Pese a que la ultraderecha va acostumbrando a la ciudadanía a sus formas a golpe de comentario, hay momentos que no dejan de sorprender en redes sociales y entre quienes los presencian, directa o indirectamente. Otra prueba fehaciente de ello -y una de las últimas- es el discurso que ha empleado este martes el candidato de Vox al Ayuntamiento de Orihuela, actual diputado en el Congreso y teniente general de Ejército del Aire, Manuel Mestre.

En la línea de lo que la posición de su partido defiende, el alcaldable del municipio alicantino se ha referido a la familia, el derecho a la propiedad, la economía y la educación, aunque de esto último, parece, no va precisamente sobrado.

La formación de Santiago Abascal se muestra totalmente contraria a la educación sexual, pero no solo eso, sino que la manera de justificar su postura pocas veces resulta acertada, y en esta ocasión no iba a ser una excepción, ya que Mestre ha cargado contra el ministerio de Igualdad e Irene Montero con cero decoro, además de apelando a la mentira. “No queremos que Irene Montero se meta en nuestros colegios a enseñarles a nuestros hijos cómo tienen que meterse el dedo en el culo”, son las palabras que han provocado el revuelo.

Las tropelías de Vox contra la educación sexual y el colectivo LGTBI

Vox colecciona un sinfín de polémicas en torno a la educación sexual. Comenzando por el pin parental que quiso impartir en Castilla y León o Madrid y que puso contra las cuerdas el discurso “moderado” de Alfonso Fernández-Mañueco en el caso del primero, hasta la intención del partido en Cataluña para iniciar una cruzada contra los proyectos de educación sexual, intentando en esas movilizar a asociaciones e instituciones educativas con el objetivo de denunciar el proyecto Coeduca´t, que no buscaba otra cosa que ayudar a prevenir y evitar la violencia sexual desde edades más tempranas.

Pero Vox ha traspasado los límites en numerosas ocasiones también contra el colectivo LGTBIQ+, tantas que resulta casi imposible reunir todas, por las que en las siguientes líneas se exponen algunas de ellas. Varios de los emisores son caras visibles del partido, siendo un ejemplo de esto el portavoz de la formación en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, quien apuntaba lo siguiente en una entrevista concedida a El Mundo en 2020: “En España hemos pasado de pegar palizas a los homosexuales a que esos colectivos impongan su ley”.

En sintonía, la candidata nuevamente de Vox a la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, se refirió en una ocasión concretamente a la celebración del Orgullo, un evento que, a su juicio ofrece una “visión denigrante y casi caricaturesca”. Aunque es posible que la máxima expresión de la opinión de la formación sobre el colectivo llegue en boca de Santiago Abascal, quien ha afirmado en varias entrevistas que “el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer”.

En los últimos meses los ataques se han centrado en leyes progresistas avaladas por el Congreso de los Diputados como la ley trans o la del aborto. De hecho, el partido ultra ha usado la Cámara Baja para verter su odio. Un ejemplo de ello se encuentra en la diputada María Ruiz Solás, quien tachaba de “enfermos crónicos” a las personas trans. La parlamentaria llegó a hablar incluso de “corrupción de menores” el hecho de intentar explicar a los niños los tipos de personas que hay según su sexualidad.

“Creer con datos en la mano que el alarmante aumento de casos de homosexualidad y transexualidad que se está produciendo en los últimos años está directamente relacionado con el adoctrinamiento que ustedes están sometiendo a los menores y que por su gestión e invitación se les está dirigiendo a ser lo que a lo mejor ni son ni quieren ser y de lo que a lo mejor se van a arrepentir el resto de su vida no es odiar”, apuntaba asimismo, como si la homosexualidad y la transexualidad fueran virus que se contagian.

Más allá de los bulos lanzados desde el atril con asuntos como los de las cárceles o el cambio de registro, ha habido tiempo también para comentarios con los que es mejor correr un tupido velo, como el que pronunció hace menos de un mes la diputada Carla Toscano, quien preguntó a Podemos “qué puede hacer una mujer trans con una compresa”.

En la práctica, la ultraderecha ha presentado a los tribunales un recurso contra la normativa en la que sostiene que el documento plantea numerosos motivos de inconstitucionalidad y que lo que se hace con él es “limitar de un modo insoportable en nuestro Estado de derecho la libertad de expresión, la libertad ideológica y la libertad de empresa”. En las últimas horas, el Tribunal Constitucional ha admitido a trámite dicho recurso presentado contra varios preceptos de la norma que el partido de extrema derecha considera “ideológica”.