcados por el Gobierno. La autoridad ha presentado este jueves su informe sobre las Líneas Fundamentales de los Presupuestos de las Administraciones Públicas para 2024 y ha advertido que, si quiere alcanzarse la reducción del déficit al 3% durante el próximo año, será necesario reducir el gasto contemplado en los paquetes antiinflacionarios.

El organismo presidido por Cristina Herrero ha sido claro en sus recomendaciones y ha señalado la necesidad de que el Ejecutivo mantenga el compromiso establecido con Bruselas, recogido en el Plan Presupuestario 2024 remitido a la Comisión Europea, y deje caer las medidas, cuya vigencia está contemplada hasta el 31 de diciembre. Las reglas fiscales de la Unión Europea (UE) volverán a activarse el próximo año, después de cuatro años de tregua. Los Veintisiete deberán apretarse el cinturón para cumplir los objetivos de déficit (3%) y deuda pública (60%) y grandes partidas como las destinadas a cubrir las reducciones fiscales suponen un gran volumen de gasto.

El Gobierno en funciones niega que esté tomada ya la decisión sobre el futuro de las ayudas y deja la decisión en manos del Ejecutivo que se conforme si, finalmente, Pedro Sánchez consigue reeditar la coalición. Una huida hacia delante de unos dirigentes que, si los acontecimientos siguen el curso previsto, serán los mismos que en la anterior legislatura. Por el momento no hay confirmación, pero el documento remitido a la Comisión Europea deja entrever que las ayudas decaerán, por lo menos en su gran mayoría. De eliminarse los beneficios fiscales contemplados para los alimentos y la energía, las arcas del Estado ingresarían casi 5.000 millones de euros.

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La eliminación de la rebaja del 5% en el IVA de la electricidad reportaría 1.016 millones de euros extra al Estado. La reducción del mismo porcentaje de IVA al gas, la madera y los pellets sumaría otros 397 millones y la rebaja del Impuesto Especial de la Electricidad al 0,5% añadiría otros 1.032 millones. Eliminar las deducciones del impuesto sobre el valor de la producción de energía sumaría otros 1.100 millones. Acabar con el IVA a tipo cero de los alimentos que componen la cesta básica y con la bajada al 5% de aceites, grasas y pastas elevaría los ingresos en 1.350 millones de euros.

En suma, la desaparición de estas ayudas fiscales reportaría a las cuentas estatales 4.895 millones de euros que ayudarían a dar cumplimiento a los objetivos de déficit y deuda al reducirse notablemente el gasto. La subvención del transporte público es una de las medidas privilegiadas que parece que sobrevivirá. Poniendo como objetivo final el saneamiento de las cuentas públicas, la decisión que recomienda la AIReF parece indiscutible; sin embargo, depositando el foco sobre los millones de familias que están sufriendo la precariedad y que dependen, muchas de ellas, de este escudo social, la perspectiva cambia.

Las medidas excepcionales, como su propio nombre indica, no pueden perdurar de por vida; pero la realidad económica, si bien no tan extrema, no ha mejorado en demasía para las familias más vulnerables. Los hogares continúan haciendo malabares para llegar a fin de mes, a la espera de que se aborden problemáticas como la de los alimentos o la vivienda, que requieren de mucha más acción que una reducción de IVA. Este abordaje puede no llegar y, de hacerlo, no parece que la fecha sea previa a la eliminación de la protección.

Rebaja de las expectativas a futuro

La autoridad ha realizado también una revisión de sus previsiones de crecimiento económico. De cara al próximo año, estima que el avance del Producto Interior Bruto (PIB) se situará en el 1,7%, tres décimas por debajo de los presentado anteriormente y de los valores proyectados por el Gobierno. Pese al pesimismo que aborda a los organismos nacionales e internacionales en relación con la progresión de la economía española, esta se mantendrá a la cabeza de las grandes economías europeas y mundiales.

"Estamos viendo una desaceleración el ritmo de crecimiento de la economía, tal y como veníamos avisando desde la AIReF, con indicadores que ya se están materializando y que nos ha llevado a revisar a la baja el crecimiento del PIB para 2024", ha subrayado la presidenta de la autoridad. Esta rebaja discordante con el Ejecutivo responde a las diferentes perspectivas sobra la evolución de la demanda interna, a la que el organismo dota de una menor vigorosidad que el Gobierno.