España demanda hasta 420 medicamentos de los que hay constancia de problema de suministro, según aparece reflejado en el portal de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS). Algunos de ellos, de vital importancia se emplean para tratamiento de enfermedades crónicas o relacionadas con problemas circulatorios, entre otras patologías.

En definitiva, no todo es Covid-19 en este 2020. La falta de suministro de insumos médicos es un problema que afecta también a los países de nuestro entorno y que está relacionado, como señala la OCU, con problemas en el proceso de producción, con la retirada del medicamento por parte del laboratorio o con problemas en la estimación de la demanda. Sin embargo, la dificultad también puede ser de tipo económico, sobre todo cuando existen medicamentos cuya patente está en manos de un laboratorio que incrementa el precio del mismo.

Es el caso de Aspen, como señala la OCU, que suministra medicamentos citostáticos, en concreto  5 destinados para el tratamiento de cáncer. A partir del año 2014 el laboratorio comenzó una estrategia de subida de precios tras sellar un acuerdo con Glaxo SmithKline, que en España llegó a alcanzar un 4.000 por cien. Esta estrategia derivó en nuestro país en que el Ministerio de Sanidad se negase a aceptar el aumento y por ende se cesara la comercialización de los producto. Actualmente, la única manera de conseguir estos medicamentos es través de un procedimiento especial habilitado por la AEMPS para traerlos desde otros países como “medicamento extranjero” pagando un precio muy superior al inicial y en casos puntuales en los que no haya alternativa de tratamiento.

Por otro lado, los medicamentos subvencionados, que siguen una política de coste de financiación mínimo, no resultan rentables para los laboratorios. Es entonces cuando los Gobiernos -según la OCU- han de alcanzar el mínimo necesario para que el laboratorio siga interesado para mantenerlo en el mercado. Es decir, los medicamentos menos rentables, que no los menos demandados por los pacientes, son aquellos que presentan más problemas de suministro.

“En este sentido, es habitual que los laboratorios realicen retiradas voluntarias de medicamentos como parte de su estrategia de negocio: por suponer mercados menos rentables, para presionar a las autoridades en la negociación de precios o para favorecer la entrada en el mercado de otros productos de mayor interés comercial para la empresa. Este tipo de estrategias afectan especialmente a algunos medicamentos esenciales como los genéricos para el cáncer o los antibióticos”, según señala el informe “El Desabastecimiento y la escasez de medicamentos” publicado por la OCU y Salud por Derecho.

 

Además, a mediados de este año, colectivos trans denunciaron el "continúo" desabastecimiento de fármacos, principalmente hormonas, que sufren por parte de las compañías farmacéuticas y la AEMPS, asegurando sentirse “víctimas de un agravio comparativo”.

 

 

La AEMPS, por su parte, destaca que los problemas de escasez de medicamentos afectan, además, con mayor frecuencia a los pacientes que requieren tratamientos de enfermedades cardiovasculares; infecciones o cáncer, entre otras enfermedades graves. En concreto, según la agencia, “un 16 por ciento de los problemas de suministro se deben a situaciones inesperadas de incremento de la demanda - por ejemplo en el caso de una pandemia- y un 12 por ciento a dificultades para conseguir el principio activo, mientras que en un 52 por ciento de los casos el problema está en la fabricación o en capacidad de las empresas titulares de comercialización.”

 

 

 

Causas de la inacción

 

Por su parte, el Gobierno puso en marcha hace un año el Plan de Garantías de Abastecimiento de Medicamentos, cuyo objetivo es la restauración del suministro habitual así como alcanzar una mejor coordinación con los países de la Unión Europea. Sin embargo, varias plataformas, entre las que se encuentra Salud por Derecho, defienden que el problema de abastecimiento persiste y que esto genera, además, problemas de ansiedad y posibles agravamientos de enfermedades en los pacientes.

 

Por esta razón, la OCU mantiene abierto desde inicios de 2020, coincidiendo con el inicio de la pandemia, un cuestionario online que recoge la experiencia de las personas afectadas. Los datos reflejan el incremento de la ansiedad de los pacientes afectados por la escasez de suministro; el deterioro del estado de salud y el aumento de la morbilidad como como consecuencia de los retrasos en la administración de las terapias.

 

Hasta el momento, y según datos de la AEMPS, los laboratorios que más notificaciones emitieron a la AEMPS el pasado año y que ya presentaban problemas de suministro son: Pfizer - que actualmente forma parte del proyecto de desarrollo de la vacuna contra el Covid- Mylan y Sanofi, también envuelto en el desarrollo de la vacuna contra el Covid 19 junto a GSK.